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jueves, 18 abril, 2024
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Lo dicho por el Obispo sobre pederastia clerical, sin causa precedente, se presta a la especulación: Torres

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Por: ALMA RÍOS •

■ Positivo, “que estén denunciando a los sacerdotes ante autoridades eclesiales y civiles”

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Las recientes declaraciones del Obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, informando de la existencia de casos de pederastia en esta demarcación, “dan la impresión de que se trata de un adelanto a eventos problemáticos”, opinó Marco Antonio Torres Inguanzo.

El filósofo y analista político lo expuso así en consideración de que la información dada a conocer por el prelado se expuso “sin causa precedente”, lo que dijo, se presta a especulaciones.

El Obispo de Zacatecas habló de la existencia de un protocolo al que se apega para no decir nombres de víctimas ni presuntos agresores tema que cabe mencionar, se apega a criterios legales en materia de protección de datos personales, a los que también aludió.

Pero tampoco expuso si se ha separado de su ministerio a algún sacerdote y se reserva asimismo el número de casos y los municipios donde sabe que han ocurrido; precisa que el procedimiento interno eclesial implica notificarlos directamente a Roma, e insta a la gente denunciarlos ante el propio Obispado y las autoridades civiles.

El docente investigador en la Universidad Autónoma de Zacatecas hizo referencia a la antigua tradición “de silencio” dentro de la Iglesia Católica “que ellos llaman prudencia eclesial”. Por la cual “no difunden su vida interna, la ocultan”.

Consideró un avance muy importante el que se haya generado el citado protocolo de actuación por parte de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) donde se precisan los procedimientos de investigación interna para luego dar paso a la coordinación con la autoridad civil.

“Estábamos en un terreno pantanoso y oculto completamente, no decían nada, le tenían mucho miedo a que eso saliera a medios de comunicación. Entonces eso generaba prácticas de impunidad enormes”.

Dijo que es positiva la disposición a hablar de los ministros de culto católicos sobre pederastia porque antes “esa gente se callaba ¿Cuántos padres callaron instados por las propias autoridades bajo algunos acuerdos?…pero finalmente el resultado era que callaban. Y ahora no, ahora se ve que hay una disposición. Están denunciando a los sacerdotes ante autoridades eclesiales y civiles. Yo espero que eso sea un escenario mucho más positivo para que ese fenómeno empiece a disminuir o desaparezca. Ojalá”.

Del escándalo, surge
un protocolo
Torres Inguanzo recordó que la discusión interna que dio paso al planteamiento de un protocolo en 2016, dirigido a todos los obispos para el tratamiento de casos de pederastia al interior de la iglesia empezó en 2015 y en México tuvo una respuesta más pronta debido a que el primer gran escándalo mediático sobre el asunto implicó a una orden monástica mexicana, Los Legionarios de Cristo.

Durante el papado de Juan Pablo II los casos de pederastia al interior de la iglesia siguieron ocultos, incluso está documentado que la congregación encabezada por Marcial Maciel fue protegida por él pues sí se enteró de estas prácticas. “De hecho fue hasta que sube Benedicto 16, quien empezó a tomar cartas en el asunto”.

“Allí hay muchas hipótesis, una de ellas es el enorme poder político que tenían los Legionarios que provocaban que las autoridades eclesiales sencillamente omitieran el tema que luego tronó y fue muchísimo peor”.

A pesar del interés actual del Papa Francisco de encarar esta problemática y su presión al respecto a las conferencias episcopales para que actúen a través de sus obispos, hay diferentes fuerzas al interior de la iglesia manifestándose en una pugna interna.

“Se esperaba que renovara una serie de cosas pero ha habido dificultades muy fuertes porque el poder de los grupos conservadores al interior de la iglesia es potente”, dijo Torres Inguanzo.

Esos grupos no quieren que haya aperturas; algo que ha resultado contraproducente, opinó, “porque entonces explotan los escándalos” en lugar de que se normalice el que un adulto, religioso o no, sea procesado judicialmente en caso de que abuse sexualmente de un niño, niña o adolescente “porque eso es un asunto de justicia elemental”.

“Debe ser así, no es solamente un problema moral es un problema legal. Estamos ante un delito. En ese sentido si el Obispo sabe de los casos y no los entera –a la autoridad civil- está encubriéndolos. Deben enterarlos inmediatamente, poner al sacerdote a disposición para que se le investigue judicialmente y hacer lo propio desde el derecho canónico, suspender los votos ministeriales”.

Ultraconservadurismo
y abuso sexual
Torres Inguanzo también focalizó su atención en las peculiaridades de Los Legionarios de Cristo, la primera ya expuesta, de ser una orden monástica mexicana, y la segunda, su cualidad de colocarse en el espectro ideológico dentro del ultraconservadurismo, teniendo por tanto dentro de su agenda como punto principal el atacar a la moral sexual, “todo lo que se salga de los cánones”.

“La cosa es averiguar porque razón en este tipo de congregaciones en donde su agenda es la moral sexual, explotan este tipo de escándalos” que implican ataques “nefandos y abominables” porque tienen como víctimas a niños, niñas y adolescentes.

Contrastó esta incidencia con lo que ocurre por ejemplo entre los Dominicos o los Jesuitas, quienes no tienen a la moral sexual dentro de sus agendas, pero también difieren de órdenes como los legionarios de Cristo y los párrocos diocesanos (donde también se presentan mayormente estos casos de abuso sexual contra menores de edad), de su distancia mayor con el ejercicio cotidiano y casi único de los rituales, realizando en cambio mayores labores en causas de defensa de derechos humanos o docencia en escuelas superiores.

Prevención de pederastia
y celibato opcional
El académico consideró importantes asimismo las medidas preventivas propuestas desde el interior de la Iglesia Católica ante la pederastia, por ejemplo, la implementación de filtros “más cuidadosos y vigilados” en el proceso de selección para el ingreso de los aspirantes a integrarse a los seminarios, algo que “tiene que ver más con este asunto de la integridad moral de la gente que se está formando. Ya medianamente se ve que hay algunos procedimientos”. Pero también está el caso de la eliminación de la obligatoriedad del celibato, un tema que sin embargo, “no lo han querido debatir”.

Si bien la pederastia trasciende el tema pues se refiere no sólo a la posibilidad de que un religioso o religiosa mantenga relaciones sexuales, sino a su realización teniendo por objeto a menores de 18 años aprovechando una posición de poder, autoridad o confianza, Observó que existe la hipótesis por algunos psicólogos de que relajando la disciplina del celibato, “dando oportunidad a relaciones abiertas con adultos, eso pueda impactar positivamente en la relación con los niños”.

“De hecho es otra cosa, o sea, pueden romper el celibato con otro adulto y a nadie le escandaliza eso, pero ya cometer estos delitos con los niños, eso ya es abominable y no puede dejarse pasar bajo ninguna circunstancia”.

El debate no es que desaparezca el celibato sino su obligatoriedad, que sea opcional. Actualmente si un religioso o religiosa no quiere ser célibe sale de los ministerios, “tiene que hacerlo”.

“Entonces, hay quien puede tener una vocación religiosa pero dentro de ella no está el ser célibe, allí se enfrenta a un problema”.

Esta hipótesis sin embargo, podrá comprobarse si y sólo si se abre la puerta a la opción de ser o no célibe como ministro de culto dentro de la Iglesia Católica, algo que aún se ve lejano.

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