Afirma secretario del Spauaz que alrededor de 500 docentes tienen “dos, tres y hasta cuatro chambas”
Señala que el Ceneval es un negocio familiar que ha sido favorecido por el Gobierno Federal
Pedro Martínez Arteaga, secretario general del Sindicato de Personal Académico de la Universidad Autónoma de Zacatecas (Spauaz), afirmó que la Máxima Casa de Estudios de la entidad no cumple a cabalidad con sus funciones sustantivas y, además de vicios internos, es presa de la política académica del Gobierno Federal y se asemeja cada vez más a las instituciones de educación superior privadas.
Informó que hay alrededor de 500 docentes tienen “dos, tres y hasta cuatro chambas” e incluso algunos de ellos tienen registro de investigaciones, lo que significa que también perciben recursos del Programa de Desarrollo del Profesorado (Prodep) o del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
“Hay una serie de corruptelas que se ha dado y se siguen dando. Entonces además de política sindical tenemos que hacer política académica porque, una vez que se nos impusieron criterios neoliberales desde fuera, se presentaron parámetros de evaluación forzosos que incluso se compran y se pagan”, dijo.
Por ejemplo, los evaluadores de los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (Ciees) suelen recibir obsequios significativos. Cuestionó entonces que muchos de esos procesos que son parte de la política académica federal sean un negocio para muchos.
Por ejemplo, Martínez Arteaga manifestó que el Centro Nacional de Evaluación de la Educación Superior (Ceneval) es un negocio familiar que ha sido favorecido por el Gobierno Federal.
Asimismo, expuso que en 2007, la Cámara de Diputados determinó que la investigación científica debe vincularse con las necesidades sociales, sino también con el sector productivo, lo que significa que ahora las instituciones educativas trabajan para quienes compran el conocimiento.
“Forzarnos a estar con el sector productivo nos está haciendo similar a las universidades privadas donde se vende el conocimiento, donde se compra por el demandante el conocimiento, donde pierde rumbo la universidad pública, donde ya no puede entrar el hijo del campesino o el obrero, donde es obligación del Estado la gratuidad de la educación”, indicó.
Aunque se dice que la UAZ es una universidad muy barata para los alumnos, afirmó que ello es falso porque debería costar solamente 90 pesos y en realidad se cobra más de mil 800 pesos en algunas unidades académicas.
Es ahí donde se presenta la falta de transparencia en las unidades académicas que se han convertido en grandes negocios, a lo que se suma “La Estafa Maestra” que, desde el punto de vista de Martínez Arteaga, “nos pusieron el gusano como en un anzuelo y lo aventaron a ver quién caía”.
