Autora: Paulina Cortés Muñoz
Residencia: Panindícuaro, Michoacán, México
En el reencuentro de votos
la Muerte al señor encontró.
El político la saludó
mientras, susurrando, exclamó
Ayúdame con una casilla.
La Muerte lo pensó
y le dijo que sólo con una condición,
pues si sales con agresión,
hasta aquí se terminó.
El político lo pensó y enseguida lo aceptó.
Pero, enseguida, pidiendo su pensión
con su dinero y su esplendor.
La Muerte, acorralada, no tuvo opción.
Lo tomó con engaños
y a la tumba se lo llevó.
No tenía opción alguna,
pues su oferta era mucha.