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jueves, 28 marzo, 2024
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Los perfiles de los coordinadores federales o cómo la esperanza puede irse por la coladera

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Por: La Jornada Zacatecas •

Con el argumento de ahorrar en burocracia dorada, se ha anunciado la creación de una figura que ha generado enorme polémica: los coordinadores federales. Dicha polémica ha concentrado dos motivos principales. El primero se refiere a las capacidades directivas que pueda tener una sola persona en la conducción de decenas de programas federales. Dirigir implica orientar prioridades, planear las estrategias de aplicación y resolver una enorme cantidad de problemas de gestión programática. Esos delegados tendrán 6 apoyos regionales, pero bajo el mismo esquema de la totalidad de los programas federales en la entidad. En descarga de esta observación está el hecho de que en la administración pública existe una burocracia de cuadros técnicos que trascienden a los funcionarios de los del gobierno en turno. La estructura técnica de la administración pública genera una suerte de maquinaria que hace permanente la acción de los programas como si fuera automática. Si los funcionarios unitarios van a contar con esa máquina burocrática que hace el trabajo técnico, es probable que los funcionarios no hagan falta. Empero, eso es pensable en un gobierno completamente inercial, pero si la idea es crear un gobierno que rompa las lógicas del gobierno anterior, no sirve la ‘maquina automática’ de la administración.
La segunda objeción más importante se deriva de lo aquí dicho: ¿qué tipo de perfiles son los idóneos para realizar ese trabajo? Si no hubiera ningún cambio en los planes del gobierno anterior, y se tratara de una dinámica incremental o inercial, pues no se requiere funcionario alguno. Sin embargo, la pregunta es, ¿qué van a hacer dichos personajes? Si van a implementar proyectos novedosos para dinamizar el desarrollo humano de la entidad, se requiere un tipo de delegados con altas dotes en experiencia administrativa, conocimientos del desarrollo estatal y formación en gestión pública. Esto es: para que pueda tener éxito se necesita empatar metas a perfiles. Sin embargo, lo que se ha dejado ver es un anuncio de perfiles de operación electoral del viejo cuño y no los estadistas que arriba describimos. ¿Puede un operador (líder de acarreo de votos) proyectar y operar el desarrollo de la economía del conocimiento en el estado de Zacatecas? Evidentemente no. ¿Con qué criterio se han elegido a dichos super-delegados estatales? ¿Esos criterios son cualidades personales y profesionales para cumplir la enorme tarea de conducir al estado por la ruta de la cohesión social, el desarrollo territorial y la sinergia de educación con la economía? Pero si los perfiles son de operadores electorales, ¿qué podemos esperar? ¿Esos personajes pueden despertar la esperanza del progreso y la justicia? ¿Las lealtades a una facción del poder partidario son suficientes para conducir un proceso de desarrollo?
Como podemos observar, ambos cuestionamientos tienen razones que ofrecer. Y las respuestas a las objeciones no terminan de salir. Sobre todo las respuestas prácticas, que se ofrecen a través de las acciones emprendidas y decisiones tomadas. Una acción de gobierno es un mensaje. Si se priorizan perfiles bajos y meramente electorales en la designación de los representantes del gobierno federal, ¿cuál es el mensaje? Lo que es contundente es que si no se cuidan estos aspectos: la esperanza puede irse por la coladera.

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