Había de muchos estados del país, pero abundaban las potosinas, ya por la cercanía, ya por su belleza, todas con cartilla de salud verificada a diario y había ilegalidad, homicidios, altos sufrimientos.
Los reglamentos de la ciudad eran severos pero todos vulnerados: se prohibía que hubiese prostitutas menores de edad y las había hasta de 12 y 13 y 14 años, las mismas autoridades levantaban el censo y especificaban estatura, peso, señas, particulares, domicilio.
La edad de las demás variaba entre los 18 y 30 años de edad.
El pueblo minero zacatecano “compensaba” tener fugas ante tanta presión en las duras jornadas en el fondo de las minas, donde las esperanzas de vida no sobrepasaban a los 40 años de edad y en un mar de bebidas alcohólicas y marihuana, las mujeres sexoservidoras abundaban en medio de trampas, señuelos, pleitos, tugurios y cantinas, prostíbulos y casas de cita y con enfermedades como la sífilis, gonorrea, clamidiasis, piojos blancos o ladillas.
Unas aparecían golpeadas, asesinadas, ultrajadas y sin pago.
Las demás, sencillamente, mantenían a sus familias vendiendo su cuerpo.
En los anaqueles del grandioso Archivo Municipal Zacatecano tuve la oportunidad de ver cientos de expedientes donde de forma rigurosa está el listado de cientos y quizá miles de jóvenes prostituidas. Más aún, en las instalaciones del Archivo Histórico de Zacatecas vi sus fotografías y eran cientos, todas impactantes, miradas dulces, atrevidas, inocentes, necesitadas y otras enfermas, persuasivas, duras y sin sentimiento.
La pobreza y la falta de oportunidades daban pie para la prostitución a gran escala.
Los proxenetas abundaban de todos los colores, las promotoras ponían colchón, tarifa y jabón y ellas su cuerpo, su tiempo, sus caricias. Luego vi testimonios médicos donde muchas morían victimas de la sífilis en medio de grandes estertores, dolores y pestilencias.
Durante la tormentosa toma de zacatecas en junio de 1914 muchas fueron usadas por los soldados de ambos bandos para caprichos. Recuerdo también haber visto los informes del gobernador José Rosa García en donde se detallaban las actividades de cientos de prostitutas hacia 1830, además los informes detallados del gobernador José Echeverria hacia julio de 1853 en los que daban cuenta de tropelías en su contra, rebeliones de muchas de ellas exigiendo cesaran detenciones, menoscabo de pagos y componendas en las que se veían sujetas a trabajar gratis.
Muchos sufrimientos. La prostitución en Zacatecas sigue muy bogante. Muy activa. ■
