Sus interpretaciones transitaron entre los géneros del jazz al funk al bolero y la canción popular
Es considerado por algunos el mejor trompetista del mundo; ha sido nominado 17 veces al Grammy
La protagonista ayer en Plaza de Armas fue la música en la particular versión del espíritu libre de Arturo Sandoval. El músico cubano subió al escenario a enseñar el juego del jazz y cómo el aliento primigenio se convierte en rúbrica al aventurarse en la búsqueda del amplio espectro de sonidos que puede ofrecer la trompeta.
El viaje incluyó también el tránsito entre los géneros, del jazz al funk y luego hacia el bolero o la canción popular mexicana.
Y eso, la música en la música. Los ritmos sincopados, los contratiempos, el fluir de los graves a los agudos, la improvisación, el bebop y el scat, y el afortunado ensamble con los cinco músicos que le acompañan, John Betzaguy –bajo y contrabajo-, Johnny Friday –batería-, Mike Tucker –saxofón-, Lemuel Roig –teclado y piano-, y el percusionista coahuilense “Tiki” Pasillas.
A la tercera pieza, una clásica cubana, El Manisero de Moisés Simons, ya Arturo Sandoval había agitado los espíritus de un público mayoritariamente conformado por jóvenes, que por momento coreó hasta el final su nombre a gritos.
Sandoval se presentó en Festival Cultural Zacatecas 2018, apenas dos días después de su participación en el cierre del 19 Internacional Latin Jazz Acapulco.
El músico, considerado por algunos el mejor trompetista del mundo, ha sido nominado 17 veces al Grammy, obteniendo la distinción en 10 ocasiones.