La empresa de origen zacatecano tiene más de medio siglo de llevar diversión a las ferias
“¡¿No hay caballitos?!, ¡¿Cómo que no hay caballitos?…una feria sin caballitos o sin carros chocones no es feria!”, replica Marco Antonio Ornelas Haro los reclamos que una ausencia como esta provoca en los demandantes de divertimentos que forman parte de las ferias populares y por tanto de los recuerdos de niñez de miles de personas.
Las sensaciones que van del plácido viaje rotatorio sobre un corcel o una sirena, al vértigo que lleva hasta el grito, la carcajada o a veces las lágrimas provocadas por la adrenalina en los cuerpos de niños, jóvenes y adultos que giran, se elevan o rotan, es la labor de Atracciones Roca desde hace 55 años.
Marco Antonio Ornelas Haro forma parte de una red familiar, en este momento de aproximadamente 100 integrantes, dedicada a viajar desde “Cancún hasta Tijuana” para ofrecer este divertimento tradicional en el que no debe faltar como ya dijo, el carrusel, la rueda de la fortuna, los carritos chocones, el Himalaya o el kamikaze.
El origen se remonta al interés de su abuelo, Salvador Haro Medina, fundador de Atracciones Roca, quien empezó vendiendo en las ferias que se hacían cerca de Guadalajara, dulces típicos, para luego hacerse de un primer volantín (un carrusel de caballitos), “y luego otro y otro, y así hasta que sus hijos crecieron y se logró hacer una empresa grande”.
“Mi abuelo es de Tlaltenango, Zacatecas, era, en paz descanse. Somos de origen zacatecano muy orgullosos, y tenemos 55 años dedicándonos a los juegos mecánicos. Nuestro abuelo empezó y ya de ahí sus hijos, sus hijas, y de ahí nacimos todos”.
Para la Feria Nacional de Zacatecas 2018 Atracciones Roca trajo un total de 54 juegos entre los que se encuentran como sus atracciones principales, el Gladiador y el Diamante.
Sobre este último que, mientras sucede la conversación parece “inofensivo”, así estático a plena luz del día y sin el entorno de los gritos que provoca a los desafiantes de sus efectos, señala que es el único péndulo en México en gira; existe solo otro pero en un parque de diversiones del país.
“Ese cuando esta de cabeza” alcanza una altura de 30 metros. La misma que tiene la rueda de la fortuna, comenta. “Se ve chaparrito pero ya cuando esta de cabeza y luego dando vueltas…”.
Se refiere después al Gladiador. Ya el nombre puede adelantar un poco, y pensando en aquella lucha contra gigantes que dio El Quijote, a que se enfrenta el retador en este juego que tiene 45 metros de altura.
“Son dos de las cartas fuertes que traemos en atracción y novedad, traemos mucha variedad de juegos, desde ratón loco, rueda de la fortuna, oruga, Himalaya, Júpiter imperator, Rambo, kamikaze…traemos una infinidad de juegos para chicos y grandes, y todo por 200 pesos (de lunes a jueves)”.
Se refiere a una promoción que le permite al usuario adquirir una “pulsera mágica” (de uso personal y por una sola jornada) mediante la que puede subirse a los 54 juegos sin restricción de las veces que quiera hacerlo por ese precio; una posibilidad que observa Marco Antonio Ornelas, de darse, se traduciría en una sola ronda, en un costo de 3.50 pesos por cada divertimento, “me salen debiendo”, agrega.
Hay otra posibilidad, también pensada para que las familias zacatecanas puedan tener acceso a los juegos mecánicos, otra pulsera esta “clásica” que incluye menos juegos y cuesta 150 pesos.
Frente a él está la lista de los precios de los juegos, que efectivamente van desde los 30 pesos a los 80 pesos por ronda, este último asignado justo al Diamante, le sigue en valor el Gladiador con 70 pesos, son los que tienen precios más elevados, los otros rondan entre los 30 a los 60 pesos.
El tema de las promociones tienen que ver con la adaptación de la empresa al mercado local y forma parte de su estrategia para mantenerse viva, ya que dependen de ella, además de los 100 familiares, unas 700 personas, de las cuales están en Zacatecas 500 trabajadores para poder armar y atender los juegos y vendimias que conforman el parque de diversiones en la Fenaza 2018.
En el caso de que estuvieran por ejemplo en Monterrey, comenta, una ciudad industrial cuyos niveles de vida son más altos para su población, quizás no implementaría las promociones con las pulseras y se cobrarían los precios de acceso a los juegos como están planteados normalmente.
Es ineludible hablar de economía. También para Atracciones Roca los últimos 15 a 10 años han sido difíciles, su margen de ganancia se ha reducido dice Ornelas Haro en un 50%, pero sienten un compromiso no solo con la gente a la que buscan divertir sino sobre todo con las familias que dependen de este trabajo.
“Ya no te puedes detener porque ya depende mucha gente de uno, tanto como empresa como familia. Es un compromiso muy grande tanto con los empleados como con la gente a la que se le ofrece diversión”.
La vida en torno de la dinámica de viajar con los juegos mecánicos por el país, en su caso ya por 20 años, se ha vuelto una costumbre.
“Es una experiencia bonita porque conoces muchos lugares, mucha gente (…) para nosotros que nos dedicamos a esto es algo bonito. A lo mejor la gente que lo ve por fuera ha de decir que se batalla o cosas así, pero uno sabe que le da diversión a la gente y con eso es satisfacción”.
Esa búsqueda de la emoción, del vértigo, de la risa, de mareo… tiene detrás piensa Marco Antonio, también la necesidad de las personas de “olvidarse de sus problemas…aquí saco lo que traigo con los gritos…un rato de distracción…y que con la promoción que traemos, pues mucho más”, concluye.
