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viernes, 29 marzo, 2024
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¿Cómo se dará el fin del INEE?

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Por: RAMIRO ESPINO DE LARA •

La capacitación al maestro va a ser voluntaria. Ni siquiera se va usar la palabra evaluación, eso se termina. Va a ser capacitación voluntaria. Si no estamos en la época de la esclavitud, a ver un instituto de fiscalización, como es en las dictaduras. No, los maestros están conscientes de que tienen que capacitarse y confiamos en ellos. Ya no se va humillar y degradar a los maestros.
Andrés Manuel López Obrador

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El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) se creó en el año de 2002, inicia sus funciones como organismo descentralizado, posterior a ello, cambió el régimen a descentralizado no sectorizado y, a partir de febrero de 2013 se convirtió en un organismo público autónomo con personalidad jurídica y patrimonio propio. En esta nueva etapa, el INEE tiene como tarea principal evaluar la calidad, el desempeño y los resultados del Sistema Educativo Nacional en la educación preescolar, primaria, secundaria y media superior; desde su creación, se propusieron las siguientes tareas:
Diseñar y realizar las mediciones que correspondan a componentes, procesos o resultados del sistema
Expedir los lineamientos a los que se sujetarán las autoridades educativas federal y locales para llevar a cabo las funciones de evaluación que les correspondan.
Generar y difundir información para, con base en ésta, emitir directrices que sean relevantes para contribuir a las decisiones tendientes a mejorar la calidad de la educación y su equidad como factor esencial en la búsqueda de la igualdad social.
Es sabido por los maestros, autoridades gubernamentales y educativas que el INEE para lo único que ha servido es para servirse del sistema educativo aunque siempre han pregonado que actúan de acuerdo a la “normatividad”, una normatividad que la hicieron con orientación punitiva, violentando flagrantemente los derechos de los maestros, y, peor aún, mofándose de los mismos dada la angustia y rechazo a la presentación de exámenes estandarizados que para nada llevan la intención de evaluar la calidad de la educación tal y como pomposamente lo declaran. Por tal motivo, es de celebrarse la decisión del próximo presidente de la república donde anuncia el fin del INEE, es cuestión de que se precise qué es lo que se entiende por “fin”, la reciente declaración sobre tal vez la desaparición de este “instituto evaluador” sin lugar a dudas que ha levantado ámpula y más cuando abiertamente el propio presidente electo dice que este es un nido de corruptos toda vez que se adjudican altos funcionarios sueldos de hasta 200 mil pesos.
Ante toda una serie de promesas hechas por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ha dado indicios de cumplimiento, la muestra es la cancelación o transformación de la reforma educativa; el congreso de la unión ya ha tocado este punto y, por lo que se percibe, inicia el camino tal vez de la cancelación de dicha reforma. Por supuesto que así como constitucionalmente se impuso, por la misma vía se abolirán la “ley suprema de la reforma educativa”, y la del Servicio Profesional Docente, aunque cabe destacar que estas leyes no son toda la reforma, en las iniciativas que la mayoría de los diputados postulan, hablan también de modificar las atribuciones del INEE y/o de desaparecer al mismo.
No será fácil para el nuevo gobierno desaparecer al INEE dado que en él pululan toda una serie de intereses que organismos rancios han creado y que, por supuesto, solo se han beneficiado las élites; me refiero, al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), la Secretaría de Educación Pública (SEP), la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), entre otros de menor rango y de bajo perfil. Debe reconocerse la disponibilidad de AMLO por hacer eco de lo que el magisterio rechaza dado que en poco o nada beneficia a los verdaderos maestros, tomo como referencia la declaración que hace éste sobre el fin del INEE: “la voluntad del maestro para capacitarse” y “sacar de uso la palabra evaluación”; concibo a la capacitación como un mecanismo para formatear a los maestros y convertirlos en operadores de contenidos curriculares como si fueran obreros de la educación y, la evaluación no debe desaparecer de ninguna organización social toda vez que se hace necesaria para valorar el nivel de avance que se lleva en los procesos que se generan en el seno de las instituciones.
Me pregunto ¿será posible la desaparición del INEE?, dicha interrogante obedece a que existe la iniciativa de parte de los legisladores para someterla a votación, creo no será fácil este proceso por las razones expuestas en el párrafo anterior, lo que es cierto es que no ha cumplido con su cometido este instituto puesto que desde que se fundó (2002) la tarea principal era la de garantizar la calidad de la educación, dieciséis años son muchos para el insignificante avance que se ha tenido, el error fue apostarle a la evaluación como única vía para lograr la calidad que tanto pregonaban. Todo esto es el costo por no considerar en la construcción de este proyecto a los actores principales del proceso educativo, me refiero, por supuesto a los Maestros.
Considero que la educación va más allá de desaparecer un instituto o sistema, va más allá de cumplir con lo establecido en los proyectos; los proyectos educativos jamás prosperarán si no se atiende primero la desigualdad social, la marginación, la deserción escolar, la eficiencia terminal, el rezago educativo, la desigualdad económica, etc. Tampoco se prosperará si el sistema educativo sigue culpando a los maestros de los males que dicho sistema padece, lo que es peor, que les endilguen a estos la responsabilidad para corregir dichos males.

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