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martes, 19 marzo, 2024
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Seis observaciones políticamente incorrectas sobre la OTAN (Parte 2 de 2)

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Por: Nazanín Armanian •

La OTAN Comete crímenes contra la humanidad
Desde 1991, la Alianza Atlántica ha destrozado la vida de al menos 100 millones de personas, entre muertas, mutiladas, desplazadas, huérfanas, violadas, desempleadas, etc. Ejemplos:
Yugoslavia, 1999: bajo el pretexto de “salvar a los albaneses del gobierno genocida de Milosevic”, la OTAN lanzó durante 78 días, unos 2,300 misiles y 14,000 bombas (incluidas las de racimo BL755 y uranio empobrecido), contra unas 40,000 viviendas, 300 escuelas, 20 hospitales, varios puentes, edificios patrimonios de la UNESCO como el monasterio Gracanica y la fortaleza de Petrovarardin, tren con sus pasajeros, la cadena de televisión RTS con sus 16 empleados, fábricas como la farmacéutica Galenika o las plantas del complejo petroquímico de Pancevo, arrasando pueblos y ciudades enteras. Antes, el Ejército de Liberación de Kosovo (KLA), filial de Al Qaeda, creado a la imagen de los Contra de Nicaragua, y entrenado por el BND alemán, utilizo de forma masiva las técnicas de provocar el terror entre la población, incluida violaciones sistemáticas (al igual que sus colegas en Libia, Irak, Siria), mientras EEUU enviaba a nadie menos que su ex Embajador en El Salvador William G. Walker, implicado en el escándalo “Irán-Contragate”, como jefe de la Misión de Verificación de Kosovo. El 18 de noviembre de 1999 el Ministerio de Asuntos Exteriores alemán confesaba que no había encontrado pruebas de la existencia de “masacres” o “fosas comunes” de los albaneses. Para Walter J. Rockler, ex fiscal de los Juicios de Crímenes de Guerra de Núremberg, el ataque a Yugoslavia fue la agresión militar más descarada desde que los nazis atacaron Polonia para evitar las “atrocidades polacas” contra los alemanes.
La invasión económica siguió a la militar: Boeing, Ford Motor, General Motors, Honeywell, Motorola, Nextel, SBC entre otras, ocuparon el mercado del país que desapareció. “De repente” el precio de las acciones de las fábricas militares estadounidenses subió: Raytheon un 17%, Boeing un 12% y Lockheed Martin un 8%. La crisis del capitalismo de EEUU necesita de grandes y continuas guerras.
Será la primera vez en la historia que un estado soberano es agredido por otros por asuntos internos: Es el fin de la inviolabilidad de las fronteras nacionales. Entre los motivos concretos de la agresión: acabar con el último estado socialista en Europa, la oposición de Milosevic a instalar tropas de la OTAN dentro de Yugoslavia (al contrario de los demás países del ex bloque socialista), y dominar su economía y mercado en el marco del Nuevo Orden Mundial. Milosevic era el nuevo hombre de saco, como lo fue Saddam y lo será Gadafi. Las mentes simples dividen el mundo entre los dioses y los demonios: y aquel escenario necesitaba el dios salvador: la OTAN.
La crisis económica de EEUU mejoraba a golpe de guerras, y no sólo vendiendo armas, sino también reconstruyendo lo destruido: la Cooperación Militar Civil (CIMIC) de EEUU, construirá -eso sí con el dinero de los propios damnificados-, aeropuertos, instalaciones de agua y electricidad, telecomunicaciones, e incluso mezquitas e iglesias. La OTAN luego repartió los restos de Yugoslavia entre sus socios, y EUU se quedó con Kosovo para convertirlo en una inmensa base militar con un mini Guantánamo incluido. Kosovo “por pura casualidad” es una de las canteras del Estado Islámico.
Afganistán, desde el 2002 hasta hoy: Entre el octubre del 2002 y el abril del 2003, y bajo el falso pretexto de vengarse el 11S, la OTAN invade y ocupa Afganistán. Los cazas anglonamericanas sueltan 10,000 toneladas de bombas sobre el país, sepultando bajo los escombros a decenas de miles de civiles. Usaron bombas de fragmentación, las “podadoras de margaritas” (daisy cutters), las antibunker GBU-28, el AGM-86D, la nueva versión de los misiles Cruise y bombas revestidas con el uranio empobrecido. Destruyen depósitos de agua, centrales eléctricas, cultivos y el ganado, provocando además una catástrofe humana: UNICEF advirtió de que podían morir de hambre hasta 100,000 niños. La OTAN utilizó más munición radiactiva aquí que en la Guerra del Golfo Pérsico (1991) y la de Yugoslavia juntas: nacieron cientos de bebés con severas malformaciones como el Síndrome de Hiroshima, y una cuarta parte de la población se convirtió en invisibles refugiados, que huyen de Taliban y de la OTAN. Cientos de soldadas de la OTAN han denunciado sus propios compañeros en Afganistán e Irak de violaciones y abusos: ¿Qué no habrán hecho a las mujeres desarmadas de dichos países? EEUU ya tiene al menos 11 bases militares y varias cárceles a la semejanza de Guantánamo en este agujero negro que es Afganistán.
Libia, 2011 hasta hoy: Por su petróleo, agua y ubicación la OTAN invadió el país más próspero de África en nombre de castigar a Gadafi “por masacrar su pueblo” lanzando durante siete largos meses bombas y misiles sobre las ciudades y aldeas: el libio liberado es el libio muerto. Luego derrocó y asesina a su jefe de estado (acuérdense de “Fuimos, Vimos y Él murió” de Hilary Clinton), a pesar de que la resolución del Consejo de Seguridad sólo le había autorizado crear una zona de exclusión aérea. Hoy, millones de desesperados libios son víctimas del “Caos creativo” que buscaba EEUU en este país.

