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jueves, 28 marzo, 2024
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Ante declaratoria de guerra económica de Trump, “no podemos seguir simulando que no pasa nada”

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Por: ALMA RÍOS •

“No podemos seguir simulando que no pasa nada”. Ante la declaratoria de guerra económica que significan las decisiones del gobierno de Donald Trump, los candidatos y partidos políticos actualmente en campaña deben dejar a un lado sus estrategias electorales “cantinflescas”, y exponer a la población cuál sería su propuesta de gobierno alternativo, en el muy probable caso de que no se renueve el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

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El tema de la imposición de aranceles a las mercancías y la posibilidad del colapso del TLCAN también debiera ser motivo de análisis, discusión y propuesta en el Congreso de la Unión y en las Legislaturas de las entidades federativas.

En el estado de Zacatecas así debiera proponerse desde el Gobierno del Estado y la 62 Legislatura con la participación de las universidades, expuso Rodolfo García Zamora.

El académico dijo que en los últimos 36 años el gobierno mexicano perdió el control de la política económica del país supeditándola a las decisiones del gobierno estadounidense y los poderes fácticos de las trasnacionales.

El modelo modernizador neoliberal que ha tenido al Tratado de Libre Comercio (TLCAN) en el centro de su estrategia desde hace 24 años, pero implicó un doble candado para el país, la entrega a los corporativos internacionales del manejo de la política económica y las privatizaciones de los bienes nacionales.

En el caso de Zacatecas cuya economía también depende de la esta visión “fundamentalista del mercado” como la ha calificado la economista Ifigenia Martínez, misma que ha tenido ya dos generaciones de “tecnócratas priístas corruptos” en el poder, el Congreso del estado debe de analizar cuál será el escenario para la entidad en los próximos 10 años, si no se renueva el TLCAN e incluso ante la posibilidad de que se cancele finalmente el DACA y vuelvan a la entidad 80 mil dreamers.

El pasado jueves Donald Trump anunció que impondría aranceles a la importación de hierro y aluminio a su país, de 25 y 10 por ciento respectivamente, lo que se ha señalado para el caso mexicano, afectaría uno de los temas más polémicos en la renegociación del TLCAN, las reglas de origen automotrices.

Y desde hace dos años, uno de campaña y otro en el ejercicio de poder, ha hecho del tema migratorio que comparte con México y del tratado comercial, dos puntos de un discurso que implican una “guerra económica y política” contra el país, expuso García Zamora.

El docente investigador en la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo de la UAZ quiso recuperar asimismo la rúbrica que dio título a la reunión de los supermillonarios en Davos, Suiza; el Foro Económico Mundial realizado el pasado mes de enero: “Globalización fracturada”.

Señaló al respecto que en este escenario mundial, el de una globalización fracturada, Donald Trump está promoviendo una guerra comercial al anunciar que grabará todas las importaciones que lleguen a los Estados Unidos, aparejada a “una actitud de enfermedad mental que dice que las guerras comerciales son buenas y son fáciles de ganar”.

Estas declaraciones son demenciales o irresponsables pues ponen en peligro la frágil estabilidad de la economía mundial actualmente llena de problemáticas de deuda y reestructuración en países como Grecia, que han implicado el aumento de la pobreza en sus poblaciones y el desmantelamiento de los sistemas de salud y educación.

Se añade al escenario preocupante, la respuesta que ha tenido desde Rusia, país que disputa actualmente la hegemonía mundial a Estados Unidos, cuando Vladimir Putin amenaza con utilizar su arsenal nuclear, que además expone como el más importante del mundo, “en cualquier espacio del planeta donde esta nación sea desafiada”.

En el límite de una guerra comercial y probablemente militar promovida por los Estados Unidos, que provoca a responder a otra potencia, quien rechaza los impactos en las bolsas de valores de las medidas norteamericanas, cuando se analiza la reacción del Gobierno mexicano que es “bajar la cabeza, decir que no pasa nada” y señalar que se mantendrá en las mesas de negociación del TLC, es no solo grave sino que ratifica “su subordinación, servilismo, económico, político, financiero y militar” al gobierno de Trump, expuso.

“Y no puede ser por ignorancia, cuando ve uno esta interrelación entre el poder económico, el poder político y la corrupción del gobierno de Peña Nieto”.

