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viernes, 19 abril, 2024
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A 50 años del 2 de octubre del 68

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Por: JÁNEA ESTRADA LAZARÍN •

Editorial Gualdreño 355

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Medio siglo ha transcurrido ya desde la Noche de Tlatelolco, aquel 2 de octubre tristemente recordado cada año por los acontecimientos violentos entre las fuerzas del Estado y las organizaciones estudiantiles en la Ciudad de México. 50 años de marchas, de manifestaciones de los estudiantes que siguen pidiendo justicia por los jóvenes desaparecidos y asesinados. “Ni perdón ni olvido” es una de las consignas más repetidas desde entonces, retomada con más fuerza a partir del 26 de septiembre de 2014 cuando se dio otra agresión en contra de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa. Si 1968 fue un parteaguas en las formas de organización estudiantil, 2014 es el año en que se incrementó todavía más un descontento histórico que parece no tener fin y continuará en tanto no se tenga noticia de qué fue lo que pasó con ellos. ¿Dónde están los estudiantes del 68, dónde los de Ayotzinapa? Es la pregunta constante.

            Hace 4 años, los estudiantes de la Normal Isidro Burgos se encontraban “boteando” precisamente para recaudar fondos para poder asistir al aniversario del 2 de octubre; la noche los encontró en el lugar equivocado y cubrió de oscuridad lo que pasó; hoy no tenemos más certeza que la de saberlos ausentes de las aulas en la que habrían de formarse como profesores rurales, saberlos ausentes también en sus hogares y en este país en el que seguimos recordándolos.

            Quisimos dedicar La Gualdra 355 a este aniversario número 50 del 2 de octubre del 68 porque consideramos indispensable que no se olvide lo que pasó, que se sepa a cabalidad lo acontecido, para que las nuevas generaciones tengan como referencia histórica lo que la juventud mexicana ha hecho para organizarse en pos de mejorar las condiciones educativas en las que se encuentra inmersa.

Así, Mauricio Flores nos comparte en este especial una reseña sobre el libro de Gonzalo Martré, Los símbolos transparentes, una novela cuya primera edición data de 1979 y en la que se retoma la narración de los hechos ocurridos durante la tarde de ese 2 de octubre; para muchos especialistas en el tema, es una de las publicaciones que recrea “los días más significantes del movimiento e incorpora personajes de entonces (la juventud, los estudiantes), alternándolos con los de la élite política y de los medios de comunicación, plenamente identificables entonces y ahora”.

En páginas centrales, Eduardo Jacobo, académico universitario que ha estado publicando en redes sociales una cronología de cómo se fue generando el conflicto y recrudeciendo hasta llegar a los hechos violentos que hoy seguimos lamentando, participa con el texto “En contra del olvido: 2 de octubre, a 50 años”, en el que afirma que “El ‘68 más que el fin de un movimiento significa el punto de partida de una lucha constante por parte de la juventud universitaria por ocupar un papel protagónico en la sociedad”, entre otras cosas. En ese mismo espacio, participan otros dos profesores universitarios: Carlos Flores y Pilar Alba; el primero nos hace un recuento de cómo es que tuvo noticia de estos hechos ocurridos antes incluso de que él naciera: “en mi cabeza de adolescente fueron miles los fallecidos, pero la cifra no es lo importante, sino la infamia mediante la cual el gobierno ha cometido y sigue cometiendo infinidad de crímenes atroces”, reflexiona. Pilar Alba nos comparte un cuento de su autoría también relacionado con cómo imagina que vivieron el momento los estudiantes que trataban de huir despavoridos tratando de salvarse.

El cine también ha retomado el tema en reiteradas ocasiones, pero ha sido quizá el caso más significativo el de la película Rojo Amanecer, de Jorge Fons; al respecto, Adolfo Nuñez nos habla de cómo “el filme nos adentra en la vida de una familia común que vive en el edificio Chihuahua en Tlatelolco”; asimismo, establece similitudes con otro largometraje, Canoa (1975) de Felipe Cazals, que sin abordar el tema de 1968 sí encuentra cierto tipo de relación con el manejo fílmico de este tipo de conflictos sociales. Carlos Belmonte, por su parte, nos habla de la película de Paula Markovitch, Cuadros en la oscuridad.

Amando Salgado, nuestro amigo poeta michoacano, ha querido que parte de su libro inédito de poemas Tierras altas de Mato Grosso (que obtuviera el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2017) apareciera aquí por la importancia del aniversario que nos ocupa. En contraportada se encuentran, para cerrar, las colaboraciones de Alberto Huerta y Eduardo Campech Miranda -quien habla de los libros de Elena Poniatowska y Luis González de Alba). A todos ellos y a Hua.ra.che gráfica por la imagen de portada, mi sincero agradecimiento.

Cierro este espacio editorial recordando con respeto a Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca, uno de los líderes del movimiento del 68 a quien tuvimos la fortuna de conocer y compartir el pan y la sal aquí en Zacatecas. A la memoria de él y de todos por quienes seguimos exigiendo justicia.

Que disfrute su lectura.

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