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viernes, 29 marzo, 2024
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Especialista: frente a la muerte, debe abandonarse visión maternalista de sobreproteger al paciente o a los familiares

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Por: La Jornada Zacatecas •

Esta actitud suele tomarse cuando las personas desconocen cómo actuar ante estas situaciones
Ante un diagnóstico de enfermedad terminal, debe tenerse claro que existen oportunidades distintas de vivirlo y sobrellevarlo: Martha Irene Solís

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Frente a la muerte o a procesos como las enfermedades terminales, debe abandonarse la visión maternalista de sobreproteger al paciente o a los familiares de una persona fallecida, aseguró Martha Irene Solís González, especialista en cuidados paliativos y tanatología.
Esta actitud suele tomarse cuando las personas desconocen cómo actuar ante estas situaciones, pero en lo que tiene que hacerse énfasis es en las múltiples formas que existen para vivirlas.
“A veces, si no tenemos una orientación adecuada tendemos a caer en una sobreprotección del paciente y hacemos una visión de túnel” en la que sólo se ve el final: la muerte.
Sin embargo, Solís González resaltó que, por ejemplo ante un diagnóstico de enfermedad terminal, hay que partir de que se tiene ese padecimiento, pero debe tenerse claro que existen oportunidades distintas de vivirlo y sobrellevarlo.

“Somos muy dados a apapachar y sobreproteger al paciente al grado de que los hacemos creer que son inútiles. ‘No te muevas que te va a doler’, ‘no salgas’; en lugar de decir ‘puedes hacerlo’. Mientras siga latiendo el corazón y haya un cerebro, hay vida”.
Expuso que los pacientes con una enfermedad terminal, al conocer su padecimiento, viven un duelo al igual que las personas que pierden a un ser querido o a aquellas que sufren otras pérdidas físicas por amputaciones.
El miedo y el dolor que causan estos duelos no se pueden sanar, recalcó, y por ello la función de la tanatología no es la búsqueda de superar esa situación, sino que se enfoca al acompañamiento de la persona.

“El miedo siempre va a estar presente y aquí no lo sanamos, acompañamos al paciente, a la familia, con todo el tacto, la dedicación y el respeto”.
Agregó que la forma en la que se aminora el miedo es con la verdad y no con el silencio de no informar cuál es la situación real que se está atravesando.
De ahí, dijo, la importancia de “armar redes de apoyo. El miedo no lo vamos a quitar, lo vamos a acompañar brindando opciones, verdades, posibilidades; tratar de, en un mundo gris, poner un poquito de color”.
Solís González expuso que una forma de hacer más llevadero el camino es la religión y la fe de las personas que estén tratando, por lo que al inicio se hace un estudio sobre cuáles son estas creencias a fin de poder utilizarlas en el proceso.
“Tengo que aprender a respetar las creencias de ellos. Nos favorece mucho la religión de cada paciente porque a veces es lo único a lo que tiene que aferrarse, a su esperanza, religión, fe, su creencia”.

Aparte de los duelos antes mencionados, dijo que en el México actual la situación de violencia que se vive ha provocado que haya otros que son más graves, como el que se vive por una desaparición forzada.
Este proceso es más difícil, precisó la especialista, “porque no tenemos a una persona que vamos a entregarle su cuerpo, no tenemos una tumba, no hay nada que a mí me diga o me haga consciente de que mi ser querido ya no está”.
El acompañamiento en este caso sigue siendo fundamental, pero lo que no se puede hacer es dar esperanzas; “no soy quién” para hacerlo.
Por ello, su función es sólo “acompañar un proceso de duelo que tiene altas y bajas, unos días están bien y en otros un color, una canción, una persona, una playera me recuerda a mi ser querido y vuelvo hacia abajo otra vez”.

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