Detrás de la desaparición de alumnos está la batalla por la educación pública
Durante el conversatorio denominado “Vivos se los llevaron, vivos los queremos: a 4 años de Ayotzinapa y la inconsistente verdad histórica”, realizado este lunes, académicos de la Universidad Pedagógica Nacional, la Universidad Autónoma de Zacatecas y la Normal Rural de San Marcos “General Matías Ramos Santos”, afirmaron que “de Tlatelolco a Ayoptzinapa hay una historia abierta que no ha cerrado gracias al empeño y terquedad de quienes seguimos alentando la bandera de la escuela pública, de la libertad y del derecho a la diversidad”.
Víctor Manuel Fernández, de la Universidad Pedagógica Nacional unidad 321 (UPN), consideró que detrás del ataque a los normalistas de Ayotzinapa y la desaparición de 43 de ellos está la batalla por la educación pública y contra la construcción de la comunidad como forma de organización social.
Refirió que los maestros egresados de las Normales Rurales tienen una relación muy estrecha con las comunidades, por lo que el suceso de hace cuatro años es en realidad un ataque contra la organización de las comunidades.
“Cuando llegan a la comunidad, muchos de los normalistas rurales tienen un comportamiento de compromiso y construyen comunidad. Eso no nos gusta porque vivimos en la sociedad del individualismo y por ello el profe que piensa así es indeseable”, expresó.
Hallier Arnulfo Morales Dueñas, de la Normal Rural de San Marcos “General Matías Ramos Santos”, afirmó que el ataque a los normalistas de Ayotzinapa no fue aislado, sino que es un ataque sistemático contra todas las Normales Rurales del país.
Muestra de ello es la manifestación estudiantil que realizaron el año pasado las alumnas de la Normal Rural de Cañada Honda, Aguascalientes, debido a que su internado desde su fundación siempre ha sido para mujeres, pero la convocatoria de ingreso que publicó el Instituto de Educación de Aguascalientes permitía el acceso a varones.
El problema no era que hubiese varones en la institución, sino que las instalaciones del interno no eran aptas para un internado mixto, por lo que las estudiantes se movilizaron contra ello.
“La respuesta fue el uso de la fuerza. Cortaron la luz del pueblo, suspendieron los víveres, el servicio de agua potable, Las tuvieron en estado de sitio, pero normalistas del país se solidarizaron y jóvenes que venían de Tiripetío, Michoacán, fueron detenidos por policías estatales de Aguascalientes, los bajaron de los autobuses, los esposaron, golpearon, y si no es porque circularon imágenes por redes sociales, habrían desaparecido porque el propio procurador no tenía conocimiento”, expuso.
Según relató Morales Dueñas, después de una hora fueron abandonados en baldíos de Aguascalientes y todos estaban golpeados, mientras que algunos que pudieron escapar se escondieron en fraccionamientos.
“De Tlatelolco a Ayoptzinapa hay una historia abierta que no ha cerrado gracias al empeño y terquedad de quienes seguimos alentando la bandera de la escuela pública, de la libertad y del derecho a la diversidad”, expresó.
Por su parte, René Amaro Peñaflores, de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), manifestó la necesidad de profundizar en la hipótesis del vínculo entre el Estado y los grupos del crimen organizado.
Refirió que, de acuerdo a los especialistas que investigaron el caso, varios de los autobuses que utilizaban lor normalistas trasladaban droga, lo que derivó en el ataque contra los normalistas de parte de las fuerzas de seguridad.
Recordó que el operativo contra los estudiantes estuvo a cargo de la Policía Federal, la Policía Ministerial, la Policía Municipal y el Ejército, lo que explica la manera en que fueron asesinados y desaparecidos.
Aunado a ello, comentó que históricamente las Normales Rurales han sido objeto de persecución, de manera que ese es otro elemento que confluyó el 26 de septiembre del 2014.
“El significado de la lucha de los estudiantes de Ayotzinapa, de la exigencia de aparición de los 43 estudiantes, forma parte de este proceso histórico de un legado hacia la educación pública, gratuita y laica”, dijo Amaro Peñaflores.
