No te preocupes: tu vida desde hace mucho se fue al carajo. Ya nada puedes hacer por ella. Maldición. Te dijeron lo que tenías que comprar. Te dijeron cómo tenías que bailar el twist. También te dijeron cómo tenías que pensar para pertenecer al reino de los imbéciles que sonríen frente al televisor mientras los grandes hacen de las suyas.
Y te tragaste todo el cuento. Hasta el de la libertad de prensa a favor siempre del poderoso. Hasta el de la prostituida democracia tan semejante a la peor época del fascismo. Vamos, amigo, hasta hiciste trabajo no remunerado para Wikipedia. Qué buenos tiempos, piensas, te tomaron el pelo y creíste aquel cuento de que eras “intelectual” de esos que corrigen los textos de los demás con una superioridad que raya en lo ridículo y del que sólo se sentía orgullosa tu madre o tu novia.
Pero es tu vida. Y las más importantes corporaciones respiran a tus espaldas como cerdos hambrientos. Ni siquiera te das cuenta de ello porque hace mucho que te adiestraron como perrito que hace piruetas. ¡Bravo! Van por ti. No significas nada. Eres un número. Una fotografía en un folleto de instrucciones de uso. Un consumidor religioso en potencia que adquiere desde su miserable vida la última versión del iPhone en cómodas mensualidades porque te han dicho desde el principio que sin un aparato así tu vida no tendría ningún sentido, pero ¿es que acaso en algún momento lo tuvo?
Hay varias lecciones en Te están robando el alma (BlackieBooks 2017). De rebeldía. De miseria. De grandes estafas. Y Ian Svenonius nos las señala puntualmente, sin concesiones, a rajatabla, como si al abrir el libro en la primera página alguien te lanzara un escupitajo y tú disfrutases de su textura, de su consistencia viscosa.
Si algo aprendes luego de la lectura de Te están robando el alma es que la mejor prosa es aquella que no se anda por las ramas, que no disimula el odio que trae consigo, la rabia, porque Te están robando el alma se trata de un libro incendiario, de un ataque frontal contra muchos de los fenómenos sociales que han conseguido llevarte de espaldas contra la pared: eres ya un alienado que vive una vida miserable mientras otros piensan por ti, toman decisiones por ti, se apropian del circo, te visten de payaso y, una vez que se cansan, te arrojan a los feroces leones de un capitalismo cada vez más salvaje, cada vez más cruel, cada vez más insaciable. Buen punto: si creías que tu alma estaba con el buen Dios estás equivocado, la han hecho añicos, ¡no te preocupes!, es cuestión de tiempo para que puedas adquirir una lo mismo que si adquieres una computadora de última generación… ¡estás vivo!
Y puedes estar o no de acuerdo con Svenonius, pero lo que no puedes es permanecer indiferente una vez que han pateado tu trasero; Te están robando el alma se trata, sin duda, de un libro que te hace pensar, que te lleva a debatir con un autor que pone minas a tu paso durante la lectura, que te obliga a confrontarlo, un libro, panfleto, llámenlo como quiera, pues les aseguro que a su autor le da igual, indispensable para entender el odio contra las corporaciones políticamente correctas en el siglo XXI, su perverso mecanismo. ■
