■ Reto, centrar a la vida como el nuevo paradigma de la civilización: Carlo Delgado
■ Es necesario plantear nuevas transformaciones, tal como lo hizo el capitalismo
La tendencia mundial para el año 2050 es que se duplicará la actual extracción de energía y materiales, por lo que el hombre tiene el gran reto afrontar el extractivismo o neoextractivismo, bajo la determinación de centrar a la vida como el nuevo paradigma de la civilización.
Así lo consideró Gian Carlo Delgado, doctor en ciencias ambientales y docente investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien se refirió a la necesidad de que en la búsqueda del nuevo modelo de civilización, se debe privilegiar el respeto a la naturaleza como fuente de toda vida, de la temporalidad y el conocimiento.
Además, lograr que la memoria histórica sea fundamental en el proceso de transición, puesto que uno de los grandes riesgos, incluso de los gobiernos progresistas, es considerar que el fin justifica los medios.
Por lo que para salvar una deuda social, se quieren tomar decisiones como las del nuevo gobierno mexicano que se ha planteado la meta de pasar de la producción de 1.8 millones de barriles de petróleos a 2.8 sin tomar en cuenta posibles consecuencias.
Delgado inclusive destacó que los gobiernos deben tener cuidado en no caminar hacia el posextractivismo en la búsqueda de la satisfacción de las necesidades humanas, porque “la buena vida” es un imaginario muy subjetivo que varía de sujeto a sujeto, cultura y realidad biofísica.
Durante su visita a la entidad para participar en eventos académicos en la Benemérita Universodad Autónoma de Zacatecas (BUAZ), aseguró que la especialización que en ocasiones se apuesta a la extracción de recursos naturales, en realidad es un proceso de muy bajo valor agregado, con bajos salarios, ya que mayoritariamente se explota la fuerza de trabajo y además se generan grandes conflictos ambientales.
Refirió además que si bien el mercado globalizado tiene menos de cinco décadas, la concentración de la riqueza está cada vez más en manos de menos actores. Son 1318 multinacionales las que controlan directamente 20 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial y de manera indirecta, mediante otras acciones controlan 43 mil compañías con las que suman 60 por ciento del PIB.
Lo que significa que el capital cada vez es más monopolista, hay una gran población muy pobre y un mercado en constante expansión que exige mayores consumos de energía, un ejemplo es China, donde la producción de carbón, petróleo y cobre es muy importante, pero no les es suficiente para el tipo de proyecto económico que tienen, situación que convierte a ese país en el mayor consumidor de recursos naturales del exterior pero también el mayor extractor de recursos locales.
Giancarlo Delgado insistió por tanto en la necesidad de plantear nuevas transformaciones, tal cual en su momento el capitalismo tuvo que desmontar las territorialidades precapitalistas para adecuar el espacio a modalidades cada vez más rentables, y ahora el reto es asumir costos ecológicos y sociales. Es decir, reformular los patrones de consumo de energía y materiales.
