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jueves, 28 marzo, 2024
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Es hora de impulsar la unidad democrática en Morena Zacatecas

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS HERNÁNDEZ •

La política unitaria de las izquierdas, en su versión zacatecana, tuvo uno de sus mejores momentos en 1977 con motivo de la defensa de la autonomía e institucionalidad universitarias. Otro momento muy importante llegó en 1988 con las candidaturas de Heberto Castillo, primero, y después con la de Cuauhtémoc Cárdenas, a la presidencia de la república. La gran confluencia de fuerzas coaguló en la fundación del PRD, cuya presencia electoral en Zacatecas había llegado, según los reportes de varias encuestas, a cerca del 20% a fines de 1997. La ruptura de Ricardo Monreal con el PRI y su alianza con el PRD para dar origen a la alianza por la dignidad y la democracia en 1998, hizo posible la primera alternancia en el poder ejecutivo estatal al obtener la mayoría de los votos con un 43%. El mismo agrupamiento de fuerzas, con la candidatura de Amalia García, retuvo la gubernatura en 2004.

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En la elección intermedia de 2007, la coalición ganadora sufrió su primera ruptura cuando los hermanos Monreal decidieron competir por su cuenta con las siglas del PT, y después con el Movimiento Ciudadano (Antes Convergencia). El PRD perdió el municipio de Fresnillo con el PT y el de Zacatecas con el PAN. Al acercarse la sucesión gubernamental del 2010, se impuso en el equipo gubernamental la confianza en el poder electoral del ejercicio gubernamental y fracasaron otra vez los intentos de restaurar la Coalición ganadora: el resultado fue que ganó el PRI con Miguel Alonso superando a David Monreal, Antonio Mejía Haro y Cuauhtémoc Calderón, quién compitió por el PAN. Paradójicamente, los tres primeros habían formado parte de la coalición ganadora de 1998 y 2004. La elección de 2016 fue el escenario de otro fracaso de las izquierdas zacatecanas; tuvo como protagonistas a Alejandro Tello por el PRI, a David Monreal por Morena y a Rafael Flores Mendoza por PAN-PRD-MC, resultando ganador el primero de ellos. El 2018 fue la primera ocasión que coincidieron la elección de presidente de la república, senadores y diputados federales, con la intermedia local. Los diferentes resultados obtenidos hablan de un significativo voto diferenciado que permitió que ganaran los candidatos de Morena para presidente, senadores y diputados federales, pero no ocurriera lo mismo en las elecciones de legisladores locales y ayuntamientos; fue claro que las candidaturas locales no fueron procesadas adecuadamente y muchos electores emitieron votos de castigo.

De lo anterior es fácil concluir que si las distintas fuerzas progresistas repiten el error de llegar divididos a la cita de julio de 2021 donde se elegirán diputados federales, gobernador, diputados locales y ayuntamientos, el resultado volverá a ser el mismo en las elecciones locales, aunque la presencia política del presidente López Obrador pudiera arrastrar a los candidatos de Morena a diputados federales. Si desde ahora no se hacen esfuerzos para establecer una ruta crítica que contenga elementos para restaurar la confianza personal, estudiar y dialogar sobre las coincidencias programáticas necesarias y suficientes para incrementar la cohesión política, y no se precisan con detalle las reglas del juego para definir las principales candidaturas, se puede apostar doble contra sencillo a que el resultado será igual a los dos anteriores: un nuevo fracaso de las izquierdas zacatecanas.

Es evidente que una buena parte de la responsabilidad de hacer las cosas bien descansa en las dirigencias de Morena, nacional y estatal. La primera definición política que deben tomar es la de que se respetarán las reglas democráticas contenidas en los estatutos del partido, lo que pondrá en consonancia la política de consultas populares que aplicará el gobierno federal, y la vigencia real de la democracia participativa en Morena. Los dirigentes de Morena deben iniciar pronto los trabajos tendientes a la preparación del Congreso Nacional Extraordinario programado para noviembre de este año, que habrá de tomar las decisiones que conviertan a ese partido en el gran partido democrático que merece nuestro país. Otra fracción de la responsabilidad recae, desde ahora, en las personas que se mencionan como aspirantes a la candidatura de la coalición encabezada por Morena a la gubernatura del estado de Zacatecas. Todos ellos podrían acordar en los hechos que este año se realice una serie de actividades para debatir la problemática de la entidad, y las soluciones que se consideren viables a la luz del plan nacional de desarrollo que en poco tiempo presentará el presidente ante el Congreso de la Unión. Es fundamental que dirigentes, legisladores y aspirantes informales, elaboren mediante el debate respetuoso e informado las posturas comunes que sostendrán en las distintas trincheras del debate local. El partido que dirige el Gobierno Federal no se puede dar el lujo de sostener posiciones diferentes ante problemas públicos relevantes. Por último, las personas que representen en Zacatecas al gobierno encabezado por AMLO deben tener presente la gran responsabilidad que tienen de seguir los lineamientos reiterados una y otra vez por el presidente: ningún programa público debe utilizarse electoralmente.

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