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jueves, 28 marzo, 2024
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Ni perdón ni olvido. Que no sea solo consigna

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Por: Jorge Adán Hernández •

Algunos veteranos de la lucha social y estudiantil de aquellos tiempos recuerdan en carne propia aquella masacre; muchos otros que ahora son grandes idealistas y luchadores sociales, no vivieron de manera directa la masacre ocurrida en la plaza de las 3 culturas, pero fueron contemporáneos de aquellos estudiantes que fueron asesinados; otras generaciones, sabemos de esos tristes sucesos gracias a los libros, periódicos, y demás medios de información que hoy en día hacen una crítica e informan sobre lo sucedido. Así pues, el 2 de octubre, no se olvida. A 50 años, los universitarios siguen clamando justicia. El martes pasado estudiantes de todos los niveles se dieron cita en calles, avenidas, plazas y monumentos bajo la consigna: ni perdón, ni olvido.
Sé que no es necesario que le relate los hechos ocurridos en Tlatelolco en 1968, porque seguramente usted, estimado lector, ya los conoce; sin embargo es necesario comentárselos de la manera más breve posible, le aseguro, que al leer la breve narración, tendrá la sensación de que esa historia la había escuchado muy recientemente… El 2 de octubre de 1968, estudiantes se manifestaban en la plaza de las 3 culturas en Tlatelolco, pedían nada más que sus derechos como estudiantes, sus exigencias no iban más allá de lo que consideraban justo. Todo era en son de paz, era una manifestación pacífica. De pronto un helicóptero lanzaba bengalas color verde, esa fue la señal para que el infierno comenzara. Se escuchaban disparos por todos lados, la desesperación y el miedo se adueñó del contingente. Era el ejército matando estudiantes, así es, los militares, que son los que deben de defender al pueblo, lo estaban asesinando, por órdenes del mismo Presidente de la República. De esa cobarde forma el régimen político de México intentó callar y sepultar la lucha estudiantil. Leyó usted bien, las autoridades mexicanas por medio del ejército, atacaron a su pueblo en 1968, hace 50 años… ¿le parece conocida la historia? Seguramente sí, hace una semana, relatábamos algo muy similar; nos referíamos a los 4 años que han pasado sin haber justicia, de cuando autoridades gubernamentales se vieron involucradas en la desaparición de 43 estudiantes. Una historia muy similar a la de 1968, donde también el ejército estuvo involucrado, y donde la verdad sigue escondiéndose en los cuarteles y en los testimonios de mandos militares. El modus operandi fue muy parecido en Tlatelolco y en Ayotzinapa. Militares contra estudiantes, las órdenes venían de arriba y en ambos casos, aunque un hecho fue hace 50 años y el otro 4 años, el objetivo era exactamente el mismo: callar los gritos de libertad, cerrarle el paso al pensamiento crítico y asegurar de esa forma la supervivencia del régimen político opresor.
¿Lograron apagar la lucha estudiantil? ¿Las generaciones de estudiantes posteriores a las del 68 no perdonan y no olvidan? Para responder se debe mencionar primero, que el movimiento estudiantil del 68 fue un semillero de luchadores sociales, de activistas, de lucha universitaria. A pesar de que los hechos ocurrieron en el Distrito Federal, hoy CDMX, los ideales y furor del estudiantado contagió a todo el país, en ese entonces; repito, en ese entonces; los estudiantes tomaron sus instituciones educativas, las calles las plazas, y no de manera conmemorativa, sino hasta lograr resultados satisfactorios en pro a la educación universitaria. El movimiento estudiantil del 68 fue estandarte de grandes cambios universitarios, fue lo que marcó el inicio de importantes escritores y pensadores.
Hoy en día no hay mayor referente y bandera de la lucha estudiantil y universitaria, que el movimiento del 68 y que los 43 de Ayotzinapa. El martes pasado lo escuchamos de cientos de estudiantes: “ni perdón ni olvido”. El pasado 23 de septiembre también escuchamos con la misma energía: “nos faltan 43. Fue el Estado”. Pero, ¿solo son consignas conmemorativas? Estoy convencido de que cada uno de los estudiantes y ciudadanos que participaron en las manifestaciones, conmemoraciones y protestas ya sea del 2 de Octubre o de Ayotzinapa; lo hicieron convencidos de que la lucha estudiantil y social tiene que ser constante, es alentador ver como para mala suerte del régimen, los estudiantes tienen memoria. Pero ¿qué hacemos el resto de los días del año?
La lucha estudiantil debe ser a diario, recordemos que muchos de los derechos universitarios no se ejercen o no permiten ejercerlos. No nos vayamos tan lejos, a muchos estudiantes no les hacen valida su credencial para aplicarles el descuento en el transporte público, muchos estudiantes son víctimas del autoritarismo de administrativos y docentes universitarios, muchas instituciones y Unidades Académicas están secuestradas por grupos compactos de interés que hacen y deshacen a su antojo. Eso es por lo que combatía el movimiento estudiantil del 68. Hoy en día gritar y sentir nuestras las consignas como la de “ni perdón ni olvido” o “nos faltan 43” nos debe a obligar a combatir las actuales formas de opresión universitaria. Que los estudiantes asesinados por el ejército hace 50 años en Tlatelolco y hace 4 en Ayotzinapa no se vuelvan una simple efeméride; sino que se honren con la lucha estudiantil todos los días desde nuestras escuelas.

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