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sábado, 20 abril, 2024
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Ebrard: Acuerdos alcanzados

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Por: Jorge Adán Hernández •

Con toda seguridad podemos decir que fue una presión y una responsabilidad impresionante la que tuvieron sobre sus hombros los negociadores encabezados por Marcelo Ebrard, encargados de dialogar con el Equipo de Trump. Se encontraban en la cancha como visitantes; en un país donde su Presidente ha conservado su popularidad a costa de las declaraciones y actitudes intolerantes y xenofóbicas hacia los mexicanos principalmente. Ebrard, no solo tenía la encomienda de detener los aranceles (que a estas alturas ya todos conocemos), sino que tenía la responsabilidad de sacar bien librado a un gobierno con un ejercicio de poco más de 6 meses. Por el otro lado, el equipo estadounidense, duros y radicales con sus propuestas, con el ego de “gringo todopoderoso”, pero más abiertos al dialogo que su Presidente. Fue todo un episodio en la política internacional la negociación entre ambos equipos, cada uno representaba los intereses de sus ciudadanos; pero solamente el equipo de Ebrard, tenía detrás el respaldo de su pueblo. Esperábamos los resultados de esa negociación como si fuese una final de futbol; no por miedo, sino por dignidad. Para bien de ambos países, hubo acuerdo; EU no aplicaría aranceles y México no sería “tercer país seguro”.

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El tema de la migración no es nuevo para EU ni para México; ha sido una problemática que ha existido por bastantes años y que le ha tocado lidiar a varias administraciones mexicanas y estadounidenses. La migración no es culpa de un gobierno en específico sino de un modelo económico en específico. Para cada país, de estos dos involucrados, la problemática es distinta; a EU según le afecta en su mano de obra nacional, en sus inversiones, en su seguridad y en su eterno problema de consumo de drogas. En cambio a México, el fenómeno de la migración ha provocado que existan pueblos fantasmas en nuestro territorio, deserción escolar, fuga de talentos y desintegración familiar. Definitivamente el tema migratorio es algo en que ambos países deben de trabajar. Trump por su parte, tomó desde hace tiempo este tema como bandera de popularidad, desarrolló una actitud hostil hacia México y centro América. Esto desencadenó lo que hace unos días atrás vivimos. La amenaza de Trump con imponer aranceles a los productos mexicanos fue una estrategia de presión, para que nuestro país, disminuyera el tráfico de ilegales que pasan por el territorio nacional y llegan hasta EU; aunque de haberse aplicado dicha medida, afectaría tanto al pueblo estadounidense como al mexicano y no por eso se iba a reducir el número de ilegales en el país de Trump.

Una de las propuestas o condiciones del vecino país del norte, para detener el aumento arancelario era el de que México se convirtiera en “tercer país seguro”; ¿Qué significa esto? pues bien, si un inmigrante sale de su país (primer país) a buscar refugio a EU (segundo país), EU pudiera regresarlo no a su país de origen, sino a México (tercer país) y México debería garantizarle la seguridad que no tuvo ni en el primer ni segundo país. La figura del país seguro está contemplada en el texto de Convención de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados. Teóricamente eso ayudaría a solucionar el problema migratorio; pero presenta algunas cuestiones técnicas y administrativas que en mi opinión de poco serviría en la disminución de ilegales en EU, ya que los inmigrantes en EU no van a solicitar jamás un refugio formal al gobierno estadounidense; seguirán escondiéndose de las autoridades y empresas estadounidenses seguirán contratando por debajo del agua a los indocumentados. Entonces, la propuesta del “tercer país seguro” no resuelve de fondo la entrada ilegal de indocumentados a EU, sino que solo les ayuda a echarlos (a los que puedan encontrar) al otro lado del charco, es decir a México; por esa razón es absurdo (por el momento) pensar que México aceptara esa propuesta; no porque no seamos un pueblo amigo con las demás naciones, sino porque primero debemos ser un país seguro para los mexicanos.

Afortunadamente el acuerdo no terminó en algo radical; prácticamente se acordó que México aumentaría la seguridad en su frontera sur, y en las rutas de inmigrantes; con la ayuda de la Guardia Nacional, se desmantelará a las bandas que se dedican al tráfico de ilegales centroamericanos; todo con estricto apego y respeto a los derechos humanos; México no se puede enfrascar en una cacería inhumana de indocumentados; no podemos reproducir la misma actitud de los EU hacia los indocumentados mexicanos.

Los acuerdos alcanzados por Ebrard, no significan que México “dobló las manitas”, como la oposición (panista principalmente) quiere hacerlo ver. Este episodio político, permitió que supiéramos que la oposición no está en contra del actual gobierno, sino contra México. Ellos apostaban a que se le impusieran los aranceles a nuestros productos; ellos querían ver a México subordinado y a la orden de Eu, como estuvo con Vicente Fox, Felipe Calderon y Peña Nieto.

Me despido de mis amables lectores recordando una frase inmortal de Benito Juárez que se ajusta al tema: “entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”. ■

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