La Gualdra 364 / Festival Internacional de Poesía Ramón López Velarde 2018
Ávido de experiencias trascendentes
Bardo mira la luz del cuarto día
y ya no mira nada.
El treno repetido ha cesado también.
La tierra que es el fuego
que es el aire y el agua
es todo menos tiempo
y es el puro vacío
donde antes hubo cuerpo
y memoria del cuerpo.
Bardo ya muerto Bardo,
Bardo en vuelo,
es un ¡Ommmmm! sobre el tapete de ejercicio
a quien alguien dedica en flor de loto
la intención de su práctica sincera…
Bardo no lo resiste
(no habita en su glosario reencarnado
el concepto humildad ni mucho menos)
Bardo vuelve a la carga
para hablarnos del sueño
y la resurrección:
“Yo soy quien dije ser
en un principio
y ustedes mis adeptos”.
“¡Yo soy quien dije ser
en un principio
y ustedes mis adeptos!”
Es por ello que Bardo es apedreado
y se le lanza al mar desde las peñas
para morir de sed, alimentar gaviotas
y ver al cuarto día
que ya no mira nada
y que el torrente de agua
la sal, el aire, el fuego
la luz que se disuelve
el vaivén repetido y circular
el vaivén repetido y circular
el vaivén repetido y circular,
la terca permanencia
del vaivén repetido y circular
concluida la postura del cadáver
(que en sánscrito se llama shavasana)
suenan ya como un ¡Ommmmm!
dicho otra vez.
Tras ello viene un Shanti polifónico
y al final, sonriente y merecido,
con los ojos abiertos:
Namasté
* Ciudad de México, 1956.