Ciudad de México. En medio de una muchedumbre que se congregó a la puerta de Palacio Nacional que da a la calle de Corregidora, el presidente Andrés Manuel López Obrador cruzó los 30 metros que lo separan de la sede de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) a donde acude al último informe del ministro presidente, Luis María Aguilar.
Su entrada al recinto de la SCJN se dio precisamente por una de las puertas que dan a esta calle.
Los pocos elementos de ayudantía y seguridad dispuestos para facilitar su trayecto, el cual realizó a pie, fueron insuficientes para contener la marea de ciudadanos y medios de comunicación que se formó a su paso.
Alrededor de 500, entre unos y otros, aguardaban desde alrededor de hora y media antes, la salida del mandatario y sólo un minuto antes de su paso se trató de organizar una valla que sin embargo derivó en desorden, empujones y caos.
López Obrador también era esperado por gente que procedía de diversos lugares para tratar de captar su atención con diversas demandas, pero camino a la Corte, no se detuvo.
La sesión del máximo Tribunal del país inició formalmente a las 13:00 horas tras lo cual se decretó un receso para esperar a la llegada del mandatario.
Una vez que el mandatario ingresó, la muchedumbre se disolvió y los comerciantes ambulantes de Corregidora reinstalaron sus puestos, mientras que a la entrada principal del edificio judicial, diversas organizaciones mantiene su protesta en contra de ministros, magistrados y jueces, a quienes a lo largo de la mañana han acusado de corruptos y han exigido su renuncia.
Es la primera vez que la avenida Pino Suárez no se cerró con motivo de la asistencia del presidente de la República a la lectura de un informe del titular de la Corte.
Menos de una hora con 20 minutos permaneció el presidente López Obrador en la sede de la SCJN.
A su regreso a Palacio Nacional el tumulto fue similar a cuando había realizado el camino inverso: aglomeración, jaloneos y gritos y consignas de apoyo.
Como atraída por un imán y con cálculo preciso sobre la hora en que nuevamente se abriría la puerta lateral del edificio de la Corte, la gente se aglomeró en el breve trayecto entre ambos históricos edificios unos minutos antes de la salida del mandatario.
“Obrador, Obrador’’ y “Presidente, presidente’’, se oyeron incesantes en el trecho caminado atropelladamente por López Obrador y donde nuevamente la seguridad que ofrecían los civiles de su cuerpo de ayudantes y cuatro elementos de la Policía Militar, así como unas simbólicas unificas, fueron incapaces de poner un poco de orden entre la multitud.
Y eso que esta vez, incluso los ‘toreros’ (vendedores ambulantes) de los alrededores del Palacio Nacional fueron voluntariamente a prestar ayuda en tan complicado recorrido.
