■ “Se ha dado el primer paso” para resolver el problema de la inseguridad”: Ramírez Cuéllar
■ Dice que hay avances en la propuesta para tener un órgano de vigilancia y de seguridad más fuerte
La constitución de la Guardia Nacional, con mando civil y con facultad de intervención en tareas extraordinarias de seguridad pública, es un avance importante para atender esa problemática en México, afirmó Alfonso Ramírez Cuéllar, diputado federal del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
A final de cuentas “queda claro que es un mando civil, los militares se retiran dentro de cinco años, se logra que los militares tengan participación en materia de seguridad pública que era el gran debate”, dijo.
En ese sentido, refirió que el mando y la participación de los militares en tareas de seguridad pública, de carácter extraordinario, eran los dos ejes principales de discusión, pero finalmente hubo los acuerdos necesarios.
Consideró que la Guardia Nacional será benéfica para toda la sociedad, además de que se cumplen con los criterios de convencionalidad, además que hay avances en la propuesta para tener un órgano de vigilancia y de seguridad más fuerte.
En ese sentido, Ramírez Cuéllar indicó que “se ha dado el primer paso” para resolver el problema de la inseguridad, con la garantía de que la Guardia Nacional tendrá un mando civil y no militar.
“Los militares realizarán tareas de seguridad pública de manera extraordinaria, como viene en la reforma que se hizo; se retiran dentro de cinco años y de esta manera se evita cualquier propósito o consecuencia de militarización”, dijo.
El jueves pasado, el Senado de la República aprobó el dictamen de reforma y adiciones a la Constitución Política del país que crea la Guardia Nacional. El documento logró modificaciones sustanciales respecto a la propuesta inicial para atender exigencias de organismos internacionales defensores de derechos humanos.
Asimismo, la sociedad civil planteó la necesidad de establecer un mando civil y no mixto. Es decir, las cuestiones operativas de la Guardia Nacional no estará en manos de mandos militares ni tampoco existirá una Junta de Jefes de Estado integrada por representantes de la Secretaría de la Defensa Nacional y la Marina.
El Senado determinó que la Guardia Nacional sea una institución policial civil que dependerá de la Secretaría de Seguridad Pública a nivel federal, a la vez que se estableció un plazo máximo para la presencia de las fuerzas armadas en las calles, el cual será de cinco años.
