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jueves, 28 marzo, 2024
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El compromiso que Peña Nieto escribió en una bolsa de pan y no cumplió

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Por: ALEJANDRO ORTEGA NERI •

Hace 6 años el entonces candidato visitó en Zacatecas la panadería y pastelería Rosita, donde prometió que el dueño, su familia y su negocio iban a prosperar

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Hace 6 años, el entonces candidato presidencial por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, que a la postre sería el primer mandatario del país, visitó en Zacatecas la panadería y pastelería Rosita, ubicada en la calle López de Nava número 207 en la colonia Jesús González Ortega de la capital zacatecana. En el video, de apenas 31 segundos, se observa a Peña Nieto platicando con Don Salvador Ríos, dueño del negocio, a quien el candidato le firma un compromiso de puño y letra en una bolsa de pan: “Como presidente de México me comprometo a que usted, su familia y su negocio van a prosperar”, a lo que el dueño, sosteniendo la bolsa le comenta que enmarcará la promesa.

Ha transcurrido casi el sexenio de Enrique Peña Nieto y el compromiso redactado en esa bolsa de papel, que sí estuvo enmarcado adornando un muro de la panadería alguna vez, ha desaparecido, incluso la primera hipótesis es que yace en la basura.

El negocio ya no es de color rosa ni mucho menos lleva el nombre de Rosita, esposa de Salvador Ríos, quien atendió aquel entonces a Peña Nieto. Ahora las paredes lucen blancas y en vez de un compromiso presidencial redactado en una bolsa de pan en un marco, adorna el lugar un cuadro de la Virgen de Guadalupe. El lugar se llama “Panadería y pastelería el Triunfo”, cuyo copropietario ahora es Enrique Ríos, hijo de Salvador.

En unos pequeños recipientes de papel rojo Enrique vacía una masa amarillenta que grados centígrados después se convertirán en mantecadas o “quequis” como les llaman en algunos barrios. El dueño recuerda la fecha, recuerda el compromiso y reniega. Acepta la entrevista a sabiendas de que su padre, priísta de hueso colorado, se lo recriminará cuando la vea.

“Aquí estuvo el candidato en aquel entonces a la Presidencia. Hizo su compromiso con nosotros, con la sociedad, con sus votantes, de que nos iba a ir mejor, de que íbamos a tener más oportunidades para nosotros y para poder darle empleo a la gente, pero no fue así. Al transcurso de su sexenio nos vimos en dificultades económicas muy difíciles”.

Enrique platica que la situación económica los orilló a dividir el negocio familiar, su patrimonio. Porque los problemas se acrecentaron y no había manera de salir adelante, por lo que se asoció con su hermano para la nueva empresa, incluso, dice, tuvieron que cambiar la razón social y todo porque el gobierno les dio “una buena lección”.

Enrique y su familia, al igual que muchos mexicanos, padecieron el alza en los insumos, sobre todo de la gasolina, la luz y el gas, a los cuales califica como un “robo hormiga” que se hace mes con mes porque van “subiendo poquito a poquito”, hasta el grado que ya no pudieron sostener el negocio.

“Lamentablemente tuvimos que prescindir de gente. Yo creo que nosotros hemos subsistido porque como familia estamos unidos. Yo aquí tengo a mi mujer atendiendo, a mis hijos. Somos prácticamente pura familia, pero gente de fuera ya tenemos muy poca”.

Los combustibles a los que hace referencia el copropietario de la panadería registraron un aumento considerable durante el sexenio peñista que aún no termina. El litro de gasolina Magna que en 2012 costaba 9 pesos con 82 centavos, ha aumentado hasta 2018 a un precio promedio a 17 pesos con 92 centavos, aunque en algunos estados sobrepasa ya los 20 pesos; mientras que el litro de Premium hace 6 años rondaba los 10 pesos con 36 centavos, registra un precio promedio este año de 19 pesos con 40 centavos y el Diesel pasó de 11 pesos con 17 centavos a 18 pesos con 96 centavos este 2018.

Respecto a la luz eléctrica, en 2012 cuando el priísta tomó el poder, el Kilowatt hora estaba en 65 centavos a diferencia de los 79 que cuesta en la actualidad. Mientras que el gas LP de 366 pesos que costaba el cilindro de 30 kilogramos, ascendió hasta 560 pesos en el presente año.

Pero no solamente son los aumentos a los que se enfrentó Enrique Ríos y familia para continuar con el negocio de la panadería, pues la materia prima ha sufrido también grandes cambios y el azúcar, dice, es un producto muy inestable, “pero de la fecha que vino más o menos el candidato a la fecha ha subido un 300 por ciento” calcula, para rematar que por lo tanto él como sus hermanas y hermano se “las han visto muy duras”.

“Está crítica la situación. Está raquítico esto. Este era un buen negocio para nosotros, de aquí se sostenían como unas 30 familias, ahorita si tenemos unos 5 empleados es mucho” cuenta el señor Ríos. Antes, el lugar donde se amasa y se da forma al manjar mexicano parecía un “manicomio” me dice, de tanto trabajador que tenían. 15 o 20, calcula, quienes por jornada elaboraban hasta 4 mil piezas. Hoy, con sólo 5 empleados la producción bajó hasta 800, además de que han tenido que redoblar esfuerzos por la misma falta de personal trabajando incluso jornadas que inician a las 5 de la mañana y culminan, si les va bien, a las 8 de la noche.

“Hay veces que, sobre todo mi niña chiquita, quiere que la lleve a pasear pero no me da tiempo. Yo quisiera contratar gente que me ayude, delegar responsabilidades, pero económicamente no puedo, tengo que estar al pie del cañón, no me queda de otra”, lamenta.

El compromiso escrito en la bolsa del pan se esfumó como muchas otras promesas. “Mi papá enmarcó la bolsa donde Enrique Peña Nieto le firmó. Mi papá fue un gran admirador de ese señor, yo no comparto sus ideas. Sí lo teníamos aquí en el negocio, hace poquito que lo quitamos y ya se acabó el sexenio y vimos que no hubo apoyo ni nada. No tenía caso tener ahí el papel representando nada. Prácticamente estaba de adorno. La verdad no supe que se le hizo”, dice mientras su esposa, Linda, dice en voz baja y con desdén cargado de humor, que fue a parar a la basura después de ser utilizado para varios fines.

La promesa de prosperar quedó soterrada en el pasado. La familia se dividió y don Salvador, dice su hijo Enrique, se quedó sin negocio dependiendo totalmente ahora de ellos. Enrique Peña Nieto jamás cumplió su promesa, asevera el panadero quien pide que le hagamos promoción a su producto. “Es el más rico de Zacatecas”, presume volteando a ver las charolas que ostentan pastel con betún sabor limón, cortados cubiertos de un glaseado rosa mexicano y galletas espolvoreadas de azúcar glas, entre otros.

Ante el cambio de gobierno que se avecina, Enrique Ríos, copropietario de la Panadería y pastelería el Triunfo, se convierte en el portavoz no sólo del gremio de los panaderos sino de la sociedad mexicana en general, “sí queremos que cambie la situación porque la verdad estamos pa´l arrastre” dice, y le pide a los políticos que sean conscientes de que “ellos tienen lujos y privilegios” a salud del pueblo y debido al dinero e impuestos de los trabajadores mexicanos. “Nos la estamos viendo muy dura, un ejemplo fue la panadería Rosita, tuvimos que modificar y hacer un cambio por la misma situación, y ese cambio queremos para México” finaliza para volver al báscula donde pesa la harina.

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