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viernes, 29 marzo, 2024
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No podemos fallar

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Por: JOSÉ NARRO CÉSPEDES •

¿Quién ganó la elección del 1º de julio pasado?
Esta pregunta que parece absurda después de los resultados electorales que México vivió hace unos meses, sin embargo, la respuesta pone bajo la lupa a las fuerzas que impulsamos al ahora, presidente electo Andrés Manuel López Obrador.
Las izquierdas electorales, desde 1979, ha sufrido una importante metamorfosis, pasando desde el Partido Comunista de México (PCM), el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) donde cada paso que ha dado hasta el punto en que estamos hoy ha sido resultado de la lucha diaria.
La izquierda, desde hace más de 40 años, la izquierdas electorales han caminado cada metro del país, viviendo cada derrota como una oportunidad para aprender y construyendo cada victoria caminando con utopías de un México mejor.
Quizá la mayor victoria de la izquierda haya sido la Jefatura de la Cdmx, con Cuauhtémoc Cárdenas, pero mientras se ganaron comunidades, municipios y algunas gubernaturas, siempre fuimos una fuerza marginal que fue incapaz de defender los triunfos obtenidos en 1988 con el Frente Democrático Nacional y en 2012 al PRD, con Andrés Manuel López Obrador, mismos que fueron arrebatados de forma delincuencial por el PRI y por el PAN.
¿Quién ganó la elección del 1º de julio pasado?
La respuesta correcta quizá sea la pregunta contraria: ¿Quién perdió la elección?
30 millones de mexicanos votaron por terminar por un régimen manchado por la corrupción y la violencia, por el despilfarro y el fortalecimiento de la desigualdad. México votó en contra de un modelo que se fortalece en la pobreza de millones, que ha puesto a la venta del despojo a la madre tierra y el agua, que envilece el servicio público con el enriquecimiento personal.
Mucha gente, que nunca votó por de la izquierda y que no comparten nuestros sueños, votaron en contra del régimen del PRI, PAN y PRD pues dejaron de responder al pueblo hace años y encontraron en la propuesta de Morena una última esperanza para construir un México diferente y más justo.
Hoy, desde el Senado nos tocó enfrentar la acumulación de poder de Manuel Velasco, Gobernador de Chiapas, quien en un acto de poder psicótico se convirtió, al cambiar la constitución local, en suplente de sí mismo. Si no tenía la licencia del Senado, Chiapas se quedaba sin gobierno.
Morena no podía permitir el vacío de poder que el mismo Velasco estaba provocando. No estuvimos de acuerdo, pero nuestro compromiso, como Senadores, estaba con Chiapas y teníamos aprobar que Velasco no provocara un problema de gobernabilidad en el estado del sur.
Y con esta difícil situación vimos que las autoridades de Morena no nos podemos equivocar pues seremos duramente calificados. López Obrador haría metáfora del beisbol: entramos como relevistas con casa llena y sin outs. No hay margen de error.
Vamos a construir la cuarta transformación, no vamos a fallar y haremos historia.

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