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jueves, 25 abril, 2024
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The Ballad of Buster Scruggs: Vida y muerte en el Viejo Oeste, según los Coen

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Por: ADOLFO NÚÑEZ J. •

La Gualdra 369 / Cine

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En una era donde existe un enorme debate entre la proyección del cine en salas tradicionales frente al streaming de las plataformas digitales, Netflix ha logrado consolidarse como una ambiciosa productora cinematográfica al contratar a directores experimentados para encargarse de sus contenidos originales. Destacan entre estos cineastas los hermanos Coen, quienes con su más reciente película The Ballad of Buster Scruggs hacen un profundo homenaje a uno de los géneros que, al parecer, se encuentra entre sus favoritos: el cine del Viejo Oeste. Si bien los Coen lograron reivindicar a las historias de vaqueros con No Country For Old Men (2008) y True Grit (2010), con The Ballad… se vuelve todavía más evidente la enorme influencia que han tenido en su obra los westerns clásicos de Sergio Leone y John Ford.

Atípica desde su concepción y estructura, The Ballad… es una antología de relatos ubicados en el Viejo Oeste donde el tema en común es la muerte y sus intermitencias. Seis historias hilarantes, macabras, melancólicas, mordazmente crueles y sorpresivamente conmovedoras donde ambos directores hacen uso de su característico humor negro para hacer una revisión de su propio sello de autor, y por consiguiente de sus particulares obsesiones como realizadores a lo largo de su filmografía.

En estado puro, el humor de los Coen siempre logra burlarse con incomodidad y malicia de las desgracias y el absurdo de la tragedia, y The Ballad… no es la excepción. Los hermanos directores abordan de manera caricaturesca la mala suerte como una verdad inmutable del universo, y lo logran al confeccionar una parodia necesaria de un estilo fílmico repleto de mitos e idealizaciones sobre la imagen honorable del vaquero en épocas pasadas. Al mismo tiempo que

homenajean un género y su imaginario, ambos directores también lo satirizan y exponen por completo, tal y como hicieron a manera de pastiche en su filme Hail, Caesar! (2016). Como una mórbida burla, los realizadores hacen uso de una violencia explícita que pretende contradecir las expectativas de una narración en la que predomine el bien y el mal y que son extraídas de un contexto histórico donde los conceptos de justicia y moralidad fueron dictados de manera llana por la habilidad con el revólver.

Como tal, se nos presenta a vaqueros vestidos de blanco exigiendo amabilidad y modales para un segundo después llevar a cabo una matanza, perforando manos, cráneos y regando sangre por todas partes. Tales contradicciones les sirven a los hermanos Coen como una alegoría final sobre su manera de ver la propia condición humana y el mundo que los rodea; esta visión particular la encuentran más clara y evidente en un sitio tan hostil, inhóspito e impredecible como el Viejo Oeste, un lugar en el cual la muerte se regaba como una epidemia imparable y donde una vez que sus habitantes llegaban a su destino final lo único que esperaban era tener el sombrero y las espuelas bien puestas.

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