■ También fue afectada la candidata a presidenta municipal de Villa Hidalgo
■ Piden a las autoridades poner un alto a esta situación; actualmente “sentimos que no están dándole las garantías a las campañas para que transcurran sin violencia”
El diputado local por Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Luis Medina Lizalde, junto con el candidato a diputado federal Samuel Herrera y su coordinador de campaña, Froylán Hernández, denunciaron públicamente una agresión sufrida en el municipio de Villa Hidalgo cuando se dirigían a un evento de campaña del aspirante al Congreso de la Unión.
“El día de ayer – dijo el legislador -, aunque no es una violencia que nosotros identificamos como procedente del crimen organizado, hubo una agresión física de parte de personal del ayuntamiento de Villa Hidalgo en contra del equipo del candidato Samuel Herrera y de su coordinador de campaña, así como de la candidata a presidenta municipal de Villa Hidalgo por la coalición Juntos Haremos Historia”.
Precisó que, por estos hechos, ya se interpuso una denuncia ante el Ministerio Público y mostró los documentos que acreditan este reporte hecho ante las autoridades de la Fiscalía General de Justicia del Estado.
Esta información se dio en una conferencia de prensa convocada de último momento en el Congreso local durante la sesión ordinaria que se realizó este jueves.
Medina Lizalde sostuvo que el motivo de la rueda de prensa era el de “darle un mensaje a la autoridad de que es necesario que no deje que estos hechos se estén acumulando”, pues también refirió otros sucesos ocurridos con candidatos, aunque omitió los nombres por seguridad de los afectados.
Una de estas agresiones corresponde a la de la candidata a presidenta municipal de Chalchihuites, quien renunció a sus aspiraciones tras una agresión cometida en contra de su sobrina y, tras la cual, le dejaron un mensaje exigiéndole que se retirara del proceso.
Otro caso, indicó, es el de “un candidato que ha sido conminado a abandonar la campaña so pena de que lo ejecuten, inclusive la amenaza la suscribe un cartel abiertamente” y el último que mencionó es el de otra aspirante que, antes de ser candidata, “fue forzada a retirarse de la contienda porque fue secuestrada, encerrada en una bodega y sometida a una brutal presión que la condujo a declinar su participación”.
Hizo un llamado a la autoridad para que ponga un alto a esta situación, pues dijo que actualmente “sentimos que no está dándole las garantías a las campañas” para que transcurran sin violencia.
En Villa Hidalgo, puntualizó que la responsabilidad del ataque recae directamente sobre el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el gobierno municipal, de este instituto político, y el cual no intervino para evitar estas agresiones.
En este sentido, Medina Lizalde añadió que “en este caso específico fueron miembros del PRI los que perpetraron la agresión y el gobierno priísta de Villa Hidalgo fue cómplice de la agresión cuando la policía municipal pudo haber detenido a los que estaban agrediendo porque estaban cometiendo delitos de manera flagrante”.
La narración de lo sucedido en Villa Hidalgo la realizó el coordinador de campaña de Samuel Herrera ya que fue víctima directa del hecho, junto con otros integrantes del equipo.
Comentó que al llegar a la glorieta de entrada a la cabecera municipal les interceptó un automóvil negro, el cual viajaba en sentido contrario, pero lo esquivaron. Fue más adelante, mientras se dirigían a resguardarse a la casa de campaña de la candidata a la presidencia, cuando ese mismo vehículo les cerró el paso.
La persona que conducía ese coche, expuso Hernández, se presentó como “jefe del crimen organizado” que había sido contratado por el ayuntamiento para garantizar que ellos volverían a ganar el municipio en estas elecciones.
“Nos bajaron a la fuerza, estuvimos esquinados, atemorizados”, explicó el coordinador y expuso que, cuando esta persona se retiró, pudieron trasladarse hasta la casa de campaña.
No obstante, una vez en este lugar, añadió que regresó el mismo automóvil negro pero acompañado, pues en total arribaron seis vehículos, para “intimidarnos” e inclusive uno de los ocupantes de estas unidades se bajó con un bate amenazándolos y dañó la camioneta.
Concluyó que, ante la pasividad de las autoridades de seguridad municipales, llamaron a la Policía Estatal y los elementos de esta corporación fueron quienes los escoltaron, primero, a poner la denuncia y, segundo, durante todo el regreso a la capital.
