Si no se muestran de manera adecuada, “no comunican nada”
Detrás de cada pieza de artesanía hay una historia, una narración, un valor y un significado que permite a sus autores comunicarse con el mundo, por lo que es importante darle el valor correspondiente, afirmó Laura Gómez, gestora cultural, durante su participación en el primer Foro Nacional de Artesanías “Acciones para la comercialización”.
Se refirió a las casas de artesanías que hay en los estados y manifestó que la exhibición de los productos es muy importante, porque si no se muestra de manera adecuada, “no va a comunicar ni proyectar nada y perderá su fortaleza”.
Es decir, consideró que la comercialización de la artesanía se descuida y por lo tanto el problema ya no es cuestión del recurso o el presupuesto que se asigna para determinado proyecto.
Comentó que recientemente asistió a una exhibición de artesanía en Europa y parte importante era la información sobre el diseñador y las características de la pieza, pero en el stand que colocó esos objetos se evidenció que había rezago en el tema de la comercialización.
Asimismo, Gómez expuso que para muchos diseñadores y artesanos es un dilema convertirse o no en empresarios, pero aunque en la actualidad prevalece “la fiebre de los emprendedores” en cualquier ámbito, no todos tienen esa vocación de índole administrativa.
Uno de los retos que han tenido que enfrentar los diseñadores, dijo, es la llegada de productos chinos que llegaron a ocupar la tercera parte de los centros comerciales, cuya forma de contrarrestarlo es con producto nacional.
En la actualidad, destacó que cada vez hay más espacios donde se puede encontrar piezas artesanales, como en Zacatecas, por ejemplo, donde hay un bazar de pequeños productores, cuya principal característica es que son de escultoría.
Asimismo, comentó que en el ámbito cultural es común observar que los productores o diseñadores se equivocan en la valorización de sus piezas, al grado que personas provenientes de otros países han preguntado si los precios son en dólares.
Gómez concluyó que en la actualidad “estamos cada vez más inmersos en un medio visual y por lo tanto los bienes culturales reales deben estar acompañados de una forma de comunicarse, de verse, e escribirse, y ahí es cuando una pieza cuenta su historia”.
