12.8 C
Zacatecas
sábado, 20 abril, 2024
spot_img

Centro Histórico: la vetusta se deteriora y no hay dinero para el rescate

Más Leídas

- Publicidad -

Por: La Jornada Zacatecas •

El Centro Histórico de Zacatecas es una zona vetusta que tiene diferentes capas temporales en un mismo espacio urbano. Nace como centro minero: las expediciones de principios del siglo 16 encuentran vetas que hacen estallar la ambición de los vascos que fundaban la primera Guadalajara. Así, no fue la idea de buscar un lugar para formar una ciudad la que formó el asentamiento humano, sino que se forzó la edificación de dicho asentamiento para lo único que importaba en ese momento: la explotación de las minas de plata. Lo mismo para Vetagrande y Pánuco, la parte alta, fría y accidentada de las poblaciones que desembocaban en la hacienda de beneficio de Sauceda. Los pueblos aledaños eran meros proveedores de mulas y burros, hortalizas y el indispensable maíz. Por ello, observamos una ciudad en medio de una cañada sobre innumerables tiros de mina.

- Publicidad -

Luego se edificaron construcciones que hacían sentir el poder de la iglesia (financiados por ricos mineros) con templos de las seis órdenes religiosas originales: franciscanos, mercedarios, juaninos, dominicos, jesuitas y agustinos. Son los edificios que ahora mismo contemplamos en la zona patrimonio de la humanidad. Junto a ellos, los palacios de los ricos mineros, como el edificio que ahora mismo es Palacio de Gobierno o la Casa de la mala noche (el Tribunal). Las edificaciones del siglo 18, entre las que están la propia catedral y las que se levantaron en el porfiriano siglo 19, como el mercado González Ortega y el Teatro Calderón. Y las casas de los barrios originarios donde habitaban los indios (como el Chepinque) y los barrios de los trabajadores mineros (como La Pinta). Esa es la configuración del Centro Histórico que ahora nos ocupa.

Con lo dicho arriba, queda claro cómo una zona vetusta y hecha para población al servicio de la minería, ahora, representa un reto muy difícil para lograr su funcionalidad. La mayoría de casas que vienen del siglo 19 están colapsando, con dueños que huyeron hace años a zonas sin los problemas de congestión que tiene el centro histórico, la conversión de hogares a hoteles, hostales y bares. Inversiones millonarias que ni el municipio tiene forma de financiarla, ni el estado, ni la (austera) federación. Y ahora no se requiere sólo un plan de manejo, sino un emergente plan de sobrevivencia del centro histórico. El número de viviendas que necesitan rescate pasa de las 200, los hundimientos de los edificios grandes son peligrosos y la regulación del uso de los espacios urbanos ya abandonados por sus dueños para negocios de alcohol funcionan sin control. El tráfico es otro problema. La intervención del subsuelo es algo costosísimo: la reparación integral del drenaje rebasa los 300 millones de pesos. Todos los impuestos locales no alcanzarían para la primera etapa de las obras que se ocupan. Nos topamos con la amarga realidad: mantener, manejar y rescatar a la vetusta, está ante la inviabilidad financiera de hacerlo. El deterioro del Centro Histórico continuará mientras las luces escénicas alumbran su historia edificada en cantera rosa mientras sus cimientos se hunden y sus techos se desploman.

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -