Prototipo fue mejorado para usarse en unidades de mayor potencia, en el sector agrícola y ganadero
Costos accesibles y acreditación de certificaciones ambientales, entre las ventajas: Cabrera
Aunque fue presentada como una novedosa opción ante el incremento en el precio de los combustibles, el proyecto del biodiesel que se elabora en la Universidad Autónoma de Fresnillo (UAF) no ha tenido la aceptación por parte de los empresarios, tanto para su adquisición como para el reciclaje de la materia prima para conservar el medio ambiente.
Luego de cinco años de mejorar el proyecto de investigación, catedráticos, estudiantes y demás actores involucrados en su producción, presentaron un nuevo y mejorado prototipo con mayor capacidad y mismo que puede ser utilizado en unidades motrices que requieren mayor potencia, es el caso del sector agrícola y ganadero; sin embargo, a pesar de sus bondades son pocos los interesados en su implementación.
La rectora de la Universidad Autónoma de Fresnillo, Geovana Cabrera Girón, anunció que la intención es que las organizaciones ganaderas y agrícolas adquieran el prototipo de combustible y a futuro la institución educativa pueda asesorarlos en el mantenimiento y por ende también inculcarles la generación de su propio biodiesel.
“En caso de que los campesinos o los ganaderos o cualquier otro sector esté interesado en la producción de su propio combustible amigable con el medio ambiente, ellos serán quienes aporten el material y nosotros como institución educativa apoyaremos con la capacitación y presentarles el prototipo”, explicó.
Actualmente y para garantía de los futuros adquisidores, el producto ha sido probado en diferentes tipos de transporte desde camiones y tractores hasta camionetas y vehículos para demostrar la viabilidad del proyecto, es decir, quien decide adquirir la energía ecológica es testigo desde su creación en el laboratorio hasta su funcionalidad en unidad motriz.
La universidad, además de ofrecer a la iniciativa privada la opción del combustible hecho a base de aceite vegetal, sigue en el proceso de investigar otros 10 proyectos mediante alumnos de estadías con el objetivo de obtener más alternativas para la utilización del producto y como ejemplo la rectora mencionó que los remanentes del combustible son estudiados para poder comercializarlos como pulidor de pisos.
“Estamos haciendo varias investigaciones en beneficio de la sociedad y que realmente no solo se quede el conocimiento en la universidad sino que la investigación salga a la luz para beneficiar a diversos sectores como ahora es nuestra prioridad con campesinos y agricultores,” precisó Cabrera Girón.
Una de las ventajas que se ofrece a los empresarios fresnillenses es la diferencia en costos, con la liberación del precio de los combustibles, las gasolinas presentan variación de precio considerable; a comparación, el costo de biodiesel oscila aproximadamente a 16 pesos por litro mientras los hidrocarburos, en algunas estaciones de servicio, superan los 20 pesos por unidad de medida.
Otro de los aspectos que intentan destacar en los futuros compradores es que el combustible ha logrado acreditar las certificaciones ambientales que se realizan a los medios de transporte debido a su composición bajo en contaminantes y por ende es amigable con el medio ambiente.
La producción del biodiesel es variable, hay ocasiones que el laboratorio reporta una producción promedio entre los 250 a 500 litros por semana, aunque la capacidad del laboratorio es de generar hasta 400 litros diarios; ese energético tiene destino principalmente para abastecer vehículos utilizados en el mercado de abastos para el traslado de mercancías, ya sea del campo a la central comercial o diversos destinos.
Hay ocasiones que los camiones que utilizan el derivado del aceite vegetal comestible recorren distancias importantes, particularmente tienen como destino las ciudades de Monterrey, Mazatlán y la capital del país, donde se ha garantizado el empeño optimo del energético fresnillense al igual que acreditar la verificación ambiental.
Pese a las bondades del proyecto, se han registrado una serie de limitantes, es el caso de la falta de conciencia de las empresas y establecimientos dedicados a la preparación de alimentos que pudieran ser potenciales proveedores de la materia prima del proyecto, prefieren dar otro fin a los aceites.
“Hemos presentado un grave problema porque no hay conciencia entre los comerciantes que utilizan grandes volúmenes de aceite, realmente nosotros conseguimos la materia prima con empresas que se dedican a la recolección de aceite, porque la gente de los diversos negocios les da un manejo diferente y en ocasiones el fin último es en el sistema de drenaje”, lamentó la rectora de la UAF.
El proyecto de biodiesel actualmente es conducido tanto por alumnos y estudiantes de la carrera de contabilidad, administración de empresas e ingeniería industrial.
Antecedentes
Fue el viernes 16 de agosto de 2013 cuando se puso en marcha el primer laboratorio de biodiesel en El Mineral con el objetivo de contribuir al mejoramiento del medio ambiente a través de la transformación de residuos de aceites vegetales, al procesar los residuos industriales se iniciará una etapa de formación de investigadores zacatecanos.
Otro de los objetivos que se establecieron con la apertura del laboratorio era iniciar una nueva etapa de investigación científica para transformar la vida económica e industrial del estado, además de que Zacatecas se incluiría en la lista de los 10 estados de la República mexicana que cuentan con este tipo de tecnología para desarrollar combustibles amables con el entorno ecológico.
Otro de los temas pendientes para el laboratorio de biodiesel es que se concrete esta modalidad energética dentro de la industria minera y futuramente pueda utilizarse el producto fresnillense y así reducir los impactos al ambiente que genera esta importante actividad económica, hasta el momento no hay avances en este compromiso establecido desde el inicio del proyecto.
Este es el único laboratorio de biodiesel que existe en la región, se invirtieron cerca de un millón 600 mil pesos para concretar el proyecto, 400 mil pesos fueron aportados por la universidad y el resto, es decir, un millón 200 mil pesos, fueron aportación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
