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jueves, 28 marzo, 2024
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La gente no sabe todo el proceso que implica contratar servicios funerarios

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Por: ALMA RÍOS •

Recomiendan no sólo pedir información por teléfono, sino visitar varios negocios de este tipo
“Debe de ser muy puntual” la persona respecto de lo que quiere y constatar si el paquete que está contratando lo incluye

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“Hay muchas aristas, la gente no sabe todo el proceso que implica” contratar servicios funerarios; ante lo cual la recomendación es nunca solicitar sólo la información por teléfono sino visitar varios negocios de este tipo, comparar y ver físicamente lo que refieren sus ofertas. Y al momento de concertar, “que quede todo por escrito fríamente en un contrato”.
Esta es la recomendación de un asesor de Funerales El Angelito, una empresa familiar que ya transita en su tercera generación sumando más de 60 años de experiencia en el ramo y que actualmente cuenta con cuatro sucursales distribuidas en distintos municipios de la entidad.

“Mucha gente compra porque le dicen, esto te cuesta tanto y lleva todo incluido, pero ahí viene la sorpresa” cuando se da cuenta de que el ataúd no es de las características que esperaba, por ejemplo, y que cada cambio le implicará un costo adicional, o bien que cree que el servicio que contrató involucra más aspectos de los que en realidad incluía el paquete.
“Debe de ser muy puntual” la persona respecto de lo que quiere y constatar si el paquete que está contratando lo incluye.
Al asesor funerario se le propuso pensar que atiende a alguien que nunca ha tenido la experiencia de enfrentarse al problema de tener un ser querido que muere y para el cual tiene que solucionar si lo sepulta o lo crema.

Con base en esa decisión y dónde se encuentra el cuerpo y a dónde pretende llevarlo, le asesorará sobre qué es lo que va a necesitar para armarle “un servicio de integración” que incluya el mover el cuerpo, embalsamarlo, llevarlo a una sala de velación o un domicilio, y posteriormente a un templo o al cementerio, entre otros aspectos.
El servicio básico que ofrece Funerales El Angelito incluye un ataúd metálico básico, la sala de velación, servicio de cafetería, el traslado del cuerpo, su embalsamamiento, el traslado nuevamente de los restos mortuorios, y la asesoría personalizada para los deudos sobre trámites con autoridades civiles y aun religiosas. Su cotización más elevada refiere un costo de 75 mil pesos y depende de diversas decisiones que tome el cliente al respecto del proceso ya citado.
Es algo que caracteriza a la empresa dijo, el que no manden a la cliente: “vaya al Registro civil o al panteón”, etcétera. Sino que El Angelito realiza los trámites y hacer pagos por él, mismos que luego le comprobará con recibos “para que no haya malos entendidos”.

“Son gastos aparte, la gestoría es gratuita por ir a hacer el trámite no cobramos nada. Todos los impuestos que genera el cementerio, el asentamiento de acta, eso es totalmente ajeno” a los costos del servicio funerario en sí. Y lo hacen “con el objetivo de que el familiar no ande del tingo al tango perdiendo el tiempo mientras puede estar con su familiar”.
Esta empresa no se enfoca en un sector socioeconómico dijo, sino atiende a clientes de cualquier nivel, desde un traslado internacional hasta uno nacional o comunitario.
“Tenemos las cremaciones, los embalsamamientos, servicios funerarios locales, comunitarios y la asesoría en todos los sentidos, nuestra experiencias es bastante amplia”.
En su opinión no son necesariamente recomendables los planes previsores porque hasta cierto punto “se sorprende” con ellos a la gente, pero también se genera la idea de que implican más de lo que se compró y el cliente “exige cuando no es posible”.

Funerales El Angelito vende “planes inmediatos” que se traducen en atender la necesidad prioritaria de sus clientes para hacer lo necesario a fin de sepultar o cremar a un familiar.
Sobre esta disyuntiva comentó que sigue siendo el estado de Zacatecas muy tradicionalista, pues el 98% de su clientela sigue optando por darle sepultura a los cuerpos de sus seres queridos.
“Todavía la gente no tiene la cultura de la cremación. Una gran parte de la gente que es cremada en Zacatecas es gente de fuera o que ha vivido en otros lugares y tiene otra perspectiva de lo que es la cremación, porque también implica sus gastos, implica comprar una urna, comprar un lugar o rentarlo para tener donde resguardar las cenizas”.
La sola cremación, es decir, la incineración de un cuerpo tiene un costo aproximado de 7 mil 500 pesos, a los que habrá de sumarse el costo de la urna, y los otros ya referidos.
Esto no excluye la necesidad del embalsamamiento del cuerpo (su conservación, desinfección y el arreglo estético de la persona), que se realiza para entre otras cosas, exponerla por última vez ante sus familiares y amigos. El proceso que se le aplica al cuerpo tiene un costo de 2 mil 800 pesos.

Requiere un ataúd para poderlo mostrar, y una inversión que involucra las características del mismo, y en este caso, “un gasto de operación” que se refiere al cambio que requerirá el estuche de todo el forro porque ya no servirá para otra persona. Y por supuesto los costos de velación, “entonces hay muchas aristas donde la gente no sabe todo el proceso que implica”.
Y que observa el asesor, hacen diferencia a la hora en que el cliente le comenta, “es que el de allá enfrente me lo da en 5 mil pesos. -Sí pero no te va a poner la sala de velación lo suficientemente decorosa con servicio de cafetería”, etcétera.

El asesor fue crítico respecto de los gastos que indebidamente dijo, tiene que cubrir la gente ante autoridades municipales.
“Porque se supone que el municipio tiene la obligación como tal de tener un cementerio y de dar un servicio a la ciudadanía o a la población, sin embargo, lo ve como un gran negocio, porque compra un terreno a 50 centavos y lo da a 3 mil pesos y le exige a la población que pague eso”, y aún un costo adicional de entre 500 a 600 pesos por sepultar a su muerto después de las 2 de la tarde (aunque la muerte no tiene horarios), y sin que esto implique tampoco el pago de tiempos extra a los trabajadores.

En Panteón de Herrera, también comentó, la gente que ya pagó su perpetuidad desde hace 30 años, ahora si quiere sepultar a otro ser querido allí le vuelven a cobrar el terreno.
“Yo tengo un título de propiedad porque ya la pagué en su tiempo y si tienen sus libros de registro en aquel momento no se establecía que se iba a pagar un arrendamiento o un predial, ahí se decía a perpetuidad, que quiere decir que es una propiedad que se está comprando para siempre”.
El asesor funerario observó que dentro del ramo se ha ido perdiendo mucho esa parte de ser compatible con el dolor de la gente. Hay quienes lo ven como un negocio, totalmente un negocio. Y hay quien lo ve con un sentido humanitario; me debe generar para sobrevivir pero tampoco me voy a los extremos”.

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