Ea revocación del mandato es un derecho de los ciudadanos de recuperar el mando y retirarlo a personas que en realidad no ejercieron la representación con la que fueron investidos. Es el procedimiento mediante el cual se confirma que el poder soberano reside en el pueblo: así como otorga una representación, de la misma manera lo quita. El hecho de que el poder esté en situación de préstamo e inestable genera la virtud de la vigilia del mando. Los funcionarios o representantes populares estarán siempre atentos a los mandatos de sus representados. En otras palabras, con la revocación de mandato se estimula ‘el mandar obedeciendo’.
Sin embargo, también tenemos problemas, sobre todo en lo referente al mecanismo para operar. Primero las causales de la solicitud de revocación: sabemos que la puja por el poder lleva de manera automática a grupos antagónicos a ver la manera de quitarle el poder a sus rivales. Por ello, el primer problema es la consistencia en plantear la justificación de revocarle el mando a un funcionario o representante popular. Si hay garantía de criterios dotados de cierta objetividad, el siguiente problema es el procedimiento de construir la consulta para hacerlo efectivo. En el caso de los gobernantes electos por un porcentaje de electores, existe la propuesta que un número similar de votantes lo rechacen. Igual con los diputados o regidores. Pero en el caso de los legisladores de representación proporcional la fórmula no queda nada claro.
Para que se active el derecho a la revocación del mandato, se requieren varios requisitos que ahora mismo no los tenemos: una ley de participación ciudadana que determine los procedimientos de la democracia directa, como vinculantes. Y junto a esa ley, una serie de reformas a la Constitución estatal para permitir tanto los procedimientos vinculantes de consultas votantes como la interrupción de los periodos de gobiernos por los cuales fueron electos los funcionarios o representantes cuestionados. Lograr la aprobación de una ley de avanzada de participación ciudadana y las respectivas reformas a la constitución local, no es fácil; sin embargo, hay condiciones para plantearlo. En el caso del grupo parlamentario de Morena se vería mal que se opusieran a este tipo de medidas cuando el Presidente que viene de su partido las está promoviendo, y la fracción del PRI ya no tiene motivos para oponerse dado que tiene pocas posibilidades de ganar la próxima gobernatura y gran parte de los ayuntamientos. Por tanto, los astros políticos parecen alinearse a favor de una ley que democratice la vida política en el estado: que haga que la sociedad esté más involucrada en la definición de la creación de normas, de políticas y actos de gobierno y en la elección o revocación de los representantes populares. Es el momento de la democracia directa y la incidencia ciudadana en el gobierno: es el momento de la revocación de mandato en Zacatecas.
