Zacatecas este año llegó a tener una expectativa de un presupuesto de 32 mil 600 millones de pesos, con el cual se veía la solución de algunas emergencias y programas estratégicos. Y quince minutos para las 12 se desmoronó la expectativa y terminamos con un presupuesto menor a los 30 mil millones. El recorte de 2 mil 600 millones fue un duro golpe. Muy duro. Los legisladores federales que días antes anunciaban un triunfo de gestión por el aumento del presupuesto a la entidad, sencillamente guardaron silencio. Incluso un diputado zacatecano encabeza la Comisión de Presupuesto. De nada sirvió.
Un tema estratégico es la ubicación de Zacatecas en la Plan Nacional de Desarrollo. Observamos que de los 44 programas que se anuncian, sólo hay uno declarado como ‘programa regional’, el del Istmo de Tehuantepec, con el cual se piensa poner la base de la industrialización del sur del país, con 8 mil millones de dólares (para empezar). Sin embargo, también hay anuncios de ventajas regionales en el Norte del país, no sólo en la frontera con la política especial de impuestos, sino el apoyo específico a proyectos clave en Nuevo León. Vemos cómo se anuncian iniciativas para Jalisco y El Golfo. Y Zacatecas parece no existir: no aparece en las prioridades sexenales. Algunos políticos afirman que aparecerá después del 2021. Pero si esto fuera cierto, significa que no es el estado de Zacatecas la prioridad, sino un determinado proyecto político. En suma, aun esperamos que aparezca un proyecto estratégico de gobierno federal dirigido a nuestro estado.
Todos conocemos algunos de los boquetes financieros de la administración pública estatal, como el caso de la nómina magisterial y los gastos de salud. La crisis del gasto educativo se debió a la política federal de reconcentración de la administración del sector, y este gobierno le dio continuidad a la misma lógica. Sin embargo, es tiempo que no se resuelve el problema de origen: el reconocimiento por parte de la federación de la plantilla que dejaron a cargo del estado.
Otro tema es la seguridad. En las estadísticas oficiales Zacatecas aparece en los mapas de estados en emergencia por la presencia de grupos de la delincuencia organizada. No se ha concretado la intervención de la Guardia Nacional o de otros apoyos federales. Lo mismo con el caso de las mineras, tanto la de Mazapil como la de Sombrerete: definir criterios para regular la acción de estos monstruos chupasangre.
Ahora que viene el Presidente al municipio de Pinos, esperamos que los actores políticos internos de los distintos signos partidarios serenen sus ambiciones y vean la manera de convencer a Andrés Manuel de apoyar a Zacatecas en los distintos aspectos que señalamos. Y a los responsables de la política interior de afinar sus estrategias para construir los consensos políticos necesario y mejorar su desempeño, que a la fecha han dejado mucho que desear. Esperamos se sepa aprovechar la visita presidencial y sacar un fruto de provecho para el desarrollo local.
