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martes, 23 abril, 2024
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La pintura de José Luis Ramírez es un homenaje “a la infancia y la libertad”

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Por: ALMA RÍOS •

Busca proponer a la figura humana de las formas más inverosímiles

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“Me encanta deconstruir la obra y que formule un propio discurso”

 

La pintura de José Luis Ramírez (Durango, Durango, 31 de julio de 1981) suma un homenaje a la infancia y la libertad, un espíritu juguetón, presente no nada más mediante los grafismos infantiles que desde su primera obra seria, hecha hace 18 años, aparecen, sino mediante su intención de “tratar de engañar no solo al ojo humano” sino generar rupturas discursivas de lo común, y en ello proponer a la figura humana de las formas más inverosímiles o sorpresivas.

La obra del artista ha tenido contacto con los espectadores en Zacatecas luego de que fuera seleccionada en la 5ta. Bienal “Pedro Coronel”. Pero está a la expectativa de concretar un acercamiento con las autoridades culturales del estado con la finalidad de realizar una exposición “más directamente”.

“Yo me considero un pintor sumamente inquieto, puesto que a pesar de que hago bastante realismo e incluso mi obra logra notas hiperrealistas, me gusta transgredir mucho a la misma obra (…) a mí me encanta de pronto deconstruir la obra y que ella misma formule un propio discurso”.
De esta manera, no considera que su pintura sea realista, pero tampoco abstracta, “me encanta mucho el arte abstracto considero que hacia allá voy”.
El artista refiere la presencia de los grafismos infantiles en su pintura como “un homenaje a mi infancia”, a los niños y por tanto a la libertad “que tiene que existir en la obra”, y que lo identifica con la expresión de Joan Miró, quien dijera que “uno nace siendo pintor, lástima que crece…”.
De esta manera José Luis Ramírez tomó hace tiempo una determinación, la de “seguir siendo pintor” siempre.
No obstante esta la rúbrica infantil, su trabajo creativo llega a manifestar asimismo un compromiso con su sociedad y su época.
Refiere aquí que la más reciente beca del FONCA que obtuvo por su trabajo Primera época, una serie de 16 retratos de gran formato de personas reales, víctimas “colaterales” del crimen organizado, fue premiada “por su esencia y su compromiso social” mediante el que propuso al espectador una reflexión respecto de su entorno.

Ese diálogo que establece con el que observa sus cuadros, ese compromiso manifiesto, es su convicción de que el artista, en este caso el pintor, debe involucrarse con su sociedad informándose y aún “velar por la vida política” del país.
“Se trata de cuestionar” y de inmiscuirse en lo “que normalmente pareciera que un pintor no debiera de hacer”, dice.
Un ser humano a la par artista, debe comprometerse con las causas y el desarrollo de su país, considera.
“No se trata solamente de pintar, se trata de acomodar en un lienzo tus ideas, tus formas de pensar, tus inquietudes, obviamente con un sentido estético, pero también crítico. Es ahí donde yo trato de estacionar mi obra, quizás lo logre, posiblemente no lo esté logrando aún pero es ahí a donde yo voy con mi obra”.
Una obra para cuya creación también se nutre de la literatura. Durante la entrevista realizada vía telefónica con La Jornada Zacatecas, José Luis Ramírez refiere el cuadro que tiene frente a así.
“Es una niña que se convierte en árbol, pero de este árbol nacen hojas que son hojas de toronjil”.
La imagen está inspirada en la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo, que en este momento el pintor está leyendo e “investigando visualmente”.
“Me apego” mucho a los libros, “acudo a ellos”, dice, “y trato de retomar algunos esquemas, algunas ideas, algunos flashazos que me puedan apoyar en mi obra, eso es lo que a mí me fascina”.
Su obra; vuelve José Luis Ramírez a la descripción de los mundos que genera, “es muy dispersa, muy juguetona y muy cínica hasta cierto punto, me gusta…no quiero utilizar esa palabra, burlarme, pero sí me gusta hacer que la pieza sea divertida, sumamente divertida, que no busque esa seriedad, y que incluso rompa con ella”.
Así propuesta la creación de universos reales e irreales, construidos y deconstruidos, oníricos, casi surrealistas, pero que pueden aludir a realidades tan palpables y ciertas como la violencia que se ha desatado en México, su búsqueda creativa no terminará hasta agotarse su tiempo, sostiene.
“En el momento que pueda decir he logrado el objetivo de encontrar lo que quiero, aunque parezca un poco curioso lo que voy a decir, en ese momento estaré fracasando, yo creo que cualquier pintor debe tener una búsqueda constante de aquí a que te mueres”.

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