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jueves, 28 marzo, 2024
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“Somos un pueblo que se mueve empujado por la esperanza” para intentar cambiar nuestra realidad: Luckas O.

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Por: ARACELI RODARTE SOLÓRZANO •

  • El cantautor tapatío promociona actualmente su primer disco solista, Santa Esperanza
  • En este material aborda temas actuales de México, mismos que, afirma, parten de la desigualdad social
  • El videoclip de su sencillo Lloras fue filmado en una hacienda a punto de derrumbarse; es “la imagen de un México que parece que está siempre a punto de colapsar, un poco desértico, y en donde siempre hay un sentimiento de desazón y nostalgia”
  • En ese video, además, aparece “una mujer fantasmal” que “representa el tema Santa Esperanza y que siempre está presente en esta situación ruinosa y decadente”; allí está “haciendo arte, bailando, a pesar de que probablemente se derrumbe la casa sobre ella”
  • Necesario, hacer música “que nos haga aceptar o darnos cuenta de la realidad en la que vivimos, y a través de esa aceptación, comenzar a sanar poco a poco”
  • Para la creación de este proyecto solista, donde este músico mezcla folk rock y música latinoamericana, dijo haber entendido “que si quería hacer algo auténtico, tenía que incluir todo eso que había mamado desde la cuna”

“Somos un pueblo que se mueve empujado por la esperanza, que aunque no vivimos en condiciones ideales y aunque existe gran inseguridad social, injusticia y situaciones que pareciera que están fuera de nuestro control, en el fondo creemos que algo podemos cambiar, y está esa lucecita que es la que nos motiva a levantarnos en las mañanas y a hacer música, periodismo o lo que cada quien tiene que hacer. Si no existiera esperanza, ya nos habríamos abandonado”.

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Así definió el cantautor tapatío Luckas O., en entrevista exclusiva vía telefónica, la segunda palabra del nombre de su primer disco solista, Santa Esperanza, el cual fue lanzado el pasado 20 de abril y del cual es también actualmente difundido el videoclip de su sencillo Lloras, un videoclip que concuerda con el concepto que otorga Luckas O. a su álbum.

“La esperanza es como la energía o la idea de que podemos transformar nuestra realidad a través de nuestras acciones. Esta energía, generada por la esperanza, es la que nos impulsa a hacer lo que debemos hacer”. Éste, dijo, es un disco con el que mucha gente se puede identificar.

Santa Esperanza, que ya está disponible en todas las plataformas digitales y que próximamente estará a la venta en físico a través de las redes sociales y en conciertos de Luckas O., se integra de nueve temas, todos ellos compuestos, tanto en letra como en música, por este artista. Asimismo, fue producido por Frankie Mares (baterista de la banda Troker) y contó con la colaboración de músicos como Pascual Reyes, de San Pascualito Rey.

Con una mezcla de folk rock y música latinoamericana, Santa Esperanza se define por el amor a México, manifestado mediante elementos tradicionales tanto en el aspecto sonoro como en el visual, esto último por la vestimenta, y en el caso de lo audiovisual –videoclip-, por el lugar donde se realizó la filmación y por sus personajes.

La letra es también parte fundamental del amor por este país, además de que Luckas O. refiere problemas por los que atraviesa México actualmente, con una actitud y una visión de cambiar la situación.

Respecto a esta manifestación de las raíces mexicanas por medio de la música, este joven originario de Guadalajara, Jalisco, comentó que esta producción discográfica fue nombrada así porque el personaje de la esperanza existe en todas las letras de sus canciones o, por lo menos, en las que conforman el disco. Así, Santa Esperanza, personaje recurrente, está mencionado tal cual en algunas canciones, es decir, es la persona a la que va dirigida la canción, mientras que en otras es la voz de la canción; “es la representación de este sentimiento que en general tenemos como mexicanos, como habitantes del mundo, de que algo tiene que cambiar”.

Tras decir eso, Luckas O. enfatizó que éste es el sentimiento que el disco engloba por medio de paisajes que se presentan en sus canciones; se trata, advirtió, de señalar ciertas problemáticas que hay en la actualidad en el país, y que han existido desde hace muchos años, pero englobado todo con una visión de poder cambiarlo, en este caso, a través del arte.

En el caso, por ejemplo, de la pieza Niño perdido, que aborda el tema de los desaparecidos, Luckas O. indicó que nunca ha vivido ni ha estado cercano a una situación de este tipo, pero intenta tratar el tema con mucho respeto. Trato de “imaginar un poco ese sentimiento de quienes se quedan cuando de repente desaparece” un ser querido, y el “sentimiento de impotencia de no tener idea de dónde está o qué pasó, por qué no volvió, si está vivo”.

