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viernes, 29 marzo, 2024
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Desprestigio de diputados y una sociedad informada provocaron eliminación de herramientas legislativas

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Por: MARTÍN CATALÁN LERMA •

Ciudadanos consideraban el ejercicio de estos recursos como posible acto de corrupción: Valerio

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“Los diputados tienen una remuneración exorbitante en comparación con lo que gana un habitante promedio en el estado”, señala el académico

La eliminación de las llamadas herramientas legislativas, en el Congreso del estado, evidencia que la sociedad civil tenía razón al reclamar el ejercicio de esos recursos como abuso de autoridad y un posible acto de corrupción, opinó el académico Francisco Valerio Quintero.

“La corrupción no solamente implica la desviación de recursos y la apropiación de lo que no es de las personas, corromper es literalmente descomponer, y lo que los diputados hicieron desde que instauraron esa entelequia de las herramientas legislativas fue justamente descomponer los ordenamientos que los rigen y la responsabilidad social que les es asignada que es la de legislar”, explicó.

Recordó que los diputados tienen una remuneración exorbitante en comparación con lo que gana un habitante promedio en el estado de Zacatecas, por lo que era inadmisible que dispusieran de cantidades mayores de dinero bajo ese concepto que siempre fue ilegal.

Indicó entonces que nunca los legisladores debieron asignarse ese recurso porque la función de estos no es la distribución de la riqueza ni apoyar con recursos materiales a las personas, sino legislar.

En ese sentido, si estos “quieren prestar apoyo a la población, lo que deben hacer es canalizar a las personas necesitadas a las instituciones encargadas y darle seguimiento a la respuesta de la institución que recibió la solicitud”.

De acuerdo con la manera en que los diputados administraban las herramientas legislativas, dijo que es inevitable que los ciudadanos tengan la sospecha de que haya corrupción en el manejo de esos recursos.

Valerio Quintero sugirió que, ahora que se ha aprobado la eliminación de esa prerrogativa, se fiscalice el ejercicio de esos recursos que efectuó cada uno de los diputados en su momento.

Puntualizó que ese recurso que los diputados se autoasignaban no eran “herramientas”, como les llaman, pues para legislar no se requiere dinero y por lo tanto “ese era un exabrupto, una expresión hasta grosera e ignorante”.

Desde su punto de vista, el motivo por el cual aprobaron su eliminación, es “porque en este momento corre en la corriente de opinión mayoritaria en el país la idea de que la corrupción ha permeado a la autoridad gubernamental en prácticamente todos los niveles-, si hemos dicho con insistencia que la corrupción está en tal o cual gobernador, lo que pasó en Zacatecas demuestra que también implicaba a la cámara legislativa”.

Reiteró entonces que la sociedad tenía razón en cuestionar el ejercicio de dichos recursos, por lo que ahora a los diputados les corresponde la obligación moral y jurídica de explicar en qué aplicaron esos recursos durante todo el tiempo en que dispusieron de ese dinero.

Valerio Quintero señaló que el hecho de que cada diputado pudiera hacer uso discrecional de una cantidad de dinero importante les estaba generando un desprestigio creciente en la sociedad, lo cual conlleva a una desmoralización social y una pérdida de esperanza que se refleja en los procesos electorales con el abstencionismo.

La manera en que se puede evitar ese tipo de prácticas en el futuro, agregó, es mediante la participación ciudadana, pues una característica del sistema político mexicano es precisamente que los ciudadanos dejan completamente libres a las autoridades de hacer lo que deseen.

Mencionó que en el país la mitad de los mexicanos no vota y la mitad restante lo hace por personajes determinados, pero “les deja libres las manos y por eso deciden sobre los asuntos públicos como si fueran asuntos de su propiedad o de su interés individual, y como la sociedad no reclama, han hecho lo que quieren”.

En el caso de Zacatecas, el tema de las “Herramientas Legislativas” amenazaba con desbordarse y en respuesta, aunque no surgida por convicción, los legisladores decidieron eliminarlas.

Aunque se requiere una mayor participación de los ciudadanos en los asuntos públicos, Valerio Quintero manifestó la necesidad de un cambio en la moral y responsabilidad de los legisladores y servidores.

“Si la sociedad vuelve a cometer el mismo error de empoderar a los funcionarios para que administren a título personal, posiblemente tendremos la misma situación en el futuro, pero con diferentes rostros”, agregó.

En el tema de las herramientas legislativas”, dijo, fue importante el papel de los medios de comunicación, porque cada vez más se desmorona el concepto de “vocero extraoficial del poder”, ya que los ciudadanos tienen la capacidad de discernir de aquello que dan a conocer “los apologistas” de aquello que viven en realidad. Es decir, “ya no se les puede mantener en el engaño”.

En ese sentido, manifestó que la información es fundamental para construir una ciudadanía informada, e incluso hay grandes teóricos y académicos que han repetido la importancia de los medios de comunicación para fortalecer la democracia.

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