La Gualdra 330 / Río de palabras
Cuando pienso en ellas,
pienso en la estrellada noche
en que Van Gogh se mutiló una oreja
para entregársela a una mujer,
pues nada más tenía para darle
imagino el fuego en la guerra de Troya
que estalló cuando raptaron a Helena
pienso y lamento la torpeza de Aristóteles al atreverse a definirlas
pienso en las mujeres y concluyo que los milagros existen
soy un hombre de fe: en su compañía, nada falta
sin ellas, el universo y sus leyes exactas,
sirven de poco más que de nada,
sin mujeres, el universo sería una hipótesis perpetua
Cuando pienso en una mujer
pienso en un lago en calma,
pero pienso también en un océano en furia
pienso en el derrelicto perfecto de aferrarme a su cadera
cuando los días son una tormenta mar adentro
pienso en un tango de Gardel desde el arrabal de Buenos Aires
y también en un tango de Gardel interpretado por Piazzola en París
o tal vez en Praga
Cuando pienso en una mujer,
sonrío al recordar que hice sonreír algunas
y me castigo al saber llorar a otras
la geografía del mundo
es una réplica exacta de los pliegues de su cuerpo
y el movimiento de sus manos hace papiroflexia con el aire
purifican lo que tocan y dan equilibrio a los días
cuando pienso en una mujer
pienso en el hospital que son los brazos de una madre
pienso en la caricia tierna de la mirada de una niña
pienso en la vorágine y en la emoción
que una amante nos brinda en un beso,
dejándonos saber que la intensidad,
es la forma más genuina de eternidad,
la única posible,
y
que un instante, a veces, lo es todo
cuando pienso en una mujer
tengo claro que doy todo por ellas,
y si un mal día llegaran a extinguirse,
todas mis costillas están a disposición de la ciencia.
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