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jueves, 18 abril, 2024
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E. M. B. y la Reforma Educativa…

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Por: JORGE HUMBERTO ARELLANO •

Esteban Moctezuma Barragán es un economista y político mexicano que desempeñó varios cargos de carácter federala a partir del año de 1994,durante el gobierno de Ernesto Zedillo: Secretario de Gobernación, compromiso que ocupó por menos de 12 meses, renunciando oficialmente por motivos de salud,regresó a la política en 1997 cuando fue electo Senador y en 1998 volvió al gabinete zedillista como secretario de Desarrollo Social.Por aquellos tiempos muchos lo vieron como probable precandidato del PRI a la presidencia de la República, aunque en el último momento decidió no postularse yse unió a la campaña de Francisco Labastida Ochoa,convirtiéndose en su Coordinador General, renunciandoa la Secretaría de Desarrollo Social en 1999. Moctezuma Barragán será nombrado por Andrés Manuel López Obrador,como parte de su gabinete,para dirigirla Secretaría de Educación Pública.
Con un semblante que los observadores pueden identificar como sereno, muy diferente a los secretarios anteriores: soberbios, prepotentes e intolerantes, su primer comunicado público se refiere a la revisión y posible abrogaciónde un engendro legaloide impuesto por la afortunadamente terminal gestión de Peña Nieto, en el entendido que la “Reforma Educativa” es todo, menos lo que intenta aparentar; en sí, resulta ser una colección de postulados que promueven la simulación, incrementan los niveles de corrupción, y que ponen en riesgo la continuidad laboral de quienes le resultan indeseables al mismo sistema. Sin legitimación alguna, salvo el aval el los líderes incondicionales de la organización “sindical” denominada SNTE, se puso en práctica la enmienda, después de eliminar del escenario político a la lideresa tradicional, en 2013, quien por motivos también contrarios a las bases magisteriales, osó retar y chantajear a las cúpulas gubernamentales del país.
De cumplir con sus declaraciones, y atendiendo a las promesas de campaña de López Obrador, la intensión de verdaderos foros entre padres de familia y los trabajadores de la educación, en su totalidad, como se entiende y se ha anunciado, debe considerar que las modificaciones al artículo tercero constitucional y la Ley General de Educación, que permiten la entrada en vigor de su Ley General del Servicio Profesional Docente (LGSPD), han resultado ser un instrumento que en lugar de promover la calidad educativa permite la permanencia irrefutable en los espacios docentes a “profesores” que resultan “excelentes” para un sistema político-partidista, más que para la transformación social del país. Sucede que en mi centro de trabajo, la maestra que más se esmera en la formación de sus alumnos, fundamentada en sus conocimientos y estrategias didácticas, resulta apenas “suficiente”, según la evaluación, mientras que la reconocida activista política del régimen federal saliente, protegida por la falta de transparencia de los procesos evaluativos, se promueve continuamente, cuando en la práctica demuestra que la tarea educativa no es precisamente lo de ella; ¡ah!, pero se uniforma, baila y actúa de acuerdo a los deseos de las autoridades locales.Una muestra de las incongruencias de las evaluaciones docentes: no reflejan las condiciones profesionales necesarias para dirigir un proceso educativo, de acuerdo al compromiso docente.
Atendiendo a los comentarios de algunos compañeros del norte del país, coincidentes con el sentir nacional, las posibles correcciones a la LGSPD deben llevar el compromiso de “… eliminar el carácter punitivo de la evaluación; recuperar la plaza base, ya que la ley pone en riesgo la continuidad en el espacio laboral de los integrantes del magisterio”, y por supuesto, el docente no rinde apropiadamente en su desempeño, a raíz de la inestabilidad emocional que ocasiona el hecho de pensar en una evaluación estandarizada que no considera las condiciones regionales, personales e inclusive psicológicas que generen un mejor desempeño frente a grupo; ni las características en infraestructura y recursos con los que debería contar cada centro de trabajo para facilitar el trabajo del maestro.
Siguiendo con los comentarios de mis compañeros bajacalifornianos, Margarita Q. sugiere “… que se sienten las bases para democratizar el SNTE, activando la pluralidad y la inclusión en la toma de decisiones a todo el magisterio; no esperar que las dirigencias manipulen y “roben” a nombre de los trabajadores de la educación. Deja en claro que AMLO y sus funcionarios no gobernarán solos… somos pueblo, y como tal intervendremos…” Entonces lo que se pide a la nueva administración federal, no solo es que esperance al pueblo sobre el cambio de rumbo de las políticas erradas, en cuestión educativa, sino generar oportunidadesen las que todos participaremos de manera activa… “sólo el pueblo salva al pueblo”.
La LGSPD se caracteriza por una serie de artículos, algunos intrascendentes, que repiten lo que el maestro ha realizado toda su vida, pero otros con cierta tendencia punitiva, que perjudica el desempeño docente y la seguridad económica del trabajador de la educación y su familia. En cierto momento deben analizar los artículos más lesivos de dicha ley, en el entendido de que las posibles modificaciones deben ser conocidas por la mayor cantidad de los individuos involucrados, sociedad y magisterio, resultando una tarea primordial el hecho de exponerlas, tanto por los divulgadores, como por cada uno de los implicados en el verdadero proceso de transformación social de nuestro país. Ante la simulación en la que hemos vivido los últimos años, ha llegado el momento de tomar la palabra al nuevo Gobierno Federal e intentar componer un rumbo nacional que se ha errado en las últimas décadas. Por supuesto, esto es tarea de todos… Andrés Manuel no debe gobernar solo. ■

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