Por ello, “un poco la intención de estas canciones, en general, es, más allá de una historia en particular, intentar entender estas realidades tan crueles que nos rodean y buscar transmitir el sentimiento que me generan, y a través de esto, buscar generar cierta conexión y empatía, lanzar una bengala al cielo y decir ‘oye, a mí también me preocupan estas realidades y me quitan el sueño’”, temas como la inseguridad social, la migración hacia el norte, “la brecha gigante de desigualdad social entre quienes vivimos en una ciudad y quienes viven en pequeños pueblos o rancherías, que pareciera que viven en otra época”.

“Cada vez que veo una noticia o leo al respecto o me entero de alguien que está pasando por este tipo de situaciones, me genera un dolor en la boca del estómago, por lo que hacer estas canciones es un poco mi manera de intentar entender la realidad y buscar conectar con más gente con estas preocupaciones, y señalar”.

Resaltó la importancia de que la música no sólo sirva para olvidarse de la realidad y buscar espacios de esparcimiento, sino buscar un balance y hacer música “que nos haga aceptar o darnos cuenta de la realidad en la que vivimos, y a través de esa aceptación, comenzar a sanar poco a poco”; que la música sirva para generar conexiones entre la gente.

Dicho eso, manifestó que la migración y la violencia parten del tema de la desigualdad social; ésta es el detonante de otras problemáticas.

Por otro lado, en Lloras, Luckas O. habla de la dualidad entre el amor y el miedo, “de esa dicotomía que vivimos todo el tiempo entre esos dos sentimientos, de cómo muchas veces, cuando estamos vibrando en la energía del amor o un bienestar general, siempre existe este pequeño atisbo de miedo de que dicho sentimiento vaya a terminar”; agregó que “a través de ese miedo se van generando celos, odio y sensaciones que empiezan a romper ese amor que se tenía”. En Lloras, pues, no se aborda una situación en especial, sino la idea de que a través del miedo, se genera esta división, incluso socialmente, pues lo que ocurre por ejemplo en la frontera con Estados Unidos, “esas atrocidades, son producto del miedo mal enfocado; mucho de ello parte del desconocimiento y del miedo”.

Cabe mencionar que el videoclip de Lloras fue filmado en una hacienda ubicada en el municipio de Jamay, en Jalisco. Se trata de una hacienda que aparentemente construyó Porfirio Díaz para una ahijada de él. En la actualidad, esta edificación está a punto de derrumbarse; se mantiene sostenida con pilotes y ya sólo se espera que se caiga, pues ya nada se puede hacer. Este lugar lo descubrieron cuando buscaban locaciones, originalmente para una sesión de fotografías. “Dimos con este lugar maravilloso… maravilloso porque de alguna forma refleja muy bien toda la estética del disco y todo el paisaje que el productor y yo intentamos generar a través de la música: la imagen de un México que parece que está siempre a punto de colapsar, un poco desértico, y en donde siempre hay un sentimiento de desazón y nostalgia”.

Todo esto lo trabajó con Cultura Mercadológica. “La idea en general era plasmar de manera visual estos paisajes que se van narrando a lo largo de las canciones y se van sugiriendo por medio de los sonidos y las texturas”.

El tema de la mujer es otro aspecto que resalta en Santa Esperanza, desde la portada del disco (con la imagen de Rosa Gutiérrez) hasta el videoclip (con la bailarina Cynthia Sepulveda). En esta ocasión, la bailarina es “una mujer fantasmal que de alguna forma representa el tema Santa Esperanza y que siempre está presente en esta situación ruinosa y decadente. Allí, ella está presente y sigue haciendo arte, bailando, a pesar de que probablemente se derrumbe la casa sobre ella”.

Luckas O. afirmó tener mucho respeto por la figura femenina, por su fortaleza. “Crecí en una casa con dos mujeres, mi madre y mi hermana. Aprendí a tener mucho respeto, sobre todo hablando del tema de mi madre, de cómo nos sacó adelante y cómo siempre estuvo ahí”. Y destacó dos vertientes: “Primero, sólo la mujer es capaz de crear vida dentro de su cuerpo; eso se me hace algo tremendo de entender y muy mágico y bello. Segundo, la figura de una mujer que es fuerte y saca adelante a la familia. Las figuras femeninas con las que he tenido contacto en mi vida han sido muy fuertes. En lo general, la mujer es el motor que lleva adelante a la sociedad”. Agregó que por otro lado está el aspecto de “la belleza y de la fragilidad aparente”.

