Estafa Maestra y la necesidad de conservar la confianza en las universidades

Las mediciones de confianza entre todas las instituciones, en los últimos años, ubican a las universidades en los mejores lugares de confianza. Y por ello fue un balde de agua helada enterarnos que algunas universidades, donde Zacatecas no está exento, habían entrado en la maldición nacional: la corrupción. Universidades donde algunos grupos entran en relación con actores de Gobierno Federal y hacen tratos ‘particulares’ para sacar dinero ilegítimo. Proyectos de estudios y acción para aplicar fondos de programas federales a través de equipos técnicos universitarios. Pero lo que realmente ocurrió es que no se hicieron los trabajos comprometidos, se subcontrataron algunos otros, y finalmente, los recursos terminaron en los bolsillos de estos intermediarios, repartidos con los contactos nacionales. En total se calculan 7 mil millones de pesos caídos en corrupción por este mecanismo.
En Zacatecas ya se reportan las pesquisas de la Procuraduría General de la República en la Universidad Politécnica del Sur de Zacatecas (UPSZ), pero falta ver qué ocurrirá en nuestra Máxima Casa de Estudios, la UAZ. Se hizo un llamado a las autoridades de dicha institución para transparentar la situación de la conocida “Estafa Maestra” y no ha hecho caso. Se prometió no sólo juna comisión de transparencia, sino todo un sistema universitario anticorrupción desde hace ya un año, y nada se ha concretado. O aun más: nada se ha iniciado. ¿Por qué razón? No lo sabemos. Y en la oscuridad ocurren las especulaciones.
El gobierno próximo obtuvo un enorme mandato sobre lo que fue su principal promesa de campaña: combatir la corrupción. Por ello, una petición que seguramente saldrá en la mesa de negociación, es que para sanear las finanzas de las instituciones de educación superior, y sobe todo ahora que se ha prometido la cobertura del 100 por ciento, será obligatorio transparentar y curar a dichas instituciones de la corrupción manifestada en las investigaciones periodísticas que han adquirido el nombre de “Estafa Maestra”. Y generar un mecanismo para hacer que eso no vuelva a ocurrir. Lo cual implica la forma de gobierno de las universidades y sus sistemas de control. En las instituciones de Zacatecas no contamos con reglamentos de presupuestación y de manejo de recursos propios. Los proyectos de los que hablamos no son parte de su presupuesto ordinario, sino de los llamados recursos extraordinarios o formas de venta de servicios. Como las instituciones tienen muy baja percepción por estas vías, se ha descuidado normar sobre el tópico. Ahora que se visualiza la posibilidad de crecimiento de las universidades ante la necesidad de atender un caudal enorme de jóvenes: en Zacatecas implicaría triplicar el presupuesto para llegar al 90 por ciento de cobertura educativa. En suma, estamos ante la posibilidad de multiplicar los recursos para las instituciones de educación superior en medio de dudas en el manejo honesto de esos recursos. Una tarea de estas instituciones es trabajar en la garantía de aplicación clara para lo que se destina. Las universidades no deben perder la confianza de los ciudadanos: son lo mejor que tenemos.