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viernes, 19 abril, 2024
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Azrael, el luchador que se convirtió en un promotor de la donación de sangre

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Por: RAFAEL DE SANTIAGO •

Siguió el ejemplo de uno de sus máximos ídolos de la lucha, el sacerdote Fray Tormenta

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“Perseguir este sueño en Zacatecas es dificil”; decidió abrir un negocio de comida

 

El deporte de la lucha libre en México ha dado grandes personajes a la afición. Muchos, son seguidos por los niños por lo que es importante que se les deje un buen ejemplo, considera el luchador profesional zacatecano Azrael.

En su caso, se ha convertido en uno de los promotores de la donación de sangre en el estado. Esto, tomando en cuenta el ejemplo de uno de sus máximos ídolos de la lucha, el sacerdote Fray Tormenta, quien aportó su grano de arena a la sociedad.

Tormenta se hizo luchador para poder obtener dinero, y poder sacar adelante a los niños y jóvenes huérfanos de la casa hogar que él administra. Azrael logró conocer a Fray Tormenta hace varios años y se hicieron buenos amigos. Tanto, que el sacerdote fue el encargado de bendecir su unión con su esposa ante la iglesia.

Azrael se convirtió en donante por casualidad. Todo empezó ayudando a alguien cercano que necesitaba plaquetas y cuando el donó, el personal que lo atendió le refirió que estaba en buenas condiciones de salud, justo lo que se necesita para ser un donador voluntario.
El luchador, como buen promotor de la donación de sangre en el estado, tiene una promoción en su negocio. Ofrece un desayuno de las especialidades de su local, a quienes comprueben que donaron sangre.

El gladiador del cuadrilátero señala que en Zacatecas es difícil dedicarse 100 por ciento a la lucha libre. Esto, por el tema económico, pues no se gana mucho y las empresas como la Triple A, visitan el estado cada dos meses, y en estos eventos, pelean los luchadores zacatecanos, pues no hay escena, como en ciudades como San Luis Potosí y Guadalajara.

Azrael le contó a su familia sus intenciones de abrir un restaurante y finalmente logró abrir un negocio el cual llamó “La Esquina Ruda”

Cuenta que trabajó como burócrata, con un horario fijo de trabajo, pero se quedó sin empleo y a pesar de que buscó y llevó solicitudes a varios lugares, no lograba colocarse en un trabajo.

“Yo era un ‘godinez’ trabajaba en una oficina. Pero me quede desempleado a mediados del año pasado. Yo tenía la inquietud de poner un negocio de alimentos, como otros luchadores, como Super Astro”, dice.

Le contó a su familia sus intenciones y finalmente logró abrir un negocio el cual llamó “La Esquina Ruda”. Pero lo hizo buscando darle un plus a su negocio, pues es diferente instalar un local, y adornarlo con máscaras, a que un verdadero luchador lo impregne de su esencia y su experiencia.

Además, en sus ratos libres, se dedica a hacer artesanías. Muchas de ellas, con la temática de la lucha. Esto inició porque buscaba adquirir souvenirs y objetos raros relacionados con su mayor pasión.

Al no encontrar los objetos que buscaba, decidió hacerlos por su propia mano. Entre las artesanías que realiza hay botellas de vino pintadas con las máscaras de luchadores reconocidos, como El Santo, Blue Demon, Rayo de Jalisco.

Recuerda que su pasión por la lucha fue desde niño, pero a la edad de los 16 años, comenzó a practicarlo en el Polideportivo. Ahí conoció a varios luchadores, a quien llama maestros, pues reconoce que aprendió de cada uno de sus compañeros.

Escogió el nombre de Azrael, pues es el nombre bíblico para el ángel de la muerte, señala el luchador ■ fotos: odín salinas

“Mi primera lucha, mi debut, fue algo tormentoso y atrabancado. Porque me subieron con mis maestros, y en esa lucha, me dejaron una silla de collar. Me vinieron pensamientos después de esa lucha, estaba adolorido y lastimado, pero me encantó sentir esa emoción, y dije eso es lo mío”, comparte Azrael.

Cuando buscaba el nombre de su personaje, en un principio quiso llamarle Ángel de la Muerte y existía El Arcángel y leyendo y documentándose, encontró el nombre de Azrael en la biblia, que es el nombre bíblico para el ángel de la muerte. De ahí se basa los colores de su equipo.

Conoció a grandes gladiadores, como Villano III, o Averno, quienes son repudiados por su rudeza. Pero señala que cuando se les conoce en persona y en un trato más íntimo, demuestran que son nobles y de buen corazón. Además, demuestran su compañerismo, dándole tips o consejos a las nuevas generaciones.

“Agradezco a la afición su apoyo. Una de las mayores satisfacciones que me deja la lucha libre es influir en la gente. Recuerdo que después de una lucha, se me acercó un joven y me dijo que me seguía en las redes sociales, y me comentó que él también ha apoyado la donación voluntaria y me enseñó su brazo. Me dio gusto que al menos en una persona hice la diferencia”, dice orgulloso Azrael.

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