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viernes, 19 abril, 2024
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La Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas ¿Cambio de rumbo o más de lo mismo?

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Por: PEDRO LÓPEZ JÁCQUEZ* •

En las últimas semanas, la comunidad que integra a la Universidad Autónoma de Zacatecas, se ha visto inmersa en la sucesión adelantada de los procesos de renovación de autoridades universitarias, al aparecer declaraciones de quien dirige actualmente a la universidad sobre la identificación y apoyo tácito a quien considera su posible sucesor, de igual manera aparecen en forma publica una diversidad de nombres de aspirantes a suceder al actual rector, con la salvedad de que todos pertenecen o son parte de la esfera de influencia del mismo grupo político que ha dirigido a la Institución durante los últimos cuatro periodos rectorales.

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Lo cierto es que todos los aspirantes y suspirantes que se mueven como propios y aliados del llamado Grupo Universidad, esperan con ansiedad el ungimiento de su líder espiritual, sin lo cual les resulta imposible hacer cualquier movimiento por carecer de fortalezas e identidad propia.

Este proceso de sucesión adelantado, como universitario, me da el pretexto para hacer un llamado a los diferentes sectores que integran la comunidad universitaria a reflexionar sobre los resultados de las ultimas 4 administraciones rectorales y el correspondiente comportamiento de las dirigencias sindicales particularmente en el SPAUAZ durante estos periodos.

Para detonar la discusión y reflexión, pongo a su consideración las siguientes consideraciones:
La Universidad Autónoma de Zacatecas, se encuentra hundida en una crisis estructural de carácter económico que ya se volvió crónica e histórica y cuya solución se ve cada vez más lejana, por la falta de creatividad e imaginación para encontrar salidas viables que no tengan que ver con atentar contra los derechos y prestaciones laborales de los trabajadores académicos y administrativos, a manera de única alternativa posible para salir de la crisis, como ha ocurrido en las últimas 4 administraciones rectorales.

Durante estos periodos, la conducción, administración y crecimiento de la institución, ha tenido su sustento en el acuerdo cupular de los grupos políticos tradicionales bajo los lineamientos que dicta Grupo Universidad cristalizados por el reparto de todos y cada uno de los espacios de administración universitaria en forma cupular, clientelar y familiar, desde los espacios de la administración central, hasta los de las áreas y unidades académicas, todo ello sin el concurso de las comunidades correspondientes, y cuyo resultado es la burocratización al máximo de los espacios administrativos y el crecimiento clientelar en los sectores docente y administrativo.

Lo antes mencionado, recae en la responsabilidad del Grupo Universidad y aliados permanentes, expresiones o grupos políticos universitarios, que se han consolidado a partir de considerar a la Institución como patrimonio familiar de los dirigentes de los grupos y expresiones que hasta hoy han conducido a la Universidad.

Esta etapa también se conoce como periodo de universidad partido, por la pertenencia manejo y realización de la política universitaria de acuerdo a las necesidades de crecimiento del Partido del Trabajo, dado el involucramiento de universitarios en el desarrollo de las tareas electorales de dicho partido con la complacencia de quienes administran a la universidad, lo cual ha vuelto a la universidad rehén de quienes dirigen tanto al PT como a la propia Universidad.

Se ha demostrado que la política de relación Universidad-partido, que obedece únicamente a los intereses de reproducción del modelo de control y manejo patrimonial de la institución por parte de la dirigencia del Grupo Universidad, se ha vuelto cíclica en torno al interés político de crecimiento y control de los universitarios, y el negocio de prebendas a cambio de mantener inmovilizada a la universidad de acuerdo a las necesidades políticas de los dirigentes, para lo cual han servido no solo los aparatos administrativos de la universidad, sino también los sindicatos.

Como resultado se tiene que en lugar de resolver el problema estructural, se reproduzca el modelo crecimiento y control de la nómina universitaria privilegiando como ya se dijo, el corporativismo clientelar y parental, dejando de lado la solución al problema estructural.

Este modelo de Universidad Partido, si bien no se ha agotado por que quienes conducen tienen el control del personal mediante la contratación y control de la promoción y/o basificación, también es cierto que la crisis estructural se ha tornado recurrente y cíclica y que por más promesas y compromisos que en campaña hicieron quienes llegaron a la rectoría, la verdad es que la aguda problemática institucional, no se ha resuelto, por el contrario sigue creciendo y empeorando, lo que demuestra el fracaso de este tipo de conducción.

El discurso democrático, unitario, inclusivo y de respeto a los derechos de los universitarios utilizado por los aspirantes a dirigir la UAZ en los estos periodos, ha caído por su propio peso, y esto se agudizo con la el arribo de la presente administración, que llego con una gran expectativa y respaldo de los universitarios sobre todo del sector docente, porque se esperaba respeto, validación y cumplimiento de los derechos adquiridos, expectativa que cayó con el paso del tiempo al ser testigos de la afectación e incumplimiento permanente de los derechos laborales .

La política de crecimiento en la atención a la sociedad, se ha atendido de manera permanente mediante el crecimiento de la matrícula, cargándole la responsabilidad a los profesores hora clase, sin observar las condiciones y procedimiento contemplados en la legislación laboral, violando persistentemente la bilateralidad, dado que por un lado se aplica la política de no contratación de profesores bajo el mecanismo establecido en el CCT, y por otro se procede a la indiscriminada contratación por honorarios, lo que implica de facto terminar con la contratación colectiva, todo ello la complacencia de la dirigencia del SPAUAZ, lo que los hace cómplices de la entrega y violaciones al CCT.

Compañeros miembros de la comunidad universitaria, tomando como base las consideraciones anteriores, mi conclusión es que ya no es posible que después de tener la administración universitaria en sus manos durante los 4 periodos, el Grupo Universidad quiera volver a reproducir el mismo formato de administración, mediante el reparto patrimonial y familiar de los espacios universitarios

¡Es tiempo de que rompamos con éste modelo caciquil y patrimonial de conducción universitaria!

¡Es tiempo de que terminemos con el modelo de Universidad Partido!

¡Démosle la oportunidad a otras formas de administrar y conducir a la institución, por que seguir con lo mismo, implica solo reproducir lo que hoy tenemos y eso ya demostró que no garantiza futuro alguno para nuestra institución!

Propuesta: Ensayemos nuevas formas de elección, hagamos a un lado el dedazo y el padrinazgo, incorporemos métodos más democráticos, donde se expongan al escrutinio de los universitarios, a todos aquellos que crean tener el interés y el perfil para poder dirigir o para ocupar algún cargo de primer y segundo nivel en la conducción universitaria, y al final quienes tengan los mayores positivos y menores negativos, deberán ser los candidatos idóneos, sin dedazo, sin padrinazgo, sin dados cargados, únicamente como resultado del escrutinio y juicio de los universitarios.

¡Se pueden ensayar nuevas formas, no le tengamos miedo!.. ■

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