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La OTAN destruye las democracias europeas
Por 1) el creciente presupuesto destinado a mantener la Alianza, 1.67 billones de dólares (2018), a costa de reducir los gastos sociales. Los gobiernos invasores ni siquiera destinan parte del botín de estas guerras a mejorar la vida de sus ciudadanos. En EEUU, donde 48 millones de personas viven debajo de la línea de pobreza y la ONU afirma que tiene la tasa de la pobreza infantil más alta en el mundo desarrollado, se destina 596,000 millones de dólares a la “defensa”, eufemismo del negocio de “guerra”.
Por 2) al ocultarles a los ciudadanos los objetivos reales y las consecuencias de las guerras de la OTAN, les convierte en cómplices de sus crímenes: hace que de alguna manera apoyen la matanza de civiles bajo el seudónimo de “daños colaterales”, la tortura (“técnicas de extracción de información”), el secuestro y el encarcelamiento de personas inocentes, siempre que sean de “otros países”.

La OTAN es la principal amenaza a la paz mundial
Uno de los puntos de la doctrina bélica de Choque de Civilizaciones es presentar a EEUU -que no a la ONU-, como el principal guardián de la civilización, y la única fuerza capaz de eliminar a las naciones bárbaras. Las agresiones de la Alianza a Yugoslavia, Irak, Libia, entre otros, han sido una violación del derecho internacional por no contar con la aprobación del Consejo de Seguridad.
EEUU busca nuevas y grandes guerras: ha roto el acuerdo nuclear con Irán, y ha creado una OTAN sunnita que está haciendo prácticas matando a Yemen gota a gota. Está diseñando un Comando Atlántico para el Ártico, que al parecer alberga una cuarta parte de los yacimientos inexplorados de hidrocarburo del mundo. Todo ello sin dejar de cercar las fronteras de China y provocar, sin motivo, el enfado del dragón.
En 2017, el gasto militar de la OTAN fue 900,000 millones de dólares, el 52 % del gasto mundial, y la “amenaza rusa” 66,300 millones. Por otro lado, Arabia Saudí, el segundo después de EEUU en gasto militar, destinó 69,400 millones a las armas, unos 55,000 millones más que Irán.
La guerra ya no es el último recurso para resolver conflictos, es un negocio redondo y es el terrorismo de estado. ¿Por qué será que, en vez de crear un Ministerio para la Paz, nuestros gobiernos invierten en investigaciones militares?

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