11.9 C
Zacatecas
viernes, 29 marzo, 2024
spot_img

El manifiesto anti peje

Más Leídas

- Publicidad -

Por: LEONEL CONTRERAS BETANCOURT •

Un fantasma recorre todo México. Es el fantasma del obrdadorismo. Espectro representado por Andres Manuel López Obrador, también conocido como el Peje. No son pocos los que ven a ese espectro con el esperpento del populismo. Los políticos herederos de Maximiliano y de Porfirio Díaz enquistados en los gobiernos y que han conformado la mafia del poder, están preocupados, pues ven como el botín que hicieron saqueando las arcas del presupuesto público, está a punto de escapar de sus manos. Se acerca el fin de sus privilegios.
Los Slim, Bailleres, Larrea, Hernández, X. González y demás barones del dinero que están las listas de Forbes y figuran entre los hombres más ricos del mundo; beneficiarios de un régimen monopólico y que han hecho sus fortunas con tráfico de influencias, sobornos y todas las facilidades al amparo de los gobiernos priistas y panistas, están preocupados porque el nuevo gobierno podría meterlos en cintura. Ahora sí, en lugar de regresarles o perdonar cantidades millonarias de los impuestos que no paga o que les devuelven, Obrador buscaría meterlos en cintura bajo un régimen fiscal tributario justo y gobernar con el imperio de la ley.
A los barones del dinero en santa y rabiosa cruzada se han unido recurriendo a las armas de la crítica contra el puntero en las encuestas a escasas tres semanas del día de las elecciones ideólogos y comentarios de la reacción y el continuismo. No han dejado de arrojar lanzas los Castañeda, los Krause los Gómez Leyva, los Sukerman, Martín Moreno, Ruiz Healy, los Lozano y hasta el hijo del gran Pepe Revueltas y demás comunicadores, analistas e intelectuales orgánicos mezclados entre derechistas francamente reaccionarios, liberales y demócratas progresistas. A estos se agregan toda una plaga de tinterillos y plumíferos de menor monta. No se resignan a que llegue a la presidencia el populista de Macuspana, a quien retratan como un mesías demagogo y a quien acusan de mirar nostálgicamente hacia el pasado para restaurar un régimen semejante al de Luis Echeverría.
En esta cruzada los corifeos y voceros de la mafia del poder y el sistema de la que surgió, en franca oposición y desacuerdo a que llegue a tomar las riendas de este sufrido país el tabasqueño, están buscando cambiar la tendencia de la opinión y estado de ánimo de unas mayorías a las que ya no les asusta el que AMLO representa un peligro para para México y ahora más bien el miedo que los beneficiarios del modelo neoliberal propagan se ha trocado por el miedo de los ciudadanos a que siga la continuidad en el gobierno con los mismos políticos que han usufructuado el poder al servicio de las minorías. En lugar de miedo los mexicanos están agraviados. Emitirán un voto de descontento e indignación y depositarán su fe, confianza y esperanza en favor del necio, terco y testarudo candidato que no ceja en su intento y compite por tercera vez por la presidencia del país. Los humillados y ofendidos mexicanos ya probaron las dos variedades de sopas neoliberales que en realidad es una misma. Ahora apostaran ni siquiera por un partido estructurado. Se la rifaran por la persona que representa los valores contrarios a los de los miembros de las expresiones políticas que ya gobernaron. Votaran por quien ven como un símbolo que representa la honestidad y cuyas banderas son las de la lucha contra la corrupción, el abuso de poder de funcionarios y gobernantes, porque acabe la impunidad. Por ello apoyaran la lucha por recuperar la seguridad y el empleo, sobre todo.
A esa restauración el caudillo la llama la Cuarta transformación que desde una perspectiva histórica esbozada por él mismo no es otra cosa que un nuevo régimen y forma distinta de gobernar. Esta restauración que se enlazaría y daría continuidad a las mejores causas e ideales de la Independencia, Reforma y Revolución. La lectura que hacen los analistas e intérpretes sesudos instauraría un nuevo régimen con un nuevo pacto político. La nueva forma de administrar la cosa pública descansaría en un nacionalismo redistributivo que ataque la desigualdad social y económica, que separe al poder económico del político o factico y que ponga en práctica una democracia social incluyente.
Paradójicamente Morena la franquicia electoral del Peje se presenta como un movimiento social, el más grande del mundo a decir de su fundador, no es una organización plena y definidamente de izquierda. A partir de un descontento generalizado de la población, el cambio se hará teniendo como piedra angular el carisma del caudillo y el aura simbólica que lo rodea. Caudillo que se ha rodeado de un conjunto variopinto de personajes en donde caben lo mismo luchadores honestos y consecuentes de trayectoria probada que políticos y exmilitantes de otros partidos, pragmáticos y oportunistas experredistas, expriistas y quien lo iba a pensar hasta viejos panistas rancios que incluyen a porros del Yunque.
Fauna (zoom politicons) que se han sumado a la cargada al ver la enorme fuerza de esa especie de sunami social que representa Obrador. Para no quedarse afuera y ser parte de la historia estando de lado de los ganadores se ha trepado a la ola que arrasará en los próximos comicios. Si el boquiflojo de San Cristóbal se quedo en la mera alternancia gobernando con el modelo neoliberal y conservando los privilegios de los poderosos, el Peje quiere unir a su alternancia la transición con un nuevo régimen y forma de gobernar.

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -