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martes, 23 abril, 2024
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Tres motores del voto antisistema: para reflexionar en tiempos electorales

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS HERNÁNDEZ •

Hoy lunes 7 de mayo, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, es la entrega del Premio Ortega y Gasset de periodismo a los colegas Daniel Moreno, Salvador Camarena, Miriam Castillo, Nayeli Roldán y Manuel Ureste por “La Estafa Maestra”, una investigación publicada en Animal Político sobre el desvío de fondos públicos en México. El periódico español El País cabeceó la nota con el título: “La investigación que debió sacudir a México (pero no lo hizo)”, y en subtítulo destacaba: La estafa maestra, ganadora del Ortega y Gasset, documenta una maquinaria de corrupción que mueve cientos de millones de dólares y por la que nadie ha pisado la cárcel: “La aritmética de La estafa maestra es sorprendente. 517 de solicitudes de información, más de 100 entrevistas y largas jornadas de reporterismo en zonas marginales y entornos hostiles. El resultado es el descubrimiento de un fraude de más de 7 mil 760 millones de pesos (unos 420 millones de dólares) en el que están involucrados 11 dependencias del Gobierno mexicano, ocho universidades públicas y más de 50 funcionarios. Pero quizás el dato más impresionante que ha arrojado este trabajo periodístico es una cifra que enciende las alarmas en México: cero responsables”.
Lo que asombra al periódico español es un ejemplo de lo que significa la corrupción en los tiempos que corren en México. Un ejemplo de la utilidad de la red de redes de corrupción a disposición de altos funcionarios y allegados para saquear a sus anchas el erario, y de la impunidad garantizada para todos los participantes por la falta de voluntad política de los altos funcionarios de las instituciones estatales para hacer valer el estado de derecho. En este caso y en muchos otros como el de la casa blanca, el fraude del tren rápido Ciudad de México-Querétaro, los miles y miles de desaparecidos, los 43 de Ayotzinapa, y tantos otros, la publicación de la noticia encendió las alarmas un par de semanas para aparentemente apagarse después. Después de décadas de corrupción, de impunidad, de mentiras y de narco gobierno, parecería que los mexicanos nos hemos vueltos insensibles a este tipo de noticias. Que las asimilamos sin señales de rechazo. Sin embargo, las intenciones de voto puestas de manifiesto en las encuestas levantadas en los últimos meses no se explicarían sin suponer que una gran proporción de la población ha decidido volcar su inconformidad, y hasta enojo, apoyando con su voto la candidatura de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). La corrupción y su gemelo la impunidad integran uno de los motores que impulsan la marcha de la coalición encabezada por Morena.
Otro motor muy poderoso se encendió con los llamados gasolinazos. Millones de personas, al cargar su tanque de gasolina, cobraron conciencia de la inflación de los precios de los productos de la canasta básica y de la pérdida de poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores y, en consecuencia, cayeron en la cuenta de que el modelo económico está diseñado para incrementar la desigualdad y la exclusión. Los trabajadores de la industria minera, y no sólo ellos, están cada vez más atentos a las revisiones contractuales en Canadá, Estados Unidos, y en otras partes del mundo. Tienen claro que los grandes magnates de la minería en México venden los minerales a los precios del mercado internacional, pero pagan salarios muy por debajo de lo que ganan los trabajadores en el mundo desarrollado. Napoleón Gómez Urrutia lo ilustró de la siguiente manera en La Jornada: “Grupo México de Germán Feliciano Larrea, Grupo Peñoles de Alberto Bailleres y Grupo Acerero del Norte de Alonso Ancira Elizondo pagan en promedio a los mineros sometidos y amenazados por esas empresas, ingresos que fluctúan en moneda extranjera entre 5 y 10 dólares al día, mientras que en Norteamérica varían entre 35 y 45 dólares la hora”. Subraya el dirigente lo injusto de esas diferencias salariales refiriendo que tanto las empresas nacionales como las extranjeras de la minería utilizan la misma maquinaria y equipo, así como similar tecnología para extraer los minerales y transformarlos en metales industriales, ya que son procesos universales, y que los precios de los productos finales son prácticamente iguales para todos, de donde concluye que la existencia de los bajos salarios en México es lo que explica la desmesurada riqueza de los empresarios mencionados, que forman parte del grupo calificado por AMLO como minoría rapaz.
Y el tercer motor lo constituye la constatación diaria del fracaso de la estrategia contra la violencia y la inseguridad aplicada desde hace once años, primero por el panista Felipe Calderón y continuada por el priísta Enrique Peña Nieto. La violencia se ha recrudecido y cada día son más los indicios de ello. Grandes territorios se han convertido en cementerios llenos de fosas clandestinas y decenas de miles de hogares viven en la zozobra de no conocer el paradero de sus seres queridos, y los deseos de venganza se apoderan de familiares, amigos o compañeros de los más de 234 mil asesinados en lo que va de la guerra contra el narcotráfico.
Parece muy difícil que los anuncios que intentan producir miedo en el electorado por un posible triunfo de AMLO tengan éxito. Los motores mencionados funcionan a toda su capacidad y se fortalecen ante cada hecho de corrupción, cada visita a las gasolineras y ante cada noticia de un nuevo enfrentamiento, un nuevo secuestro o un nuevo caso de involucramiento con los grupos criminales de autoridades responsables de combatirlos.■

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