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viernes, 29 marzo, 2024
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PAN llama a construir sin resentimientos ni odios

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Por: La Jornada •

Ciudad de México. En la sesión del Congreso general, en la ceremonia de trasmisión del poder Ejecutivo Federal, el senador Mauricio Curi, a nombre del PAN, destacó que hoy “sabremos oponernos con absoluta determinación a todo aquello que lastime el interés público y a la sociedad mexicana. Hoy somos también autoridad, gobernamos dos entidades y 500 municipios, representamos un poder coadyuvante”.

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El senador Curi aseveró: “Sabremos ser una fuerza política responsable y sensata; firme y gallarda, dialogante y demandante, que propone y acuerda”.

Dijo que en la tercera alternancia del siglo “nos recuerda que la sociedad vota para avanzar, jamás para retroceder, que la democracia implica saber ganar y perder, que las mayorías nunca son permanentes”.

Curi señaló que se debe emprender una nueva construcción nacional sin atropellamientos ni resentimientos, sin odios. Y antes que nada, y por encima de todo “debemos velar por la unidad de los mexicanos, por su seguridad y por su bienestar”.

Advirtió: “Nos alertan los tiempos recientes sobre el ímpetu, el sentido y la racionalidad del cambio. Alerta la tentación de someter la ley a la visión personal, a la ideología o al capricho. Consterna la posibilidad de querer convertir a la moral en constitución o la Constitución en un compendio de credos privados. No somos detractores del cambio, sino postulantes de una reforma con sensatez”.

México, subrayó, atestigua el inicio de una nueva era. Una era que debe, simultáneamente, cambiar, preservar y reafirmar. Acortar las desigualdades que nos dividen y cerrar la brechas que nos separan. Preservar los fundamentos de un nuevo sistema que la sociedad ha ido construyendo a lo largo de las ultimas décadas; que se significa por la libertad en su más alta expresión, el federalismo y al división de poderes y reafirmar la unidad nacional.

El senador panista refirió que en el recinto legislativo “no hay distinciones, ni jerarquías, provenimos de una misma unidad y respondemos a una misma legalidad. Quedó atrás en México la era del poder absoluto, intolerante, avasallante; la era del país de un solo hombre; la subordinación de los poderes públicos al designio personal.

Abundó: “Hoy nos debatimos entre la esperanza de cambio y la preocupación que generan las diferentes versiones sobre como lograrlo. No hay popularidad que se erija por encima de las instituciones. La convivencia de la República se deposita en la voluntad de la sociedad, en la fortaleza del interés público, en el imperio de la ley, en el actuar responsable y entusiasta de la autoridad”.

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