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jueves, 18 abril, 2024
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Los Frappes de María Antonieta

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Por: BASILIO HERNÁNDEZ •

Fue el 27 de agosto el día en que inconscientemente un grupo de alumnos del Colegio de Ciencias y Humanidades Azcapotzalcoprendería la chispa del movimiento estudiantil reivindicativo que hoy tiene en vilo a la máxima casa de estudios de nuestro país. Sus peticiones iniciales,que denunciaban la falta de profesores, irregularidades en los pagos y la presencia de porros en su plantel, fueron fuertemente reprimidas con palos, piedras y explosivos. La brutal agresión a la pacífica protesta dejó un saldo de jóvenes golpeados y acuchillados, no obstante sus consecuencias trascienden a una efervescencia estudiantil capaz de organizarse a tal punto de abarrotar la principal explanada de Ciudad Universitaria, a la vez que al unísono exigen un alto a las perniciosas problemáticas al interior del campus: narcomenudeo, asaltos, violaciones y asesinatos.
Paralelamente, mi alma máter, el Tecnológico de Monterrey, celebraba con bombo y platillo su 75º aniversario. El rimbombante y ostentoso festejo no pasó desapercibido por parte del estudiantado de la UNAM, quienes criticaron la falta de solidaridad y sensibilidad del Tec de Monterrey. Dichas críticas se agudizaron tras el lanzamiento de un frapuccinode la marca “Starbucks” exclusivo para la institución regiomontana. Es más que justo señalar que en efecto, el Tecnológico de Monterrey y diversos grupos estudiantiles como la Sociedad de Alumnos de Comunicación y la Sociedad de Alumnos de Letras Hispánicas se solidarizaron con la UNAM.
La conmemoración del Tec- a mi gusto banal y superficial- y los conflictos en la UNAM son mera coincidencia y circunstancia. Nadie en su sano juicio ni reprocharía la celebración de un hito tan importante como lo es cumplir 75 años, ni descalificaría una pugna suscitada por la misma inseguridad que diariamente azota a la población mexicana. El debate estriba pues, en las profundas diferencias económicas que traslucieron a la opinión pública. Diferencias que sabemos que existen y conviven, pero quizá no se habían discutido fuera del espectro político.Lo cierto es que existe una realidad arrolladora, el actual modelo económicono haresuelto los más graves problemas humanos y ha concentrado los beneficios en un grupo selecto. Prueba de lo anterior es que hay 53 millones de mexicanos viviendo en la pobreza, mientras que el 1% concentra el 21% de los ingresos (Oxfam). A su vez, la Asociación Mexicana de Agencias de Inteligencia de Mercado y Opinión Pública (AMAI)reporta que únicamente el 6% de las familias mexicanas pueden darse el lujo del ahorro y todos los gastos extras que ello conlleva, es decir, el acceso a mejores oportunidades. Ahora me permitiré hacer una correlación bastante osada pues es inducida y no cuenta con vigor estadístico. Para el ciclo escolar 2016-2017 la matrícula de alumnos cursando educación superior ascendió a poco más de 4.5 millones, de ellos más del 60% se enroló en universidades públicas. En el Tec de Monterrey solo hay 64 mil alumnos inscritos, una minúscula muestra de toda la población, ¿será que es porque menos del 1% puede costear la colegiatura o por el alto nivel exigido para entrar a tan prestigiosa institución?
Las críticas, injustificadas, se legitimaron trasel desdén petulante con que las recibieron ciertos alumnos del Tec. Los contrastes saltan a la vista, se da por sentado la realidad propia como absoluta sin tener en consideración el contexto social. Esta “burbuja” implica normalizar el aislamiento, viviendo en fraccionamientos, bajo el resguardo de vigilancia privada, trasladándose en la comodidad de unvehículo. Este muro que se impone entre ambas realidades no permite comprender e interiorizar los hirientes estragos de la desigualdad que se sienten ajenos, es decir: pobreza, desempleo, marginación de oportunidades y precariedad de las condiciones de vida. Si llegan a analizarse es bajo un intelectualismo etnocentrista, de composición vertical, que no se hace responsable de las problemáticas que afligen al país y por ende no se involucra en dignificar las condiciones de vida. Así, puede verse a la misma institución como una expansión de la esfera de los beneficiados, que reproduce y conserva los privilegios del statu quo mediante la inserción de nuevos actores naturales al sistema y diseñando programas académicos que satisfagan los perfiles requeridos poréste.
Se debe dejar de premiar el servilismo mercantily alentar la crítica y análisis de los problemas sociales, reconociendo conscientemente que estamos inmersos y sujetos a la agenda pública. El carácter apolítico del Tec lo ha vuelto hermético y opaco hacia el manejo de sus crisis internas, son sus estudiantes quienes hanreivindicadolos asesinatos de Jorge y Javier y quienes han buscado esclarecer los responsables de las fallas estructurales del Campus Ciudad de México durante el sismo del año pasado.Solo asumiendo su responsabilidad social y mostrando al estudiante la realidad nacional, podrá éste procurar solucionarla, empática y solidariamente. Así, de la mano de la UNAM, las dos instituciones educativas líderes en México, y de las mejores en Latinoamérica,pueden fraternalmente discurrir en un diálogo sobre el mejor rumbo para México y servir como el motor de una educación plural, crítica y sana, donde los estudiantes puedan florecer su vocación académica sin miedo a que se atente contra su dignidad e integridad física. ■

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