Por otra parte, el tema de lo mexicano, que está incluido en los sonidos de este disco, “tiene que ver con una búsqueda mía en la creación. Estuve mucho tiempo pensando cómo hacer una música que yo pudiera considerar auténtica, honesta y muy real. Durante muchos años toqué en alguna banda de rock y componía canciones intentando hacer algo que pareciera fuera de la realidad en la que me desenvuelvo, y con el tiempo me di cuenta que eso no me satisfacía, había una disociación entre mi persona y la música que estaba creando”.

“Al comenzar a pensar qué era lo que le estaba haciendo falta a mi música para sentirme completo y sentir que hablaba una verdad, me di cuenta que aparte de lo que consideraba que eran mis influencias, que obviamente sí lo eran, como el rocanrol y la música experimental, de alguna forma he sido influido por toda la música que escuchaba en casa de mis abuelos cuando era un niño, pues conocí con ellos a Chavela Vargas, José Alfredo Jiménez, Cuco Sánchez, y en casa de mi mamá, a cantautores como Joan Manuel Serrat, Pablo Milanés, Joaquín Sabina o cantantes como José José, y boleristas. Entendí que si quería hacer algo auténtico, tenía que incluir toda esa raíz, todo eso que había mamado desde la cuna”.

Esa música que siempre ha estado presente, aunque yo no la tenga, “de alguna forma me ha penetrado”. “Eso me llevó a comenzar a escuchar mucho de todos esos artistas, empezar a encontrar la belleza en eso y en sus sonidos”.

Traté de “hacer música que fuera lo más parecida a la materia de la que yo estoy construido”. Consideró que para ser su primera producción discográfica, se acercaron bastante a esa idea y quedó muy contento con el resultado: “Siento que es un disco con canciones muy auténticas, en el sentido de que son lo que tienen que ser, que las hicimos sin mayor intención que representar la idea que tenía en mi cabeza”.

Al escribir letra y música, Luckas O. explicó que la mayoría de sus piezas las escribe con la guitarra, y se propuso que cuando llegara al estudio debía tener todas las melodías de las canciones compuestas en ese instrumento, lo cual calificó como un gran acierto, puesto que de esa manera, Frankie pudo comenzar a colaborar con los arreglos, “imaginar qué era lo que cada canción necesitaba para engrandecerla y embellecerla más, pero respetando siempre la estructura original de la canción”.

El proyecto de Luckas O. inició hace aproximadamente de dos años, luego de un periodo alejado de los escenarios. “De repente me di cuenta que tenía un montón de ideas para canciones y en este proceso busqué la autenticidad, algo que fuera real y muy mío, y hacer estructuras. Comencé a tocar un poco yo solo con mi guitarra, en pequeños cafés, invitando a amigos. Unos meses después coincidí con Frankie en el estudio, le platiqué que tenía canciones y que me gustaría hacer algo con ellas, y en ese momento me prestó una guitarra y me dijo que cantara algo para él y lo hice. Quedó fascinado” y me propuso hacer el disco.

Así, comenzaron a trabajar el disco hace más o menos un año y medio. Fue un proceso largo debido a las giras de Troker, de modo que el trabajo fue por partes, por lo que también fue paralelo el trabajo de él entre la composición de las letras y la grabación del disco.

Finalmente, habló acerca de su nombre artístico: “Luckas es una suerte de apodo que tengo desde que era niño. Así me dicen algunos primos y tíos” para referirse a la frase que decían en Chespirito de ‘Oye Lucas, ¿sabías que la gente dice que tú y yo estamos locos?’, “y eso se convirtió en apodo y mucha gente cercana a mí me conoce como Luckas”. Y O. es por la primera letra de su apellido, Ochoa.

En Santa Esperanza participan los músicos Frankie, en la batería; Samo González (de Troker), en el bajo; Chay Flores (de Chilakil Brass y Troker), en la trompeta; Óscar Gómez (de Teletransportador), en los teclados; Carlos Vilches, en el trombón y la tuba; Silvia Dorantes, en algunos coros; Gabriel Ruiz, en el violín, y Pascual Reyes, quien canta junto a Luckas O. en Pal’ norte.

Debido a que son músicos que viven en escenarios, por ahora, Luckas O., licenciado en Ciencias de la Comunicación y quien comenzó a estudiar música desde niño, tiene una banda de apoyo con la que prepara todo el show en vivo; ya se ha presentado en su ciudad natal, así como en Tepic, Zamora, Ciudad de México y Colima.

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