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jueves, 18 abril, 2024
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Lorena Leal es parte de la Fuerza Aérea Mexicana a sus 21 años

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Por: RAFAEL DE SANTIAGO •

La subteniente Lorena Leal, de 21 años de edad, es parte del rostro actual de la Fuerza Aérea Mexicana, en el que la equidad de género, además de una obligación, ha sido un derecho para ella y las miles de mujeres que forman parte del Ejército Mexicano.

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Con rostro amable, pero con un corazón firme, la militar de origen poblano, se une a los miles de hombres y mujeres que, con moral de vencedor, como dice el lema militar, desempeñan diariamente sus obligaciones con el país. Y dice orgullosa que siente esa pasión por servir a México. No es la única, muchos más de sus compañeros la viven y expresan de igual forma.

“Aunque aún hay soldados que no se quitan ese chip de la cultura machista, porque no han trabajado con mujeres. Pero esto ocurre porque en el Ejército hay zonas y unidades en las que aún no hay mujeres. Después toman conciencia de que las mujeres son una importante ayuda en sus labores”, dice Lorena.

Afortunadamente ha conocido a más mujeres que quieren enlistarse en el Ejército. Muchas de ellas ya se desempeñan como odontólogas, doctoras, e incluso mujeres aviadoras, orgullosas de servir a su país.

Cuenta que desde pequeña se sintió atraída por los uniformes y vestimenta de los soldados que diariamente pasaban por su casa. El porte, la disciplina y el carácter que demostraban los soldados le pareció interesante.

“Creo que es un gran paso, que se permita a la mujer la oportunidad de servir a la gente y a su país. Yo invitaría a las mujeres que quieran integrarse al Ejército, a que demuestren sus capacidades y que vean lo hermoso que es servir a su patria”, dice Lorena. Considera que eso también es un factor positivo, pues la sociedad confía en sus elementos y en las mujeres que integran el Ejército.

A la edad de 16 años confesó a su familia que deseaba enlistarse en el Ejército Mexicano. Aunque su padre aceptó bien la noticia, quien no estaba muy convencida era su madre, pues Lorena es la única mujer de su familia, sólo tiene dos hermanos.

Sin embargo, entendió el deseo de su hija y la apoyó incondicionalmente. Ahora Lorena se ha convertido en un orgullo para toda su familia, pues es un honor que un integrante forme parte de las fuerzas armadas de México.

Revela que al principio, cuando a los 16 años decidió ingresar al Ejército, tuvo que enfrentarse a muchos miedos. Uno de ellos enfrentarse a un sector en el que dominaba históricamente el sexo masculino.

También recibió el apoyo de muchas de sus amigas, quienes se mostraron admiradas de que decidiera tomar ese paso, la alentaron y también fue un ejemplo para ellas de que podían buscar su sueño.

Otro de sus miedos era no demostrar resistencia física en las pruebas que le impusieran. Sin embargo, se encontró con muestras de apoyo de sus superiores. Algunos le indicaban que no se esforzara de más, y que los ejercicios que no pudiera hacer no los ejecutara para evitar que se lastimara.

Pero ella recuerda a aquellos soldados que al contrario, la retaron para que pudiera demostrar su fuerza física. Reconoce que eso le ayudó a identificar sus propias limitaciones, pero también sus capacidades.

“Al inicio pensé que no podría hacerlo, pero en ese momento me di cuenta de que las mujeres tenemos las mismas capacidades físicas que los hombres. Eso me motivó para demostrarme mis capacidades”, dice la mujer militar.

Posteriormente ingresó a la escuela militar de especialistas en la Fuerza Aérea, instalada en Zapopan, Jalisco, y la cual está incorporada al Colegio del Aire. Ahí escogió la carrera de Aerología. Actualmente causó alta en una base militar aérea en Apodaca.

Ahí analiza los fenómenos meteorológicos y da el pronóstico a los voladores en una reunión pre vuelo en la que participan mecánicos, voladores, y se les dan indicaciones sobre las rutas que tomarán.

Para Lorena algunas de las experiencias que le han marcado de manera positiva en su carrera militar, son aquellos eventos en que se les permite a niños que padecen alguna enfermedad a ser soldados por un día.

Es un gesto humano del Ejército poder cumplir los sueños de aquellos menores, que como ella, tienen la ilusión de portar un uniforme militar, y ayudar a las demás personas y honrar a su patria. “Son actos que me conmueven, pero que es importante que el Ejército se involucre con la sociedad en estos actos simbólicos”, opina la militar.

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