Importante, sensibilizar a diferentes instituciones sobre el trato que se da a este sector
El trato diferenciado incide en adolescentes de barrios, quienes “no interesan a la sociedad”
La falta de oportunidades laborales, la visión estigmatizada de la comunidad, pero sobre todo la falta de espacios públicos y la débil visión de un futuro, son factores que impulsan a los jóvenes a involucrarse en situaciones de violencia.
Lo anterior, lo expuso el académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Fernando Aguilar Avilés, en su conferencia “Juventud, prevención social de la violencia y modelos de intervención”, dentro de las actividades académicas de los festejos del aniversario de la Unidad Académica de Psicología de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).
Señaló que es importante que se sensibilice a las diferentes instituciones de gobierno, pues los adultos dan un trato diferenciado a las diversas juventudes, por ello deben ser más sensibles en este tema.
El universitario, quien trabaja en barrios con adolescentes, mencionó que desde instituciones como la policía se estigmatiza a ciertos sectores, por ejemplo, un muchacho de barrio marginado, con tatuajes, de piel morena, para los policías y para algunas instituciones, representa peligro.
En cambio, un joven de piel blanca, de una colonia de clase media alta, de piel blanca, con ojos azules y con tatuaje, la expectativa de ciertas instituciones es que puede ser hasta “cool” o bien aceptado.
Este trato diferenciado entre jóvenes incide en los adolescentes de barrios, quienes finalmente no interesan a la sociedad. “Los jóvenes de ahí no interesan. Los muchachos que se están muriendo en Fresnillo y en otros municipios ayer, hoy, no interesan en realidad a las instituciones”, dijo el especialista.
Es importante utilizar los elementos culturales de los barrios. Expuso que cuando se llega a los barrios se hace una caracterización básica de los jóvenes, con tres preguntas: ¿quiénes son?, ¿dónde están? y finalmente, ¿qué están haciendo?
En la mayoría de los lugares donde están estos adolescentes, se ha observado que sienten una imposibilidad de construir proyectos de vida. Sobre todo en los barrios fronterizos, donde permea en asunto del crimen organizado, los chicos sólo responden que tienen tres opciones: irse a Estados Unidos, unirse al narcotráfico o trabajar en una maquiladora más de 8 horas por 600 pesos semanales.
En este sentido, se explora el espacio urbano, y el mismo espacio da cuenta de lo que en términos culturales están trabajando los jóvenes. A partir de ese punto, se busca potencializar ese trabajo de manera integral.
Entre estos ejes de trabajo, se encuentran los talleres culturales, como cuando se detecta situaciones como graffiti. Posteriormente, se busca a quien los realiza y se le ofrece profesionalizarse y perfeccionar su técnica, potencializando sus habilidades.
