■ El próximo lunes se realizará una reunión con el objetivo de elaborar una estrategia para dar una atención integral a los migrantes en su éxodo desde Centroamérica hacia EU
■ Participarán autoridades de los tres niveles de gobierno, universidades, organizaciones de la sociedad civil y directores de medios de comunicación
Héctor Daniel Ayala Talamantes, encargado de la Pastoral Social de la Diócesis de Zacatecas y coordinador de la Casa del Migrante “Sembrando Esperanza”, hizo un llamado a la población de la entidad a ver el tema de la migración “de manera humana” y a la gente que practica alguna religión, “también a verlo desde la fe”.
“Para nosotros los católicos la migración es encontrarnos con Cristo que es forastero, que dijo: ‘Yo fui forastero y me hospedaste’. Es ver cómo nuestro señor cuando aún estaba en los brazos de su mamá, que todavía no caminaba, fue exiliado a Egipto porque lo querían matar; un emigrante forzado”.
El próximo lunes informó el religioso, se realizará una reunión con las representaciones del Gobierno Federal a través del Instituto Nacional de Migración (INM), la Secretaría General de Gobierno del estado, la Secretaría del Zacatecano Migrante (Sezami), los presidentes municipales de Fresnillo, Guadalupe y Zacatecas, la Iglesia Católica mediante la Pastoral Social, las universidades, las organizaciones de la sociedad civil, y directores de medios de comunicación.
El objetivo es elaborar de manera conjunta una estrategia para dar una atención integral a los migrantes que en su éxodo desde Centroamérica hacia los Estados Unidos transitarán por el estado dentro de la Caravana Migrante.
“En el tema de migración siempre debemos vincularnos, siempre debemos trabajar en equipo”, dijo.
Ayala Talamantes fue insistente en exponer al fenómeno migratorio como un problema humanitario.
Concretamente sobre la que se ha llamado la Caravana Migrante o el Éxodo hondureño, que ha llamado la atención de los medios de comunicación porque “vienen juntas” en este momento unas 3 mil 500 personas, observó que responde a una “grave necesidad” que se tiene en Centroamérica, y las razones por las cuales las personas optaron por salir de sus países “son causas muy válidas”.
Más allá de la presencia del crimen organizado, más aguda en aquella zona de Latinoamérica que en México, la Caravana Migrante tiene como móvil de llana sobrevivencia.
El presbítero expuso también la necesidad de eliminar los prejuicios en torno a la migración e ir a sus impactos objetivos “que en realidad son más cosas positivas que negativas”.
Entre otras citó, de investigaciones realizadas en la Unidad Académica en Estudios de Desarrollo de la UAZ, que el 80 por ciento de la riqueza que los migrantes producen se queda en el país que los alojan, pero además que resultan ser más productivos que la población nacional.
En la percepción que se tiene de los migrantes y la migración, también subrayó, “es importantísima la labor de los medios de comunicación” porque a partir de lo que transmiten y el manejo editorial que hacen de ello se han manifestado dos posturas entre las audiencias, una “de humanidad”, y otra de racismo y xenofobia.
Por ello reiteró el llamado a ver el fenómeno a través del enfoque de la solidaridad humana que es la base, dijo, para después abordarlo desde otras perspectivas sobre las que también alertó los prejuicios que se esgrimen, como las presuntas amenazas a la seguridad, la economía y la sociología, y sobre las que observó, “hay muchos tabúes que no tienen fundamento. Son solo prejuicios y es importante aniquilarlos”.
Héctor Daniel Ayala Talamantes informó que la Casa del Migrante “Sembrando esperanza” tiene capacidad para albergar de manera digna y humana, a unos entre 250 y 300 migrantes, a quienes puede ofrecer dormitorios, alimento y respaldo psicológico.
“La casa está diseñada para 150 personas”, pero pueden alcanzarse las cifras citadas “haciendo el esfuerzo (…) Ya en caso de emergencia como hemos visto en la Caravana que incluso acampan, podemos albergar toda la Caravana, que ahorita vienen 3 mil 500 personas”, a las que sería posible darles una comida al día mediante la red de voluntarios con que ya se cuenta.
Comentó que los migrantes están avanzando por el país de dos formas, una es agrupados en el citado contingente de 3 mil 500 personas, que considero la más positiva porque así se resguarda mejor su seguridad, sus derechos humanos, y aun permite que la gente que los recibe pueda organizar un evento para ello, y otros más pequeños y vulnerables.
Sus expectativas son que pase por Zacatecas algún flujo de migrantes como estos que desvíe su ruta para transitar por este territorio aunque su recorrido rumbo al norte sea más largo.
“Si en la zona conurbada Zacatecas-Guadalupe tenemos un promedio aproximado de 30 migrantes de paso flotando –normalmente, podemos decir que puede subir a 70, 80, 120 o 150 de manera constante durante algún tiempo, que pienso que es lo que va a suceder aquí y que nosotros si tenemos la capacidad para recibir”.
Recordó asimismo luego de informar que recién arribó de la Ciudad de México donde participó en una reunión de Pastoral social de la Iglesia católica, que esta institución tiene de manera estable 110 casas del migrante en el país ubicadas desde Tapachula, Chiapas, a Tijuana, Baja California; y en toda la frontera con los Estados Unidos que trabajan de manera permanente en la atención de migrantes de paso.
Por estas casas y otras que están en proceso de construcción transitan hasta entre un 90 a 95 por ciento de la migración irregular.
“Entonces la directriz que tenemos –de Pastoral social- es seguir haciendo lo que estamos haciendo y tratar de que este aspecto de la migración lo veamos de manera humana y de manera más integral no solamente económica, política sino de manera completa”.
Refirió asimismo que México sigue siendo en el mundo el principal corredor de migrantes, ya que transitan por su territorio aproximadamente entre 350 a 400 mil personas cada año.
En el caso de Zacatecas, una entidad con tradición migrante desde hace 150 años, suma ya 10 en que se ha convertido en ruta de tránsito para aquellos que provienen del sur.
Por sus cualidades históricas respecto de su vínculo económico y cultural con el fenómeno, también comentó, debería constituirse no en una ciudad sino en un “estado santuario” al modo en que se han autodefinido demarcaciones en los Estados Unidos como California.
“Cristo fue una persona que entregó su vida, y la entregó fuera de la ciudad, en el Monte Calvario. Cristo es el gran migrante. Por eso nosotros estamos llamados a servir al migrante, a hacer camino y a hacer servicio de humanidad”.
