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martes, 23 abril, 2024
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El peligro del nacionalismo

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Por: Carlos Galaviz Garza •

Tanto el capitalismo como el nacionalismo son frutos de la obsesión por el poder, el éxito y la posición social.
El fin y los medios
Aldous Huxley

 

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«En América Latina, por ejemplo, refleja un claro deterioro en el respaldo ciudadano a la democracia. Esto es sumamente grave. Ante este desafío, el mundo no puede caer en la trampa de la demagogia ni del autoritarismo. El único camino viable, la única respuesta verdadera a una ciudadanía exigente, es la propia democracia.” Estas fueron algunas líneas del último discurso que pronunció ante la asamblea General de las Naciones Unidas como presidente de México, Enrique Peña Nieto. Tal pareciera que el mensaje fuera dirigido para evidenciar ante el mundo, esta nueva moda que se acentúa entre los gobiernos como es el Nacionalismo.
Antes del mensaje de nuestro presidente, subió a la tribuna quizá el máximo exponente actual del nacionalismo moderno; Donald J. Trump; presidente de los EUA. Ante una asamblea expectante de su discurso, cayó del interés a la burla entre los mandatarios asistentes. Y es que en su afán de comparativa con grandes ex presidentes como Lincon o Rossevelt, era de esperarse dicha reacción. Muchos de los asistentes, como millones de personas alrededor del mundo, pensamos que el gobierno del “top man show”, es un buen ejemplo como el nacionalismo ha hecho de EU UN gobierno con falta de claridad y rumbo; y sobre todo, un gobierno con políticas despreciables e inhumanas.
La noticia pronto le dio la vuelta al mundo; el presidente de Estados Unidos, más que risas y gestos de burla de los asistentes, pudo constatar la enorme desaprobación que hay alrededor del mundo de su gobierno. Sin duda y tan solo quizá, la próxima que suba a esta tribuna tan importante o en cualquier otra, sepa que la humildad resulta un ingrediente indispensable en la retórica y sobre todo en la política.  El nacionalismo meramente retorico lo hemos visto, es aparte de despreciable e inútil, un lastre para el mundo. Y una cosa es clara, de no ser un instrumento al servicio de las grandes mayorías, el nacionalismo no encierra más que problemáticas del pasado. Desde luego, no escapó a los observadores en la asamblea, el hecho de que Trump solía referirse de manera constante a Obama como el “hazmerreír” del mundo y lo culpaba por la pérdida del respeto de Estados Unidos en la arena internacional; ironía de la vida que en ese momento la burla era hacia él y no para Obama.
Pero no solo en EUA la malversación del concepto nacionalismo está afectando en la conducción de los gobiernos hacia un mundo cada vez más informado y globalizado. Nuestro país, ha caído en el mismo bache de un falso nacionalismo. Nuestro ahora presidente electo AMLO, ha usado la misma retorica nacionalista durante más de una década, la señalización y denuncias sobre las fallas políticas del sistema, fueron de su campaña pilar fundamental para llegar a ser presidente de México.
La historia no se equivoca, nos ha enseñado en sus registros, que el nacionalismo mal implementado está siendo de países para el mundo económico trincheras de guerras ideológicas que incitan a las guerras bélicas. El nacionalismo es una ideología que entiende la nación como la unidad fundamental para la vida social del hombre, por encima de cualquier otro principio social y político, el nacionalismo es una barrera contra la integración, aspiración o tendencia de un pueblo o raza a constituirse en estado autónomo.
Un claro ejemplo de esto, es la Alemania de Hittler, que nos enseñó que ese tipo de ideología extremista y exacerbada, cayó en uno de los movimientos bélicos e ideológicos de odio y racismo más grandes y dañinos que han existido en el mundo. Otro ejemplo del nacionalismo extremo, es el usado en el país Vasco en Cataluña; que pretendieron en su amor propio de lenguaje, cultura y tradiciones, se hicieron la idea de un país independiente y utópico alejado del cobijo de España. Con este pequeño paraje histórico no pretendo poner en comparativa a nuestro país, ni mucho menos a un personaje tan odiado como Hittler con el que al día de hoy, es mi presidente electo.
Mi pretensión es solo poner en evidencia lo peligroso que puede ser caer en las redes de un falso nacionalismo, esa idea errónea que se tiene de cómo manejar un país bajo los efectos del patriotismo extremo, impide tener un camino claro para el bienestar de los ciudadanos. Un claro ejemplo de la peligrosa y falsa retórica de Obrador, es la idea famosa de la defensa del petrolero, o quizá también la falsa idea de resolver temas importantes como el de seguridad y corrupción con el simple hecho de la figura de Andrés Manuel como presidente.

Para finalizar:
Un gran combatiente del nacionalismo extremo es el gran escritor y ganador de premio de literatura 2010 Vargas Llosa, quien en su momento expresó preocupación ante la falsa idea del concepto de nación que tiene AMLO: “Su gestión podría empujar a México a un desastre, no a una catástrofe como Venezuela, pero con consecuencias muy negativas para América Latina”; Ante ello, llamó a los mexicanos “a que miren lo que pasa en Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia y vean adónde puede conducir la irresponsabilidad electoral”. ■

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