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viernes, 19 abril, 2024
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Después de la bienal

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Por: NICOLÁS PRADILLA •

La Gualdra 362 / Nunca fuimos contemporáneos / XIII Bienal FEMSA

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Los días 16 y 17 de noviembre se llevó cabo el encuentro internacional Después de la bienal, como parte de la XIII Bienal FEMSA, Nunca fuimos contemporáneos. Este ocurrió en sedes distintas cada día: el Teatro Hinojosa en Jerez y el Museo de Guadalupe.

Este encuentro tuvo el propósito de reunir a algunas personas que han formado parte de programas curatoriales de bienales de arte contemporáneo así como programas pedagógicos inscritos en éstas y otras iniciativas que comparte preguntas comunes respecto a su temporalidad, escala y currícula. El propósito del encuentro, a su vez, fue compartir algunas preguntas alrededor del sentido que el formato bienal tiene actualmente a nivel regional y global, así como la pregunta que de forma enunciativa tituló al encuentro: ¿Qué pasa después de la bienal? ¿Qué pasa cuando se terminan los programas, se cierran las exposiciones, concluyen las actividades y las visitas? Aquello que sucede a organizadores, agentes locales y públicos una vez que el proyecto concluye.

La XIII Bienal FEMSA, Nunca fuimos contemporáneos es un proceso curatorial extensivo que se construye a partir de distintos programas y plataformas de convivencia e intercambio de experiencias y saberes, investigación museológica y formación reflexiva a lo largo de 18 meses en los que se experimenta con propuestas artísticas, pedagógicas, museológicas y editoriales. Su programa curatorial ha indagado en las formaciones híbridas entre lo histórico y lo contemporáneo desde una perspectiva autocrítica que apuesta por provocar espacios pausados de diálogo y aprendizaje basados en el reconocimiento colectivo de todas aquellas personas que participamos de muy diversas maneras en la discusión y la búsqueda de formas de interacción a lo largo de un periodo que antecede y rebasa los tiempos del montaje expositivo, pero que resuenan con él de

diversas maneras. Esta estrategia se vincula al traslado de la noción de curaduría hacia espacios de coaprendizaje que se anudan alrededor del arte como provocación para preguntarnos juntos acerca del contexto en el cual estamos situados, la historia y la forma en que se construye el pensamiento y las formas artísticas. El programa curatorial extensivo de Nunca fuimos contemporáneos ha fomentado entramados más ricos a partir de extender y ralentizar los espacios de discusión y práctica. El propósito de este encuentro se vincula a ese preguntar lento que se ha compartido durante más de un año donde la inscripción mediante objetos, textos, charlas, talleres y espacios de ocio permite conformar recursos de producción de visibilidad, pero mucho más importante aún, herramientas dúctiles para pensarnos y reconocernos desde Zacatecas.

El curador y gestor colombiano José Roca presentó cuatro casos de estudio mediante los cuales propone la figura del curador de infraestructura, idea planteada por Justo Pastor Mellado que refiere a aquél que sabe que sirve ante todo a un medio local al facilitar apoyo a sus instituciones, a las discusiones de sus campos artísticos y a construir herramientas de mediación que amplíen las posibilidades y las herramientas dialógicas del arte, la educación artística y la crítica. La labor del curador de infraestructura enmarcado en un contexto específico se encamina a contribuir a la consolidación de una base de discusiones comunes desde el autoentendimiento o la práctica situada lejos de la búsqueda de aprobación o consumo externo.

César Espinosa y Araceli Zúñiga presentaron la Bienal Internacional de Poesía Visual-experimental en México, una bienal que tuvo diez ediciones entre 1985 y 2009. Espinosa y Zúñiga fungieron como eje gravitacional de un proyecto periódico que partió de un trabajo translocal propulsado por el correo y los lazos de amistad.

El director artístico de la XIII Bienal FEMSA, Willy Kautz presentó apuntes sobre su participación en la Bienal FEMSA a partir de la metáfora del ovni utilizada por Gerardo Mosquera para hablar críticamente del modelo de bienal internacional de arte. Con esta idea plantea la forma de intervención que se ha urdido mediante estrategias de curaduría abierta a lo largo del programa extensivo de 18 meses que

busca establecer una discusión autoreflexiva y situada acerca de la contemporaneidad en Zacatecas.

Maya Juracán, cocuradora de la 21 Bienal de Arte Paiz, Más allá (2018), quien trabaja desde la gestión crítica de la memoria histórica guatemalteca, parte de comprender el territorio para acuerpar los diálogos localizados desde el feminismo comunitario como una herramienta para pensar en el espacio como una relación epistemológica en flujo, el cuerpo en su relación con este espacio, el tiempo, el movimiento y la memoria. La más reciente edición de la Bienal de Arte Paiz descentralizó territorial y conceptualmente la noción de producción y circulación cultural como una forma de montar un espejo que a la vez que recupera algunas narrativas de los largos procesos sociopolíticos en el país, apunta a abrir preguntas desde dentro.

Mônica Hoff. hizo una lectura comentada de «Experiencia #3, la 3ª Bienal da Bahia», texto del curador brasileño Marcelo Rezende escrito para este encuentro. Para el director artístico de la 3 Bienal de Bahia (2014) —una actualización de la memoria de las dos primeras ediciones cinco décadas después—, el formato bienal tiene la ambición de fomentar el pensamiento crítico sobre el otro y sobre sí mismo como un gesto político. La segunda Bienal de Bahía en 1968 fue clausurada por la dictadura el mismo día de inauguración. Rezende considera que traer su memoria al presente permite una narrativa subyacente de las circunstancias históricas del desarrollo cultural de Brasil durante el último siglo en tensión con el momento actual.

Uriel Márquez Romo, Ana Saryvi Riva Palacio, Citlali Córdova, Claudia Córdova, Diana Valdez, Fernando Salcedo y Elda Ortiz, artistas, investigadores y gestores zacatecanos que han participado de cerca durante la XIII Bienal FEMSA en Zacatecas plantearon, a partir de su experiencia, reflexiones acerca de los programas y sus desbordes. Su contribución ha sido de gran relevancia para cambiar las preguntas del equipo curatorial a partir de compartir desde Zacatecas dudas e intereses que configuraron el programa público, las colaboraciones museológicas o las publicaciones del programa editorial.

El cierre del encuentro estuvo a cargo de Mônica Hoff y Sofía Olascoaga con una conversación abierta a la participación de todos los asistentes enfocada en las preguntas que la discontinuidad de los programas curatoriales y pedagógicos de

muchas bienales e iniciativas que vinculan arte y aprendizaje. Los esfuerzos de conformación de programas dentro y fuera de instituciones arrastran, en muchas ocasiones, una inercia de demanda productiva sometida a «modelos» acríticos que fueron cuestionados a través de preguntas acerca de la temporalidad y aquellas potencias que quedan ocultas ante las instancias organizadoras. La discusión se orientó a pensar desde formas otras que se relacionan con el tiempo, la escala y el contexto desde preguntas a la demanda productividad y los programas.

Este encuentro permitió pensar desde Zacatecas en las formas en que nos relacionamos dentro de los marcos institucionales del arte y los eventos de largo aliento para buscar otras formas de hacernos preguntas una vez que el proyecto bienal ha terminado.

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