La Gualdra 351 / Río de palabras
Apóstrofe heroico
Porque no te di tregua ni un segundo
reclamas, corazón, que estás cansado
y yo respondo: «tú me has guiado
y yo te he seguido por el mundo».
A veces he sentido que me hundo
con tal de no alejarme de tu lado:
pudiendo ya ser leño naufragado
continuamos cortando el mar profundo.
No me abandones lo que ahora resta
del trayecto sin carta y sin regreso
y afrontémoslo juntos como gesta
prodigando pasión, canto y derroche
de amistad. Mas no esperes ser ileso:
al puerto llegaremos de la Noche.
Afirmación
A pesar de mí mismo, si es preciso,
cumpliré la tarea encomendada;
si es preciso haré de la cascada
un río decantado y conciso.
Un sino inescrutable y alto quiso
que fuera ruiseñor de la alborada
con sangre de la aurora enamorada,
de víspera lechuza entre el granizo.
La vida para el arte yo prefiero
y transformar en rítmico sonido
–al fin como aprendiz del alfarero–
el fárrago tortuoso con su ruido.
No se fugue el instante pasajero
sin que forme de él cristal fluido.