El primero de julio pasado el pueblo mexicano, harto de inseguridad y violencia, corrupción e impunidad, decidió apoyar con su voto a la opción que ofreció un cambio profundo. Con su voto millones de electores abrieron la puerta a un momento histórico, en el que todos los actores sociales del país serán actores, aún por omisión, de una lucha por el futuro de la Nación. Ya es evidente que las grandes organizaciones empresariales están presionando para que sus intereses sigan siendo prioritarios en el programa del nuevo gobierno. Falta que los grandes sectores sociales del país, del campo y la ciudad, los asalariados, los empleados, los campesinos, indígenas, mujeres, jóvenes y los estados excluidos de esa agenda y de los presupuestos, como Zacatecas, hagan sentir su presencia ante el nuevo gobierno y el Congreso de la Unión para lograr que sus demandas sean tomadas en cuenta.
En esta importante coyuntura, los zacatecanos debemos estar conscientes de que nuestro reto es dejar atrás las industrias obsoletas como falsa alternativa para el desarrollo estatal, decidirnos a promover la regulación y reducción del extractivismo minero que deja sin futuro a los territorios y las poblaciones, a asumir que la maquila es una actividad volátil y de escaso impacto en la cohesión y desarrollo territorial, y que ya no debemos aceptar como inevitable el inmenso sufrimiento de la separación de las familias de nuestros emigrantes. Nos urge una reflexión conjunta sobre cómo nuestro territorio, sus regiones y ecosistemas, sus recursos, y en particular su población, sus estudiantes, sus niños y jóvenes pueden articularse en un esfuerzo estratégico de generación de talento colectivo para insertar a Zacatecas, de una manera cualitativamente diferente, en la economía nacional y mundial. En pocas palabras, debemos asumir que nuestra sociedad no avanzará por el camino del incremento gradual y sostenido del bienestar, si no construimos entre todos un Plan de Desarrollo Estatal Integral que nos una en lo fundamental y que sirva de guía para conducir la gestión y el diálogo de nuestras autoridades con el gobierno federal.
Para construir tal Plan debemos aprovechar los esfuerzos que han venido realizando distintos equipos de investigadores y estudiosos de instituciones diversas en problemáticas como la prevención para evitar la inseguridad y la violencia, el deterioro ambiental y la escasez hídrica, el rezago en buena parte del mundo rural y la soberanía alimentaria, la migración en la época de Donald Trump y el desarrollo con enfoque trasnacional, la transformación de nuestro sistema educativo para que sea la palanca principal del nuevo desarrollo, las alternativas para aprovechar los recursos energéticos disponibles en el territorio, las condiciones para impulsar la innovación y la repatriación de talentos, entro otros temas fundamentales para, entre todos, abrir nuestra vía rápida en la construcción de la sociedad del conocimiento y de la innovación. Ese es el propósito de la convocatoria emitida hace varias semanas por el Rector Antonio Guzmán Fernández y diversos investigadores de la UAZ, de la Universidad Autónoma de Chapingo y de varias instituciones formadoras de maestros, así como otras personas interesadas en hacer posible un futuro del estado con desarrollo humano integral y sustentabilidad ambiental.
El próximo 14 de septiembre en el Teatro Calderón se presentará a la opinión pública el primer producto de este esfuerzo, y se pondrá a la disposición de los legisladores zacatecanos y el gobernador del estado para su consideración, esperando que les sea útil en su labor, especialmente en el proceso de integración tanto del Presupuesto de Egresos de la Federación como del Presupuesto Estatal. También será la base de futuros esfuerzos para propiciar una creciente participación ciudadana en la búsqueda de los acuerdos básicos que nos permitan avanzar unidos durante las próximas décadas.
La construcción de la agenda estatal, de la agenda nacional y la definición de los presupuestos, su ejercicio y fiscalización debe ser una tarea de todos los ciudadanos, funcionarios y no funcionarios, pues se trata del bien común, de los recursos públicos de planes, programas, proyectos y montos específicos de financiamiento de las arcas públicas. Finalmente, es necesario enfatizar que no basta plantear propuestas alternativas para el desarrollo como las que se conocerán el viernes 14, sino que se requiere la participación ciudadana permanente para lograr su inclusión en la agenda pública, en los presupuestos, y para participar en su ejercicio y fiscalización. Ello representa la posibilidad de que dispongamos de una verdadera democracia participativa en México y Zacatecas, por lo que todos los ciudadanos, sin exclusiones ni preferencias, están convocados a acompañar y enriquecer este proceso. ■