Rodolfo García Zamora refirió que el neoliberalismo mantuvo desde el principio de su implementación en todos los países, una interrelación de los gobiernos sus políticos con la corrupción.

Recordó los casos de Chile, Argentina, Brasil, pero también en Polonia y la propia Rusia donde los procesos privatizadores de las empresas estatales y los recursos públicos implicaron a la par la connivencia de los funcionarios públicos y las grandes empresas para generar riquezas personales.

En México este proceso iniciado hace 24 años con Carlos Salinas, Pedro Aspe, Ernesto Zedillo, y otros políticos que se beneficiaron de las privatizaciones de los bienes nacionales, ha proseguido en una segunda generación con Luis Videgaray, Miguel Ángel Osorio Chong o Emilio Lozoya, que defienden el modelo no tanto porque coincidan con los planteamientos que aprendieron en Harvard o Chicago, sino porque es un modelo “de rapiña, de hurto sistemático” de los recursos del país desde donde se generaron 12 multimillonarios que aparecen en la lista de Forbes pero en contraparte, los 56 millones de pobres que hoy sobreviven en el país.

La corrupción es un elemento consustancial al neoliberalismo como lo adelantó la periodista canadiense Naomi Klein hace años y que corrobora en su más reciente libro, por lo que propone la necesidad de generar un modelo alternativo para los países.

En ese sentido, el que no se firme el Tratado de Libre Comercio, dijo García Zamora, es una oportunidad para que en México se genere una discusión nacional mediante la que se construya un proyecto diferente frente al fracaso de 36 años de política economía neoliberal, y del propio tratado comercial al cual Donald Trump pretende quitarle en las mesas de negociación, lo poco bueno que tenía.

Estas más de tres décadas han exhibido que el modelo no ha implicado ni crecimiento económico ni desarrollo para el país y que en cambio sí ha profundizado los problemas estructurales de pobreza, marginación, desempleo y “ha institucionalizado las violencias de todo tipo”.

Ante ello “parece que la única propuesta que tiene el Gobierno mexicano, es militarizar al país, sabiendo que este modelo económico, depredador, empobrecedor, solamente lo pueden mantener mediante las armas”.

En el contexto de la contienda electoral en que se renovará la Presidencia de la República, también comentó, no hay más que dos opciones, la que representan por un lado José Antonio Meade y Ricardo Anaya, ambos que siguen defendiendo “el mismo modelo neoliberal fracasado al servicio del gran capital” y por tanto a ultranza al TLCAN, y la propuesta de Morena, “donde se replantea una reorientación neokeynesiana” de la economía nacional, donde el Estado recupere su responsabilidad de promotor del desarrollo económico con un enfoque político soberano en temas como el energético, la minería y los recursos genéticos de la biodiversidad del país.

Dijo que en el mundo hay tres referentes importantes de economías donde el Estado tiene un gran control y que han implicado elevada productividad y competitividad, los casos de China, India y Corea del Sur.

Conjuntan entre los elementos comunes de sus estrategias sociales y económicas, un verdadero sistema nacional de ciencia y tecnología que ha implicado “una auténtica revolución educativa” y la prioridad de proteger su mercado interno mientras participan activamente del internacional mediante relaciones simétricas y equitativas.

Ante el planteamiento de sólo dos opciones en México, se explica “la virulencia” que desde Estados Unidos, inclusive con la intervención de grandes compañías electorales como la Cambridge Analytica, experta en procesamiento estadístico y manejo informativo para las votaciones, y que estuvo atrás del triunfo de Donald Trump, se expresa. Pues esta empresa ya está operando en respaldo de la campaña de José Antonio Meade.

“Creo que si el Congreso de la Unión cumpliera realmente con su función era el momento en que debería estar discutiendo el proyecto alternativo de México ante la no firma del TLC. No se va a acabar el mundo, pero es viable generar un proyecto totalmente alternativo que implica que los gobiernos estatales funcionen de otra manera”.

Tanto en el Congreso de la Unión como en los locales de los estados, como el caso del zacatecano, hay que preguntarse para que sirven los legisladores. “Creo que empezando desde lo local se debería discutir abiertamente en la Legislatura cuál es el escenario en el estado para los próximos 10 años ante la no renovación del TLC”.

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